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miércoles, 30 de septiembre de 2015
LACONISMOS 477-500
Welista: Despojamiento lacónico
Mompou: Impresiones
477.- ¿Y si el único sentido de la vida fuese el de nacer, vivir un corto tiempo y morir, sin otras metafísicas ni trascendencias? ¡Cuánto sufrimiento estólido, entonces! Aunque sin él no hubiera nacido el arte, el único ser inmortal.
477.- ¿Y si el único sentido de la vida fuese el de nacer, vivir un corto tiempo y morir, sin otras metafísicas ni trascendencias? ¡Cuánto sufrimiento estólido, entonces! Aunque sin él no hubiera nacido el arte, el único ser inmortal.
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478- Una inteligencia sin experiencia es una inteligencia superflua.
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479- Durante ese tiempo sin tiempo anclado al corazón que es la infancia, se desconoce el concepto de frontera y nada tiene límites. Allí crecen los sueños interminablemente, y germinan, también, los desengaños. Al salir de ella uno se siente hijo de la eternidad y padre de la propia muerte.
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480- Hoy hay más muchedumbre escribiendo que escritores leyendo. El Parnaso se ha sustituido por el Vociferio; y los vociferantes apuestan por la caligrafía de lo estólido.
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481- El desencanto ha enseñado a los sueños que tener ilusiones no debe convertir al soñador en un iluso.
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482- Ser libre no es simplemente elegir lo que queremos, sino liberarnos de cuanto nos impide decidirnos a hacer lo que debemos.
481- El desencanto ha enseñado a los sueños que tener ilusiones no debe convertir al soñador en un iluso.
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482- Ser libre no es simplemente elegir lo que queremos, sino liberarnos de cuanto nos impide decidirnos a hacer lo que debemos.
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483- Aquel que se levanta cada día y se pregunta para qué
es el ser más desdichado de la Tierra.
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484- Feliz quien, al despertar, sabe que va a dar una sonrisa a un niño, a un hombre, a una mujer.
484- Feliz quien, al despertar, sabe que va a dar una sonrisa a un niño, a un hombre, a una mujer.
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485- Incluso quien sufre porque ve que sufren aquellos a quienes cuida cultiva la alegría en un lugar del corazón.
485- Incluso quien sufre porque ve que sufren aquellos a quienes cuida cultiva la alegría en un lugar del corazón.
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486- El hombre más derrotado es el que no tiene por quién luchar.
486- El hombre más derrotado es el que no tiene por quién luchar.
El hombre que menos vive es aquel que se preocupa solo de su propia vida.
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487- Muerto está quien no tiene una razón para seguir viviendo.
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488- Ley natural de la criatura humana es vivir en compañía, y así acaban incluso quienes pasan muchas décadas de su vida errantes, solitarios, inconclusos.
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489- ¿De verdad la autosuficiencia es una victoria del individualismo o una derrota de la solidaridad?
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490- La estatura de un hombre no termina
allí donde termina su cabeza,
sino allá donde llega con su mente.
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491- Sabio es quien empieza pronto a acumular la experiencia del error y el acierto, y a distinguir la sustancia que hay en la circunstancia.
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492- Hay que aprender a cuestionar el mundo
y a construirnos nuestro mundo propio.
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493- Necesitamos creer que la vida tiene un fin; pero, ¿y si la vida fuese solamente una pulsión de la energía del cosmos, que crea seres para descrearlos, y que somos materiales fungibles aunque nos soñemos dignos de alguna metafísica misión?
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494- Hoy todos somos hombres, o todos somos mujeres, en teoría: iguales. Pero el problema fundamental subsiste: decidir si el individuo debe sacrificarse por la sociedad o persistir en su individualismo.
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495- Es en la madurez cuando se puede aprovechar lo aprendido a lo largo de la vida: la sensibilización de la inteligencia, la sensatez de la templanza, la clara perspectiva. Yo nunca he sentido con tanta claridad, ni amado con tanta claridad, ni deseado vivir con tanta claridad; nunca he visto la luz con tan escasas sombras... Ese legado íntimo no puedo transmitírselo a nadie... La muerte es un ladrón inexorable y solamente él me robará mi vida...
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496- Quien no grita en medio de la multitud no es vociferado por ella.
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497- El mundo es un mecanismo de relojería que funciona cuando cada individuo hace lo que debe.
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498- Somos libres de hacer lo que queramos, siempre que nuestra conducta no afecte a la de los otros; porque el efecto dominó convierte nuestros actos en un beso universal o un cañonazo cósmico. ***
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499- Admitamos que todos procedemos de otros, que es natural que le debamos a otros parte de lo que somos, y que no seríamos los mismos sin esos otros que hay en nuestras vidas.
