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lunes, 30 de diciembre de 2024
Semejante a un adiós.
domingo, 29 de diciembre de 2024
Un corazón musical
porque la sangre es ritmo.
Todo en él es galope
pausado, o trote fiero.
Su cuerpo es el primer
instrumento que pulsa:
las manos y los pies
danzan, el corazón
cabalga.
El silencio y el ruido
son las manos que esculpen
la historia del espíritu,
su trabazón de hechos
seminales de todos,
la hímnica voluntad
de construir la dicha
para que el hombre vuelva
al edén, a aquel útero
de galaxias y amniosis
primigenias.
Escucha el violoncelo,
el canon genital
de las estrellas: hunde
el vértigo en tu carne,
permítele que fluya:
no hay otro manantial
más cósmico, más místico,
más álamo.
Seudónimo y Apócrifo.
Unas veces porque el materialismo se ha impuesto sobre todas las cosas; otras porque la mediocridad de la muchedumbre ha suplantado la sensibilidad inteligente del individuo fugitivo del mundanal bullicio. Cuántos Salieri han derribado -efímeramente- a Mozart; cuántos Wellington a Napoleón, cuántas circunstancias a esencias ...
Sigue vigente el dístico, tantas veces recordado, de Cantero:
El mundo cabe en un verso;
pero ¿quién sabe escribirlo?
1)
Pregúntese el lector de este poema
si al leerlo halla en él su autorretrato,
un destello en la sombra, un veredicto
a la interrogación de la existencia;
o si, por el contrario, sus palabras
son hijas de un ludópata verbal
que nada tiene que decir y dice
menudencias, astucias, abalorios.
Ese es el historial de la escritura
y de todas las artes: la engañosa
relación entre esencia y circunstancia.
Nada dice el poeta que se olvida
de escribir desde el hombre y para el hombre.
Hallar la identidad: esa es la meta.
Primero, una verdad inextinguible;
y después la belleza que la dicta.
Asedios a la luz son las palabras:
manantiales, lumínica estrategia.
2)
Altas odas y plúmbeas cimitarras...
escribas complaciente y complacido:
babeles son de plumas sin sentido,
estupros de la orgía farisea.
No promiscues la frágil panacea
que es la escritura -para el hombre herido-
con estrategias que son solo un ruido
provocador de infausta cefalea.
No es radiante inventar cualquier lenguaje
sin carripochear con glosolalias
la mandoblez del tuétano sombrío.
No meliflues el probo vasallaje
del lector enmismado en ecolalias,
¡oh tú, necio juglar misantropío!
sábado, 28 de diciembre de 2024
Los Konjurados
Villancico para los Konjurados
En dos horas el mundo era la imagen
que trazábamos de él. El caballero
de Ledesma, el antaño Novelisto,
el hombre de Arteiletras informáticas,
y también el Disentidor de todo.
Era en cada tertulia el universo
como un libro, una música, una ciencia
diferente y la misma, oscura y clara.
Cuánta sabiduría en sus silencios.
El arte de vivir es conversar:
concordar las extremas disonancias
porque todo, aunque múltiple, es lo mismo;
y sabio es el que acepta el gran misterio
de que admitir que hay cosas todavía
incomprensibles ya es archicompren
der.
viernes, 27 de diciembre de 2024
Poemas en Akra Leuca: Manuela García (XXXIX)
Directora de teatro y difusora de Miguel Hernández, Manuela García Gómez se ha adentrado en la escritura poética desde un nudismo verbal que le permite sajar su corazón para mostrar sus sentimientos al margen de cánones establecidos y sin -por ahora- necesidad ni voluntad de hacer carrera literaria. Hay un cierto adanismo en su expresión y una ajenidad de lo establecido.
En la siguiente composición -una oda elegíaca-, como en un viaje interior e íntimo, la palabra sencilla -entre la prosa y el verso- recorre irracionalismos y visiones de la realidad en un trayecto emocional regido por el amor, disuelto en breves confesionalismos fragmentados que atisban una historia en la que corazón y materia natural se conjuntan. Parece un diálogo en sucesión, entre un tú y un yo del mismo poeta-narrador monologante convertido en recolector de breves poemillas que dictan mientras ocultan un autobiografismo. El resultado es un breve relato lírico conseguido anexando apuntes poemáticos:
Para ti
(Biografía del corazón)
Sentada a la orilla de la tarde,
la pereza inunda mi cuerpo.
