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lunes, 31 de diciembre de 2018

CINE: NACE UNA CANCIÓN


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Unos estudiosos de la música, aislados del mundo para crear una definitiva enciclopedia musical, se dan cuenta de que desconocen los nuevos ritmos.
Hawks, que tantas grandes obras filmó, no tuvo inconveniente en hacer una nueva versión de la gran Bola de fuego (como haría con las -no sé cuál más admirable- Río Bravo y El dorado)
ver

domingo, 30 de diciembre de 2018

Feliz ...



FELIZ AÑO NUEVO

A los poetas y demás soñadores de que el mundo es mejor porque el arte dignifica la existencia:

¡Feliz Siglo, al menos para vuestra poesía, música, pintura...!

A quienes leen, oyen, contemplan... y cultivan el arte de vivir con nobleza:

¡Feliz Año!
¡Feliz Vida!
¡Feliz Siglo! 

Strauss: Marcha Radetzky


Strauss: El bello Danubio azul


sábado, 29 de diciembre de 2018

Los besos del amor

Bach: Aria

Los besos del amor


Nadie hay tan pobre que no pueda dar amor.
***

El corazón es el más hermoso de los egoístas: está diciendo siempre “¡Quiéreme!”
***

Cuando dejan de amarnos, de repente cumplimos muchos años, por la misma razón que, cuando amamos, el corazón se llena de juvenilidad.
***

Ojalá alguien nos quiera como nos queremos a nosotros mismos.
***
No existe afrodisíaco mayor que una inteligencia sensitiva en una personalidad enigmática.
***

Si quieres dominar a quien te odia hazle creer que lo amas. Su soberbia hará el resto.
***

El Amor es la única trinchera de este mundo.
***

Solamente entregándonos conseguimos que se nos entreguen.
***

Di a quien amas que lo amas; si esperas a que te lo diga tal vez haga lo mismo y nunca sepáis de vuestro amor.
***

Enamorarse es inventar al otro; amar, reconocerlo como ser real y digno.
***

Todas las historias de amor nacen y mueren. Lo importante es que no las mate uno de los que se aman.
***

No te impongas olvidar a quien amas; tu amor crecerá hacia adentro como una espina que atravesará tu corazón.
***

El amor es el imán más poderoso. 
***

Tenemos tanta necesidad de amor que tememos amar a quien nos ama por si se decepciona.
***

Mucho amó a quien odia aquel que odia a quien amó.
***

El amor es la magia que nos convierte en dioses
***

Enamórate de las personas, no del Amor.
***

Los celos inventan su causa.
***

El amor sexual solamente se aprende en el libro del cuerpo.
***

No es difícil conseguir que nos amen; lo difícil es lograr que nos sigan amando. 
***

En el amor no hay mejor estrategia que rendirse.
***

El amor es el único embustero al que todos necesitamos creer. Cuando nos habla, incluso la existencia parece digna de ser vivida.
***

En el amor hay mucho que darse y nada que exigirse.
***


El amor propio ha matado más amores que el odio.
***

viernes, 21 de diciembre de 2018

Convivir

Haydn: Adagio c. 1º

Vivir no es dejar que la fisiología siga su curso, sino orientar con sensatez el discurrir de la existencia. 
     Vivir tampoco es un monólogo, ni una autosuficiencia; es un diálogo con otros, fundamentalmente con uno -una- entre esos otros. Así que vivir es convivir. Por lo tanto es igual que una conversación: quien sabe conversar sin caer en la disputa no tiene más que practicar ese diálogo un día tras otro con ella, con él, con los demás.
     Quienes se aman aprenden a dialogar física y síquicamente. Quien solo se ama a sí mismo merece un desierto en el que rebuznar sin que nadie interrumpa su rebuzno.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Carlos Alcorta escribe sobre "Cántico erótico"


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para leer completo en Cuaderno Digital>>>


Antonio Gracia: ‘Cántico erótico’
El último poemario del autor alicantino canta el poder del amor y la fuerza invencible del cuerpo, capaces ambos de transformar la realidad y de hacer del bendecido un ser 'otro'.
.