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500- De nada sirve tratar de enseñar si no se enseña por qué es mejor saber que no saber.
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500- De nada sirve tratar de enseñar si no se enseña por qué es mejor saber que no saber.
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Tercera Serie: 33 Laconismos
martes, 29 de septiembre de 2015
La conquista del saber, 14
Leer antes:
La conquista de la sabiduría, I (PERSECUCIONES)
Persecuciones, II (La conquista de la sabiduría, II)
La conquista del saber, 4 (La voluntad, II)
La conquista del saber, 8 (Identidad y apoteosis)
Todas las artes son libros (La conquista del saber, 9)
La única arma pacífica (La conquista del saber, 11)
La transmisión de la sabiduría (La conquista del saber,12)
XIV
Solamente lo propio nos importa,
y no solemos aprender aquello
que no sentimos como vida propia.
¿Enseñamos Historia o solo fechas?
¿Que la ciencia y la técnica prolongan
el impulso humanístico del hombre?
¿Que el pensador idea la utopía
y el científico intenta realizarla?
¿Mostramos que en el hombre no hay más alta
pulsión que la del Arte porque en él
sigue viviendo contra toda muerte?
La Historia y el Relato nos revelan
el tiempo y el espacio en que vivimos;
mediante la Poesía comprendemos
la intimidad humana, ajena y propia;
y la Filosofía ordena el caos
en que razón y fe suelen caer;
la Ética y las Leyes nos corrigen
cuando nos desviamos; y la Física,
como las Matemáticas, rubrica
cada hallazgo de que es capaz la mente.
Familia, educación y sociedad
forman el trío que construye el mundo.
Cuando cambia una de ellas todo cambia.
lunes, 28 de septiembre de 2015
El abrazo fantasma
Una mujer cree ver en una foto a su marido abrazando a otra mujer. En realidad, ni siquiera estaban bailando, aunque la perspectiva y el caprichoso azar han dispuesto que lo parezca.
Sin embargo, la esposa concluye que la fotografía no miente y que el abrazo es innegable.
Por más que el marido insiste en que no hubo tal baile ni tal abrazo, la esposa se reafirma en su interpretación, diciendo que, verdaderamente, no tiene importancia, pero que todos cuantos han visto la fotografía han pensado lo mismo: es un abrazo.
El hombre, ya extenuado por escenas semejantes, dice antes de marcharse:
- Espero que nunca formes parte de un jurado popular.
La mujer no comprende.
Pasan días y el marido no regresa.
Lo que el hombre pensó fue esto:
1) Ahora comprendo la angustia del inocente sentenciado. Debe de ser insoportable sentir la impotencia ante cualquier falsa acusación. Pero cuando esta viene de la única persona en la que confías ya solo te queda desconfiar del mundo, inmerso en la contumacia. Porque ¿qué otra cosa puede esperarse de un mundo en el que todos culpan sin ni siquiera atender a la duda razonable?
2) ¿Qué hago yo compartiendo mi vida con una persona que prefiere creerse a sí misma -solo porque cree en la infalibilidad de su opinión- y llamarme embustero a pesar de ser el único que vivió la situación por la cual me condena, y, por lo tanto, también soy el único testigo, ya que la mujer fotografiada es una ilocalizable desconocida?
3) Como una fatal inquisidora, y por mucho que diga amarme, mi esposa quiere que, por temor a la tortura sicológica, confiese un crimen que no he cometido, quiere que acepte que soy un mentiroso, quiere que reconozca que ella es una mujer comprensiva que perdona mi falta... no quiere admitir que es monstruosamente celosa y todo lo acomoda a su fatal prejuicio...
4) ¿Que sería de mí si me acusaran de matar a un político, de robar al Papa, o de creer en Dios... y ella, en una de sus irreflexivas y compulsivas deducciones, concluyera, aunque sin pruebas, que soy culpable?
5) O sea: que para sufrir malas compañías me voy a sufrirme a mí mismo...
El abrazo egoísta
El abrazo maligno
El abrazo marchito
El abrazo quimérico
El abrazo alevoso
El abrazo perfecto
El abrazo temido
El abrazo ultrajado.
El abrazo en la roca
El abrazo sereno
El abrazo azofaifo
El abrazo del padre
El abrazo homicida
Terapia de pareja (El abrazo extinguido)
El abrazo culpable
El abrazo indomable
Monólogo del cisne (El abrazo imposible)
El abrazo entre plumas
El abrazo en el cuadro
El abrazo inasible
El abrazo iniciático
El abrazo sin plétora.
