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sábado, 27 de abril de 2024
viernes, 26 de abril de 2024
Koshinsev: Don quijote (1957)
jueves, 25 de abril de 2024
miércoles, 24 de abril de 2024
Retorno hacia la aldea
Sobre el bisel de la llanura erguido,
como una torre de soñar cansada,
el caballero esgrime al sol su espada
y otea el horizonte enfebrecido.
El viento alza su espuela, y su gemido
trae la verdad desnuda y desolada:
ninguna senda lleva hasta la Amada,
nadie buscará ya su ardor vencido.
Quiso evitar la fuerza con la fuerza
y los molinos lo han abandonado
como a un gigante del que se huye al trote.
Jamás es la razón de quien la fuerza.
Yace en la tarde un sueño desmayado.
El mundo no precisa de un Quijote.
Una autobiografía cervantina.
Además, tomó la inteligente y terapéutica medida de burlarse de sus propios sueños sabiéndolos imposibles, haciendo así que el soñador Don Quijote, cada vez que hace reír, sea a la vez noble emblema y trágica caricatura de todo ser con conciencia solidaria.
martes, 23 de abril de 2024
Don Quijote Cervantes Saavedra.
lunes, 22 de abril de 2024
El abrazo irrecíproco.
domingo, 21 de abril de 2024
La gran pregunta
Necesitamos creer que la vida tiene un fin; pero, ¿y si la vida fuese solamente una pulsión de la energía del cosmos, que crea seres para descrearlos, y que somos materiales fungibles aunque nos soñemos inmortales, reencarnables, dignos de alguna metafísica misión?
¿Qué sería de tantas religiones y, sobre todo, Iglesias? ¡Cuánta oración sin destino y qué poca solidaridad fértil!
El indefenso
Fotomatón: Retrato del autor
Érase un lanzador de besos, ebrio
de ansias de amor y fugas de la muerte.
Perseguía la búsqueda infinita
y el hallazgo absoluto. Desmembró
preguntas y respuestas: asediaba
las dudas y los métodos del hombre
para hilvanar verdades. No sabía
descansar de la lucha del guerrero,
vivir sin preguntarse por la vida,
darse tregua en las sombras. Trepanaba
las conclusiones de los silogismos
porque ninguna sacia la gran sed
de encontrarle sentido a la existencia.
No quería sentir al fin del viaje
la podredumbre de la inmensidad.
Érase un lanzador de besos. Érase
un buscador que huía de encontrar
para seguir creyendo en la esperanza.
Böcklin: La isla de los muertos
Kokoschka: La novia del viento
Eduardo Lastres: La puerta del milenio
sábado, 20 de abril de 2024
Le pregunté a mi corazón un día...
Le pregunté a mi corazón un día
si acaso encontraría
una razón para seguir viviendo.
Como si el alma se transfigurase
y el himno enamorase a la elegía,
me contestó que cuando yo encontrase
razones para no seguir muriendo.
Entonces, apartando la amargura
del desencanto que me consumía,
volví sobre mi vida y mi escritura:
y en vez del verso antiguo, que decía
"¿No es morir el deseo de morir?",
escribí esta divisa como guía:
"¿No es vivir el deseo de vivir?".
viernes, 19 de abril de 2024
Un gánster para un milagro.
Capra, empeñado en mostrar qué bello es vivir, a pesar de las tormentas de la vida, filmó su última película fiel a ese deseo de hallar un himno en la elegía.
(Algunos títulos dejan de verse cuando ya se han visto un determinado número de veces. En ese caso basta con buscarlos en youtube o google para acceder a ellos).
Brooks: Los hermanos Karamazov
El hombre tranquiloDreyer: Ordet
Maureen O´Hara: Posada Jamaica30 años sin Welles
S Kramer: Adivina quién viene esta noche
Mankiewicz: Cleopatra
Hawks: Nace una canción
LANG: LA MUJER DEL CUADRO
Orson Welles: El extraño
El día después
S. Salkow: El último hombre sobre la tierra
Hitchcock: Frenesí
Stemberg: Crimen y castigoVisconti: El Gatopardo
Preminger: El hombre del brazo de oro
Cacoyannis: Las troyanas
Kazan: La ley del silencio
Mercero: La cabina
Renoir: Esta tierra es mía.
1984
Siegel: Invasión de los ladrones de cuerpos
Roger Corman: La obsesión
Bertolucci: Novecento
F. Lang: La tumba india
Hitchcock: Recuerda
Mulligan: El otro
J. Ford: La diligencia
Chaplin: Tiempos modernos
L. Vajda: El cebo
Annaud: El nombre de la rosa
F. Lang: Metrópolis
Orson Welles: El proceso
Apocalypto
Costa Gravras: Desaparecido
Buñuel: Un perro andaluz
Rafael Gil: Don quijote de la Mancha
Rostand / Gordon: Cyrano de Bergerac
Murnau: Nosferatu
Pasolini: El evangelio según san Mateo
Dreyer: Dies Irae
Kurosawa: Rashomon
El último castillo
M Nichols: El graduado
Rossellini: Roma, ciudad abierta.
John Huston: Freud, pasión secreta
Jean Renoir: La bestia humana
Frank Capra: ¡Qué bello es vivir!
Sidney Lumet: 12 hombres sin piedad
F. Lang: Perversidad
Hitckocht desafinado: Psicosis
David Lean: Lawrence de Arabia.
I. Bergman: Fresas salvajes
Kubrick: Senderos de gloria
ORSON WELLES: Sed de mal
jueves, 18 de abril de 2024
Ante el futuro
miércoles, 17 de abril de 2024
martes, 16 de abril de 2024
El arte de la autobiografía.
Incluso mis libros más organizados han nacido, por eso, sin proyectarlos, como caídos de un otoño sentimental y melancólico: como liberación de un mal. Cuando digo que no sé qué palabra va a llegar tras la primera, ni de qué trata lo que estoy escribiendo, incluido un relato, es cierto, así como la afirmación de que "cuando escribo traduzco desde un idioma que no conozco a otro que también desconozco".
Atribuible es todo eso, sobre todo, a mi primera etapa, en la que corregir parecía traicionar el espíritu de las musas. Pero las musas solo son las conciliaciones de nuestros ingredientes mezclados en la probeta del cerebro; luego, en la segunda etapa, tras 15 años de silencio creativo, empecé la pulimentación de los textos -también impremeditados- y su ordenamiento en conjuntos. Del primer caso o etapa es ejemplo, principalmente, el gran vómito terapéutico de Los ojos de la Metáfora, libro hermético donde los haya, por mucho sentido que tenga, o tuviera, para mí; del segundo, Reconstrucción de un diario, portador de poemas que obedecían, desordenadamente en su creación, a un orden inconsciente que hube de encontrarle y disponer.
Probablemente el demiurgo de esas circunstancias autoriales es el factor que considero primigenio en mí y en el de todos: la pulsión identificativa y, por tanto autobiográfica, sea esta consciente o compulsiva: el yo como origen visionario del caos y del orden.
Aprendemos del mundo y construimos nuestro mundo; luego transcribimos de una u otra manera ese aprendizaje y construcción: la mismidad ofrecida, en caso de publicación, a los demás para que no tropiecen en la misma piedra o para que sigan los pasos de los pocos sabios que en el mundo han sido.