Observo las nubes
con matices rosados
entre grises y azules,
y el silencio callado de las horas
se acerca a mi corazón.
Escucho tu voz, rompo en sollozos
y una lágrima se desliza
desde mis ojos a mis labios.
Dentro de mí
bullen mil sensaciones acalladas
que delatan
mi alegría al oír ese susurro
que canta a la vida
mientras esperas la muerte.
Gracias
por la fuerza de tus abrazos,
por el valor de tus palabras,
por la cercanía de tu cuerpo,
por compartir mi sed,
por tus historias de amor,
por darme vida,
por descubrir espacios infinitos.
Por caminar juntos,
por encontrar entre zarzales
flores azules de luz.
Por recoger mis tímidos besos,
por acariciar mi cuerpo sin miedo,
por descubrir juntos mil caminos
de esperanza
entre los surcos de mi vida.
Llega hasta mí el sueño plácido
después de una intensa noche
navegando por los mares del sur
en busca del paraíso.
Cruzo huracanes, tormentas y arrecifes,
remo entre olas gigantes.
Mi cuerpo mojado en la cubierta
busca la puerta de un edén.
Y tus caricias calman
las aguas del mar embravecido.
Llegas entre susurros
y palabras de amor,
y mi ser arrebatado
se entrega a ti.
Escucho tu música interior.
Con tu alegría me regalas risas.
Con tus sorpresas despiertas
ese amor callado
que duerme en mi corazón.
Con tus versos traes
un nuevo amanecer.
Con tus susurros me elevas.
Con tu deseo brota en mí
la fuerza de las olas.
Con tu mirada me haces vibrar.
Con tu compañía aprendo a quererte.
A lo lejos tú
En mi pensamiento tú
En el silencio de la noche tú
En el ruido del nuevo día tú
En el canto de los pájaros tú
En la bruma de la mañana tú
En el color de las buganvillas tú.
Tú,
tú,
tú,
por todas partes tú.
Todo suena a ti.
Mi corazón escucha el tuyo.
Mis pies descalzos siguen tus huellas.
Mi cuerpo busca tu abrazo.
Mis labios buscan los tuyos.
Todo me lleva a ti.
El miedo me atenaza.
¿Qué puedo hacer sino mirar el horizonte,
la luz del nuevo día,
el canto de los pájaros,
el verde de las aguas estancadas,
el ocre del otoño en el olmo,
el color anaranjado de los dátiles?
Y mientras tanto, las nubes
cierran con sus grises y azul claro
la montaña cubierta por una bruma
que me trae el rocío de la mañana...
INTRODUCCIÓN - Poemas en Akra Leuka
Poemas en Akra Leuka (I) M. Carmen Ramírez
Poemas en Akra Leuka (II) Esther Abellán
Poemas en Akra Leuka (III) - Vicente Valls
Poemas en Akra Leuka (IV). Carlos Sahagún
Poemas en Akra Leuka (V) - Manuel Molina
Poemas en Akra Leuka (VI) - Luis T. Bonmatí
Poemas en Akra Leuka (VII) - Angélica Sevilla
Poemas en Akra Leuka (VIII) - Miguel Ruiz Martínez
Poemas en Akra Leuka (IX) José Luis Zerón
Poemas en Akra Leuka (X) - Tina Pastor
Poemas en Akra Leuka (XI) - José María de Mena
Poemas en Akra Leuka (XII) Mariano Sánchez Soler
Poemas en Akra Leuka (XIII) - Consuelo Jiménez de Cisneros
Poemas en Akra Leuka (XIV) - Carmelo S. García
Poemas en Akra Leuka (XV) - Diane Boucher
Poemas en Akra Leuka (XVI) - Miguel Ruiz Martínez (1957 - 2009)
Poemas en Akra Leuka (XVI) - Helena Vilella Bas
Poemas en Akra Leuka (XVII) - Pedro Ramírez
Poemas en Akra Leuka (XVIII) - Francisco Mas-Magro y Magro
Poemas en Akra Leuka (XIX) - Clemencia Miró
Poemas en Akra Leuka (XX) - Josemanuel Ferrández Verdú
Poemas en Akra Leuka (XXI) - Pilar Duet André
Poemas en Akra Leuka (XXII) - Ángel Luis Prieto de Paula