Antonio Gracia: Cántico erótico
/una reseña de Carlos Alcorta/


Un título con tantas connotaciones como Cántico erótico no puede dejar indiferente a nadie. El Cántico espiritual de san Juan de la Cruz nos viene a la mente de inmediato y resulta del todo probable que Antonio Gracia lo haya tenido como referente, aunque haya sido con un sentido paródico más que reverencial: no en vano se ha hablado hasta la saciedad de esa pasión carnal que subyace en los versos del santo. De alguna forma, Antonio Gracia desea provocar cierto desconcierto o, quizá, más que provocar, lo que intenta es jugar una partida cuyas cartas han sido marcadas por su propia mano. En el prólogo el poeta nos ofrece algunas consignas que no conviene soslayar:
      Así, quise que mi escritura —escribe Gracia— fuese voluntariamente hímnica. Desde el origen de la eternidad somos hijos del eros y del tánatos; pero solo el amor nos da luz. Por eso este librito empezó siendo un canto, aunque fue, progresivamente, a mi pesar, derivando en un planto. Tal vez porque ya ni la voluntad nos pertenece. Distracciones simplistas de mi pluma son estos poemillas, misivas piropeantes a una dama.
     Sólo el amor nos da luz, dice, como si se tratara de un poeta renacentista que busca en el amor carnal una forma de acceder a la perfección y, por ende, a la cima de la divinidad, algo que queda manifiesto en el poema «La perfección» que, por su brevedad, reproducimos completo: «Amada mía: ¿sientes/ tú, como yo, cuando te beso/ o entro en ti, que hay un Dios,/ que una divinidad nos acompaña/ y se estremece y brinca el Universo?». Por otra parte, percibimos un notorio afán de rebajar la intención de estos poemas que tienen, como se verá, muy poco de poemillas. Lo que ignoramos es la razón de esa minusvaloración, sobre todo viniendo de un poeta como Antonio Gracia, que con tanto rigor ha ejercido siempre su oficio de poeta  y que es autor de más de dos decenas de libros de poesía, algunos tan importantes como Reconstrucción de un diario (2001),  Devastaciones, sueños (2005),  Bajo el signo de Eros (2013) o Lejos de toda furia (2015). Si hacemos caso a las palabras de Gracia, Cántico erótico fue escrito a la par que otro de su libros, La muerte universal (2013), publicado en la misma editorial que este, Huerga y Fierro, lo que nos lleva a pensar que han dormitado en el cajón durante más de cinco años, un tiempo más que suficiente para que hayan madurado y para que su fermentación destile el mejor zumo.
     No es infrecuente encontrar en la poesía de Antonio Gracia motivos de carácter sensual, los cuales suelen estar vinculado al tópico de carpe diem (el poema «Carpe diem» lo deja bien claro: «Yo, sin embargo, sé/ que el instante lo maravilla todo/ con su fugacidad interminable/ y su estallido inextinguible»): por eso no conviene minimizar el alcance de estos poemas y relegarlos, como el propio poeta nos da a entender, al producto de un desatino más o menos temporal y, echando mano de unas palabras de Fray Luis de León, calificarlas de «obrecillas que se me cayeron de las manos».
     En cualquier caso, Cántico erótico está dividido en tres secciones: «El himno», «Fugacidad» y «El desencuentro». En la primera parte, la que canta el poder del amor y la fuerza invencible del cuerpo, capaces ambos de transformar la realidad y de hacer del bendecido un ser otro, el poeta busca una correlación entre la pasión arrebatadora y una naturaleza violenta, la del mar golpeando furiosa contra las rocas  («Mira cómo se estrellan en las rocas/ las olas: de igual modo nuestros cuerpos/ chocan y se golpean entre espumas/ de esperma y de sudor»), o plácida, la de ese mismo mar besando la arena de la playa, según dicte el momento («Qué paz y suavidad esta delicia/ de gozar el edén sin comprenderlo».
     La segunda parte, «Fugacidad», es una meditación filosófica sobre el paso del tiempo, sobre esa inexorabilidad que el amor solo encubre momentáneamente, sin lograr, a la postre, liberarnos de la condena: «Nacemos y morimos, y entretanto/ se nos pasa la vida tratando de entenderla/ en lugar de vivirla». La naturaleza sigue estando muy presente en estos poemas. El horizonte, un tilo, el viento, los pájaros, el mar, el viento, las dunas producen tranquilidad emocional, pero para galopar seguro en ese caballo que es el tiempo es preciso lograr una conjunción entre amor y deseo: «Te abrazo y siento el universo amado/ que fluye por tu cuerpo, cada célula/ mordida, erotizada; y nos dormimos/ dentro del firmamento de la cópula». La confianza desmedida en el amor como escudo contra el fracaso vital y contra el tiempo resulta, a veces, un tanto pueril, decimonónica, propia casi de una canción de moda: «… y que te amo/ con la fuerza del mar: mi corazón», algo que lastra el poemario y que sorprende en un poeta tan exigente como Antonio Gracia, porque en otros poemas, y es norma general, como «La redentora», sí consigue trascender el acto cotidiano del enamoramiento para elevarlo a misiones de carácter más metafísico, como pretendieron Dante y Petrarca («Tú me salvas de mí, de mis demonios./ No me digas que no puedo soñarte/ como divinidad de mi universo»), antecedentes de ese Renacimiento del que hablábamos antes, pero un tanto fuera de lugar en la actualidad si no se hace con cierta ironía. Acaso convendría que la furia de ese «volcán interior que se derrama/ en palabras y versos» se aplacase, antes de dejarlo fluir sin control, con reflexión y pautas de silencio.
     Después de este desafío a lo fugaz a través del deseo y del amor, llega «El desencuentro», la sección más breve del libro. Pese a que de «aquella historia/ sólo queda el dolor de su extinción/ y unos pocos poemas que lo alivian», en varios de los poemas que lo integran, y en este último verso citado, sigue presente el convencimiento de la capacidad reparadora del amor: «Y solamente/ la sombra de la muerte romperá/ la unión que nos convierte en uno», pero versos como este no pueden ocultar que ese enaltecimiento desmedido es el preludio de un fin que se sabe próximo, en la justa curva de la vida, de ahí que el libro, un libro intenso pero sobrado, quizá, de un entusiasmo adolescente que no concuerda con la voz que preferimos de nuestro poeta, finalice con este poema: «Epitafio en la arena»: «Encontrar un lugar apacible/ junto a un lago, un ciprés, una luz/ —o una cóncava gruta traslúcida—/ y morir en la tarde, tendido/ sobre el lecho de la serenidad».

