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jueves, 31 de marzo de 2016

Malversar la educación

Gaudeamus Igitur (latín y castellano)

Pocas dedicaciones profesionales hay más nobles y exigentes de responsabilidad que la de los educadores. También es de las más gratificantes: porque lo que ama el profesor es trasmitir conocimientos, ver cómo la inteligencia y la sensibilidad vencen en el pulso contra la ignorancia, sentir que día a día, mes tras mes, unos cerebros jóvenes se van iluminando hasta conquistar un pequeño o gran saber, una experiencia intelectual, en buena parte nacida de la suya. Personalmente, solo en esos casos me he sentido digno de mi sueldo. 

     Pero el actual sistema educativo impide enseñar. Durante las última décadas, el ministerio de educación ha conseguido dos cosas: militarizar al profesorado y convertir los centros de enseñanza en fábricas donde se atrofien las capacidades intelectuales del alumno. 
     Los últimos ministros han ido sustituyendo el hermoso lema “una enseñanza para todos” por el de “un aparcamiento para los desempleados jóvenes”, convirtiendo al profesor en guardián de aulas superpobladas y a los alumnos (subrayo las honrosas excepciones) en rehenes solo liberables mediante el regalo de un diploma en el que consta que ha sido aparcado hasta la edad reglamentaria, antes de ser lanzado al mercado (explotación) social. 

miércoles, 30 de marzo de 2016

El abrazo ilusorio

Schumann: Reverie (adaptación para orquesta)


Hay personas que no han conocido la maldad -tanta es su nobleza-, y por eso, entre otras muchas cualidades, las amas. 
     Qué gozo creer que una de esas personas te ha querido durante años. 
     Qué alegre esfuerzo el de quien lucha por desembarazarse de sus circunstancias para hacerse merecedor de tal persona y dedicarse a hacer de ella su razón de vivir.
     Qué dolor descubrir que -cuando por fin te has despojado del mundo y estás dispuesto a formar parte de su vida y que ella forme parte de la tuya- esa persona se ha transformado, por las circunstancias de su vida, en otra y lo que era o parecía amor se ha convertido "en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada". 

martes, 29 de marzo de 2016

La indefensión de la pluma


Siempre la escritura me sirvió de trinchera contra los fantasmas del infierno y la acechanza de la muerte. Creía yo que, puesto que yo era nadie para mí y los demás, tal vez conseguiría ser alguien útil para mí mismo y para el mundo a través de mi palabra. Y solo la escritura me procuraba algún sosiego porque paliaba la inutilidad y la indefensión. 
     Pero todos tenemos un techo mental, y llegó un instante en que mi intelecto alcanzó el suyo: supe definitivamente que si algo había construido nada más construiría; y fui consciente de que mis limitaciones alejaban de mí toda aportación a mí mismo y al mundo. Tropecé con la muerte verdadera: la de ser yermo para mí y mis semejantes; y la de hallar que los años no atemperan, sino que desesperan cuando se lleva demasiado tiempo esperando lo imposible.
     Devastaciones, sueños, podría calificar mi torpe herencia. Dolor siento, no culpa: porque no fui ambicioso de circunstancias, sino de intimidades.



lunes, 28 de marzo de 2016

Tres laconismos

Chopin: Vals del minuto

La esclavitud empieza cuando afirmamos que podemos ser absolutamente libres. 
La ignorancia consiste en creer que somos sabios. 
La inteligencia acaba cuando dejamos de dudar.

domingo, 27 de marzo de 2016

Wilder: El apartamento

Si no se ve la anterior, pulsar:

El apartamento

Pocas veces una tragedia se integra en una comedia, y esta en aquello, sin perder su categoría de icono tragicómico. La sátira social y el fracaso individual se mantienen milagrosamente gracias a un director y dos actores que saben alumbrar la tristeza con alegría y convertir la película -con su duelo entre triunfadores y perdedores- en síntesis de la condición humana.
Una buena actriz y un buen actor que se complementan en un buen guión en una buena película de un buen director.

Kubrick: Senderos de gloria

ORSON WELLES: Sed de mal

sábado, 26 de marzo de 2016

Los versos de Trovadorius (VI)

Los versos de Trovadorius (I)

Los versos de Trovadorius (V)



Tras su naufragio en Akra Leuka, transcurrieron años de nomadismo y confusión. Dícese que fue entonces cuando apareció en su vida el nombre repetido por los ecos: Oniria, el talismán.
El manuscrito se interrumpe para volver a continuar en una segunda serie menos hímnica.


