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jueves, 24 de septiembre de 2015

El primer postulado educativo (La conquista del saber, 13)

                           XIII


Transmitir la cultura, o la belleza,
sin enseñar primeramente a amarla
es, como toda imposición, un yerro.
Nada puede enseñarse si primero
no enseñamos por qué se ha de aprender.
De nada sirven las erudiciones
si no las convertimos en premisas
que nos conduzcan a la comprensión.
Mejor que saber más es saber bien.
Ya admitió Erasmo que es gran necedad
aprender lo que luego hay que olvidar.
Hay que enseñar primero las esencias;
luego, tal vez también, las circunstancias.
El primer postulado educativo
es mostrar el deleite de saber
y la necesidad de la cultura
para nuestra existencia y las ajenas:
que el saber es la única palanca
de Arquímedes para cambiar el mundo.
Que el saber es la única moneda
con divisas en todos los países.
Enseñar es sembrar curiosidad
por cosas trascendentes, y saciarla:
tallar premisas que hallen conclusiones
porque aprender es siempre un silogismo.
Educar: despertar curiosidad
por el aprendizaje, no imponerlo.