Selección de poemas

LA FUENTE EN LA CENIZA
Amo el temblor rosado de tu boca
y el crepúsculo azul de tu mirada.
Amo la luz carnal que te ilumina
cuando te arrojas como un puma alegre
sobre mi cuerpo ansioso de tu cuerpo.
Amo el sudor de miel que nos lubrica
y la erosión constante de la piel.
Amo tu desenfreno y mi arrebato
cuando, tendida, te abres como un libro
y esplendes como un saurio.
Amo tu lasitud y mi abandono
tras el fulgor robado a las estrellas.
Amo la ardiente búsqueda infinita
que late en nuestros sexos.

LEGADO
Pienso en ti.
El mundo yace en calma.
La noche brilla oscura
sobre el dolor del hombre.
Aroma los recuerdos el jazmín
y la memoria dicta
la soledad de haber vivido mucho.
Lanzo palabras como redes densas
para apresar la vida.
¡En esta noche hermosa y milenaria
hay tantos escribiendo y esperando
ojos como los tuyos que comprendan
cuanto le confiaron a su pluma!
Tal vez ellos se busquen en mis versos
igual que yo me he hallado en los de otros.
Un día moriré,
y quedaré tan solo en tu mirada,
única luz donde logré escribir
mi nombre verdadero.
Mas también tú te irás.
Y toda esta tristeza y este esfuerzo
serán un sueño repetido y roto.