Poemas en Akra Leuka (XXIII) - Diego Torres
jueves, 26 de diciembre de 2024
miércoles, 25 de diciembre de 2024
martes, 24 de diciembre de 2024
La Nochebuena del Diablo
Aquella noche todos se reunían para darse lo que quisieran darse diariamente y el mundo había trepanado de la sentimentalidad: afecto, amor, la solidaridad del corazón. Él, por los laberintos que surgen en la vida, había vivido al margen de los otros y no los culpaba, ni a sí mismo se inculpaba. Vivir solo y estar solo eran una opción y un destierro. Pero -se dijo- sobrevivir no es lo mismo que convivir; somos como nos han hecho y son como los hacemos. No hay culpa, solo causa. La naturaleza social ha suplantado a la naturaleza natural y el yo público oculta el yo íntimo; el abrazo ha sido derrotado por el aplauso. Todos carecemos de lo que más deseamos: la riqueza interior. Sin embargo nadie hay tan pobre que no pueda dar amor, ni tan rico que no quiera recibirlo. Pero la ceguera mental es la peor enfermedad del ser humano.
Recordó la frase de Rousseau: "Heme aquí, pues, solo en la tierra, sin más hermano, prójimo, amigo o sociedad que yo mismo".
Así que se sentó junto a su amada La Música y esperó no sabía qué.
domingo, 22 de diciembre de 2024
El beso irrepetible
LIII.- El beso irrepetible
Cuánta dicha te debo, amada mía.
Yo sentía tan solo desolación y niebla.
El mundo era un océano en el que naufragaba
y tú fuiste la isla que salvó mi existencia.
Por ti mi corazón se llenó de canciones
y mi vida se fue transfigurando
en manantial de luz y mágico sosiego.
Dónde estarás ahora, sin saber
cuánta dicha te debo, amada mía.
¿En qué esquina del tiempo nuestras manos
dejaron de cruzarse y nos perdimos
el uno para el otro? ¿Acaso no sabemos
que solo una vez se ama y luego solo
ansiamos repetir aquel amor?
¿En qué otros nos buscamos sin hallarnos,
en qué hombre o qué mujer
volveremos a hallar a quienes fuimos,
si ni siquiera yo te encontraría
ni tú me encontrarías
aunque nos entregáramos de nuevo
los cuerpos y las almas
queriendo reanudar aquel embrujo?
viernes, 20 de diciembre de 2024
En Navidad. Y siempre.
Trata de cantar aunque desees llorar y tendrás la alegría más cerca.
jueves, 19 de diciembre de 2024
Hacia una poesía luminosa
El Cuaderno:
Sobre una poesía necesaria
Contra una luctuosa tradición
signa mi corazón y lo condena
a sentir a través del sufrimiento.
Sé que el arte transforma la agonía
en inmortalidad.
Conjuro las tinieblas en silencio.
Mas solo llueven nubes y derrotas
sobre mi voluntad.
Pero aún hay suficiente plenitud
y alegría en mi alma: no podrán
la muerte y su equipaje de tristeza
impedirme vivir esta armonía
jubilosa y doliente hasta que llegue
el espasmo inasible de la nada.
Propiciar otra tradición
de la estirpe de Dante o de Petrarca,
y pudieras creerme, te diría:
Para mí son más bellas tus palabras
que todo el universo constelado,
y prefiero tu risa al cascabel
que irradian las estrellas.
No hay más materia que la de tu cuerpo
ni más alma que la de nuestro amor.
Ni siquiera los dioses
tuvieron tanta dicha.
Soy la felicidad cuando me abrazas.
aquella que consigue contestar
las preguntas que siguen sin respuesta.
Convirtamos la pluma en un oasis.
Mirad cómo el poema exorciza el dolor
de la furtiva rosa.
Comprended que cantar es el camino.