El abrazo dulcífago
El abrazo inedénico
El abrazo a la muerte.
Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)
El abrazo encontrado
El abrazo insidioso
El abrazo insaciable
El abrazo inconsútil
El abrazo dulcífugo
El abrazo interrupto
El abrazo cautivo
El abrazo inmortal
El abrazo caníbal
El abrazo coital
El abrazo placebo
El abrazo sin rostro
El abrazo perdido (Carpe diem).
El abrazo truncado
El abrazo suicida
El abrazo invasor
El abrazo de plástico
El abrazo no dado.
El abrazo dichoso
El abrazo a la vida
El abrazo sin cuerpo
El abrazo ataráxico
El abrazo amoroso
domingo, 27 de septiembre de 2015
Saber decir adiós
Todos tememos morir. Nada hay contra la muerte y poco contra el temor que despierta, por mucho que se haya esforzado el hombre en hallar remedios y consuelos. La filosofía ha creado fórmulas como la de Epicuro: “¿Por qué temer la muerte si cuando es no soy y cuando soy no es?”. Pero los razonamientos no sirven cuando llegamos ante el umbral. La muerte es el último acto de nuestra vida y lo afrontamos tal y como hemos vividos los otros actos. Solo nos han enseñado a vivir y a morir las religiones o sus iglesias, y su enseñanza ha sido la consideración de que la muerte es un castigo o una liberación del existir; con lo cual vida y muerte forman parte de la misma concepción dolorosa de que la existencia es un infierno.
Sin embargo, esa agonía en la que tantos han convertido la vida pudiera disminuirse si considerásemos que vivir es un viaje que debemos aprovechar porque viajar es hermoso. Saber que el viaje se acaba no impide disfrutar de él. Igualmente, saber -sin laberintos eclesiásticos ni miedos infantiles- que vivir implica morir no debiera impedirnos el disfrute de la vida. Porque la vida es la conciencia de que sentimos y pensamos, y que hemos emergido a ella igual que nos sumergiremos, con la muerte, en la inconsciencia.
sábado, 26 de septiembre de 2015
S Kramer: Adivina quién viene esta noche
Sentimental, pero efectiva y concienciadora, aunque haya que cuestionar su efectismo.
Otros títulos:
(Algunos títulos dejan de verse cuando ya se han visto un determinado número de veces. En ese caso basta con buscarlos en youtube o google para acceder a ellos).
Visconti: El Gatopardo
Preminger: El hombre del brazo de oro
Cacoyannis: Las troyanas
Kazan: La ley del silencio
Mercero: La cabina
Renoir: Esta tierra es mía.
1984
Siegel: Invasión de los ladrones de cuerpos
Roger Corman: La obsesión
(Algunos títulos dejan de verse cuando ya se han visto un determinado número de veces. En ese caso basta con buscarlos en youtube o google para acceder a ellos).
Mankiewicz: Cleopatra
Hawks: Nace una canción
LANG: LA MUJER DEL CUADRO
Orson Welles: El extraño
El día después
S. Salkow: El último hombre sobre la tierra
Hitchcock: Frenesí
Stemberg: Crimen y castigoVisconti: El Gatopardo
Preminger: El hombre del brazo de oro
Kazan: La ley del silencio
Mercero: La cabina
Renoir: Esta tierra es mía.
1984
Siegel: Invasión de los ladrones de cuerpos
Roger Corman: La obsesión
Bertolucci: Novecento
F. Lang: La tumba india
Hitchcock: Recuerda
Mulligan: El otro
J. Ford: La diligencia
Chaplin: Tiempos modernos
L. Vajda: El cebo
Annaud: El nombre de la rosa
F. Lang: Metrópolis
Orson Welles: El proceso
Apocalypto
Costa Gravras: Desaparecido
Buñuel: Un perro andaluz
Rafael Gil: Don quijote de la Mancha
Rostand / Gordon: Cyrano de Bergerac
Murnau: Nosferatu
Pasolini: El evangelio según san Mateo
Dreyer: Dies Irae
Kurosawa: Rashomon
El último castillo
M Nichols: El graduado
Rossellini: Roma, ciudad abierta.
John Huston: Freud, pasión secreta
Jean Renoir: La bestia humana
Frank Capra: ¡Qué bello es vivir!
Sidney Lumet: 12 hombres sin piedad
F. Lang: Perversidad
Hitckocht desafinado: Psicosis
David Lean: Lawrence de Arabia.
I. Bergman: Fresas salvajes
Kubrick: Senderos de gloria
ORSON WELLES: Sed de mal
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