AMAR EN OTRO CUERPO
Se fueron nuestros cuerpos, cada uno
buscando a cada uno en otro cuerpo.
«Es ley de vida separarse, irse
por el propio camino», nos decíamos.
Pero no era verdad, nunca es verdad
que dos cuerpos que se aman con el alma
puedan hallar su alma en otros cuerpos.
Pueden clamar pasión, pero no amor.
No lo olvides jamás:
cuando te unes con el otro cuerpo
te estás uniendo al mío, como yo
sigo uniéndome al tuyo en otro cuerpo.

EXHUMACIÓN DE LA CARNE
La lujuria sajaba nuestros cuerpos
y el amor se hizo sexo en la alta noche.
Devoración, seísmo y mar furioso
eran los elementos del paisaje.
Las olas, como coitos encendidos,
penetraban en nuestra piel bullente,
y la luna abrasiva era una gota
de semen sobre el cielo. Cuánta noche
de aquel beso perdura en esta noche
de mi vida, ahora que el amor
y la lujuria se han quedado solos
como todas las ruinas, prisioneros
de la devastación y la memoria.

HOMO SEMENS
Golpea el pedernal del tiempo, alumbra
la génesis del mar silente y veo
lascas de huesos, siglos astillados,
carne elevada hasta la inteligencia.
Una caverna exhibe su clamor
de júbilo rupestre, y la azagaya
del atavismo enérgico comienza
su viaje seminal por los milenios
taladrando esqueletos y fraguando
auroras y caminos en la niebla.
La exuberancia de la vida extiende
su lírica lujuria de hombre en hombre,
y cada gruta es una catedral
y cada manantial una pirámide.
Besos de sílex, cópulas de piedra,
ruinas, menhires, pálpitos grabados,
rostros de la existencia interminable.
Avanza desde el piélago el glaciar
inmóvil, renaciente, indestructible,
desembocando en páginas y lechos,
en ríos y conciencias de granito.
Alguien de arcilla abraza contra sí
otro cuerpo y se tiende sobre un dolmen
en la coital vorágine estruendosa,
reencarnando la anábasis eterna
hacia la luz, la cólquida infinita.
Sus ojos reverberan en mis ojos,
su corazón palpita sobre el mío,
mi cuerpo transfigura su materia
y la proyecta sobre el horizonte.
Soy su pasado, engendro su futuro.
El tiempo nos define. Y yo seré
el eslabón de la inmortalidad.

MULIER IN LOVE
(Bernini: Teresa de Jesús)
Como si el alba abriese su pecho y de él brotaran
palomas encendidas que nublasen el cielo,
sentí mi corazón tremular mis entrañas
y hundirse en él la lanza de un gigante de oro,
verdugo de mi carne y amante de mi espíritu.
El dolor y el amor fueron entrelazándose,
y la pasión serena abrió un bosque de gozos
soñados siempre y nunca conseguidos. El pálpito,
como un caos naciente, abrió un nuevo universo
íntimo e infinito. Los colores, las músicas,
los mares de la sangre y los glóbulos del alma
estallaban gimiendo madrigales, cantando
júbilos y motetes que desgranaban luz
y pusieron mis ojos ante un rostro de bruma
cenital e invisible que era todos los rostros
y todos los enigmas. Se comprimió el espacio
en un solo latido, y el tiempo abrió su forma
en una sola imagen. Fulminada, caí
en un prado solemne donde causas y efectos,
sin orden sucesivo, abrazaban las aves,
las estrellas, el polen, y los sentidos eran
un magma entretejido de orden y confusión,
de plenitud y abismo. La estancia ardió de pronto
y era el mundo un bajel ubicuo y constelado
naufragando en la isla donde la muerte es vida
y todo se desvela como si nunca hubiese
existido el misterio.

HOMO SCRIPTOR (EL SUEÑO DE LA PLUMA)
A veces, en la noche, cuando todo se duerme,
yo permanezco insomne buscando en mis entrañas
la conciencia anhelante de un origen sin fin;
oteo el firmamento y escucho su rumor
semejante al del pálpito de un corazón sublime
en busca de un buen dios  al que dignificar.
Las estrellas son luces rupestres en el cielo
y su caverna constelada brilla
como un lago sereno fruncido de diamantes.
La súbita armonía me otorga lasitud.
Entonces siento el gozo de una lluvia interior
que me libera el alma de todo sufrimiento
y aproxima mis ojos a la clarividencia.
Siento que ese diluvio de olvidos y deleites
me revela que estoy hecho de estrellas,
de sílices y pájaros, y saurios ancestrales,
que el espacio y el tiempo son solamente una
constelación perenne renaciendo en mi ser
y soy el magma fósil de la inmortalidad.
Sortilegio o relámpago, estalla el infinito
en una íntima hoguera. Y en medio de la noche,
como un viaje dormido desde el fin al origen,
se funde el universo en una gota
de luz impenetrable que fluye hasta mi pluma.
Y sólo existe cuanto dejo escrito.

HOMO VIVENS
Como el torrente que en la noche fluye
en un desbocamiento interminable,
descendí desde el sueño al desengaño
y desde el desengaño hasta el dolor.
Supe así que la vida es muerte impura
huyendo hacia el no ser definitivo,
pues tan sólo en la nada halla consuelo.
Pero la sed inextinguible encuentra,
incluso al borde de la tumba, causa
para su obstinación de eternidad.
Y aunque se sabe condenada al hierro,
el alma, alimentando su derrota,
persiste en la sublime contumacia
de transformar en cielos sus infiernos.

HOMO MORIENS (SÍSTOLE)
Preguntas por tu vida y no responde
ni el verso, ni la edad, ni la memoria.
Preguntas por tu vida y sólo quedan
ruinas de identidad, fósiles vanos.
Nada has hecho que dé fulgor al hombre
y nada dignifica tu existencia.
Sentir que quien no ha escrito no ha vivido
es la sabia mentira en que viviste
y es la frágil verdad que no te basta.
Pretendes aceptar que la escritura
es la absoluta solidaridad.
Pero la vida es más que la palabra.
No es un libro este mundo. El corazón
quiere tacto, no pluma; es una página
donde la humanidad lee su misterio.
Preguntas por ti mismo y sólo escuchas
un olvido estridente que te acosa:
la voz de quienes aman, sufren, viven.


Cántico erótico
Antonio Gracia
Huerga y Fierro, 2018
13,30€

miércoles, 19 de diciembre de 2018

La única batalla permitida

Glass

El amor es la única guerra de la mente que podemos permitirnos pacificar con la lucha de los cuerpos. Nace de la sed que provoca una mirada y se sacia sorbiendo el corazón.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Sicalipsis

Schumann: Carnaval

Igual que no hay mayor sexapil que una inteligencia sensitiva, nunca hay mejores manos para acariciar que unos poemas de amor.
Esa es la verdadera sicalipsis.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Mankiewicz: Cleopatra



En castellano, completa >>>:
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Éramos adolescentes y, como viaje de fin de Bachillerato, recorrimos 5.000 kilómetros por Francia, Alemania, Austria, Italia...
En Viena entramos a un Kino en el que proyectaban "Diario de una nudista", o algo así: solo entendíamos lo que veíamos.
Al día siguiente, yo vi esta Cleopatra, de la que nada más que comprendí con claridad muchos "suban-empujen-estrujen-bajen" y que la Cleo se bañaba en leche templadilla.
Años después, muchos sesudos cinéfilos de libro convencieron a media tribu de que las cuatro horas de metraje eran puro cine. 

Kubrick: Senderos de gloria

ORSON WELLES: Sed de mal

viernes, 14 de diciembre de 2018

La soledad del artista


Schumann: Ensueño

Todos tenemos un espacio interior en el que apenas cabe el otro; y sin embargo el otro lo pretende invadir porque entiende que en eso consiste la entrega: en el desnudamiento y mutua ofrenda de la intimidad
     Pero no: dos personas pueden aunarse en una sola para complementarse, no para desindividualizarse. El yo íntimo es el territorio cuyas fronteras, por leves que sean, no se pueden transgredir. Hay muchos que no lo entienden, o no lo aceptan: y se rompe la convivencia social, se acaba la amistad, se quiebra la pareja. 
     La soledad consiste precisamente en la falta extrema de sintonía con los demás: en el ensimismamiento absoluto, rayano en lo autista: en la comunicación exclusiva consigo mismo. 
     Y sin embargo, es ese el territorio del poeta / artista / creador a la clásica usanza. Cuántos abismos celestiales surgen de la tortura del autoconocimiento.


jueves, 13 de diciembre de 2018

La reconciliación. El abrazo amoroso

Chopin: Nocturno

- Eres más rubia que una metamorfosis esdrújula -le díjole diciéndole como si le dijera otra cosa.
- ¡Y tú eres tan sensato como un poliedro izquierdo visto desde un púlpito errabundo!
- ¡Pues tú te pareces al mejor político, ese que se parecería al mejor político si existiera alguno eficazmente bueno!
- ¡No me hables de política que te enfadas para que te dé la razón!
- ¡No me hables de enfados que estoy que me asurbanipalo!
- ¿Y de qué quieres que te parlamente?
- ¡No me hables de eso o te hablo de lo otro! 
- Gracias, pero te lo agradezco. 
¡Ya no me mandas flores!
- ¡Ya no me envías poemas!
- ¡Tú, que no tienes dioptrías!
- ¡Deslízate inconverso!
- ¿Te acuerdas de cuando sin hablar nos entendíamos?
- ¡Es que el amor dice las cosas más bonitas que no existen para ver si existen! 
- ¡Pero si tú nunca me has querido!
- ¡Vaya, al menos coincidimos en algo!
- ¡Yo reconozco que el primer desamor fue el tuyo! 
- ¡Carámbano! ¡No me hables de eso que me disturbio, me encarabincunquino y me atrofio!
- ¿Menuda zenzivilidá tiés oy!
- ¡No me hables de ...!
- ¿Lo ves? ¡Si nos callamos parece que seguimos amándonos!


miércoles, 12 de diciembre de 2018

Cuando el Arte es el arte de fingirlo.-


Las mejores obras de arte

Hay muchas tendencias artísticas que solo tienen de arte lo de tendenciosas, puesto que señalan caminos del pincel, la pluma, la batuta... pero que no llegan al corazón humano, con lo cual el cerebro acaba por eliminarlas. De ellas solo queda el recuerdo del querer y no poder en la historia de la sociedad, la búsqueda, la técnica... y el fracaso.
     Un urinario museificado, una pipa que, evidentemente, no lo es, y se redunda en ello con el verbo, una lata de cola que es simple chatarra ... solo son tributos a la presión que la sociedad de consumo hace sobre el individuo, que es pretender eliminar el individualismo y evitar que piense al margen de eslóganes. El Progreso humano ha traído en muchos aspectos el regreso a la deshumanización. Y con ello, el río revuelto para ganancia de malos pescadores: la invasión de lo efímero y coyuntural. Tal vez por eso muchos siguen en la contumacia de decir "personas humanas": porque algunas son inhumanoides.
     La Libertad guiando al pueblo es un canto a la libertad, como el Guernica tal vez sea una condena de la opresión. No solo son demostraciones de la presencia social en el Arte: son bellezas y alegorías sobre temas universales, conquistas del hombre sobre la maldad y hacia la bondad. Sin embargo, un ex-orinal y una seudopipa apenas van más allá de la pataleta lúdica o el "épater le bourjois": son iconos del malestar del arte, de la estulticia, del pudridero de lo novedoso, del ansia de ser fugaz cometa en vez de estrella luminaria en el firmamento de la creación. 
     O sea: una cosa es renovar la tradición, y otra aceptar pasar por las horcas caudinas de las masas para obtener aplausos. Jamás se olvidará ni morirá la libertad, porque nace en cada hombre; pronto un urinario será una ocurrencia del pasado, por mucho que todo ser humano necesite desovar los restos de su sed.
     Ocurre con el objeto parartístico como con las aporías de Zenón: jamás alcanzarán el arte de ser Arte, igual que Aquiles, el de los pies ligeros, nunca conseguirá alcanzar a la tortuga ni la flecha llegará hasta la diana. 
     Podrán calificarse esos objetos de inteligentes, o ingeniosos: pero no parece muy inteligente utilizar la inteligencia para crear mentecateces.
Las peores obras del mundo