Borodin: Nocturno (cuarteto 2).


XXIV.- Jongleur
Si mi pluma, juglar de la belleza
del mundo, consiguiera descubrir
la palabra que, como un talismán,
contiene el universo y sus enigmas,
florecería el mar, y los desiertos
se transfigurarían en océanos
de luz: el firmamento fulgiría
igual que nuestro amor fulge en la noche.
Pero mi pluma es frágil: solo sabe
decirte silenciosa:
Déjame que te diga que te amo
a todas horas y en cualquier lugar:
tal vez así halle la palabra exacta
que exprese lo que siente
mi corazón turbado.

Dos.- Fugacidad

XXV.- La tormenta
El cielo de coral azul y plomo
parece una caverna en esta tarde
en que la nubes trazan
sus pinturas rupestres
en la pared del viento desatado.
Han huido los pájaros, las olas
se estrellan en la piedra.
La rama de aquel árbol
ha caído, tronchada, y el estrépito
pone en fuga a la ardilla.
La lluvia se disuelve en su cascada
de río vertical y cristalino.
¡Qué esfinge misteriosa el universo!
Yo te miro en silencio y todo me recuerda
la furia y vendaval con que te amo.


XXVI.- Una meditación
Mirando el horizonte, los vencejos
y las flores silvestres
siento que la existencia es tan sencilla
como las olas de la playa: dejan
su mensaje de vidrio constelado
y no tratan de comprender el mar.
Repiten su vaivén, lo desmemorian:
su momento es ahora y su lugar es siempre.
Tal vez sepan de barcos y naufragios,
de las orillas de otros continentes:
pero nada interrumpe su sosiego
porque saben ser agua sin preguntas,
ambiciones ni sueños.
Nacemos y morimos, y entretanto
se nos pasa la vida tratando de entenderla
en lugar de vivirla.
Somos peces conscientes
de que tal vez un cielo nos espera
y olvidamos que el mar es ese cielo.

jueves, 24 de marzo de 2016

Escuchando la magia.

Bach: Cantata nº 147

Ya lo dije hace tiempo:

He descubierto algo mágico: al conectar el rúter al televisor -porque en este solo hay diluvios de basura- me ha aparecido You Tube; y en él innumerables vídeos de todas las especies. 
He podido escuchar y ver hasta una docena de diferentes interpretaciones de la misma sinfonía, sonata...: se acabó el sustituir el dvd para encontrar los matices de los otros directores y orquestas. 
Qué maravilla, el rumor de la música. Ya no maldeciré el progreso de la tecnología espacial aplicada a lo cotidiano.
Lo único que siento es que ya no puedo dirigir, como mientras escuchaba Radio Clásica -cuando aún era clásica su música-, la invisible orquesta que yo solo veía. Me entusiasmaba hacer brotar lo mejor de los músicos con mis aspavientos contenidos, y quemaba muchos demonios desjarretándome entre batutazos o acunando la orquesta. 
Ahora me averguenza reconocer -porque los tengo delante- que Berstein, Furtwaengler, Masur, Osawa... dirigen mucho mejor que yo.
Pero escuchar el paraíso: esa es la magia.

miércoles, 23 de marzo de 2016

La agonía insufrible

Chopin: Marcha fúnebre


... De repente, te detienes en tu tráfago diario y te preguntas: 
     ¿Qué hago aquí? ¿Habré de conformarme con estar hasta el final? Siento, pienso, como, río, me entristezco... ¿Para qué? Nací, vivo, moriré... ¿Para qué? Antes que yo han existido y dejado de existir millones de millones de hombres y mujeres, amantes y desamados, padres e hijos... legándose la misma pregunta sin respuesta... ¿Para qué? Desde el mismo instante en que me extraño de esta situación, en la que un día es clónico del otro, mis preguntas confirman que soy un insatisfecho o el mundo no da satisfacción, que aquí nos arrojaron y de aquí solo saldremos con forma de cadáver. ¿No es más dichoso, o menos triste, un lobo, pues no tiene conciencia de su caducidad?
     Entonces te acomodas en la resignación de que los paraísos de la infancia, incrustados en el instinto de supervivencia, solo fueron promesas inconcretas, gratuitas y falsas. Y tu necesidad de sueños y de saberte necesario, y de entender siquiera oscuramente el mundo, te empuja a redimirte de algún modo, a olvidarte de alguna manera de esa ascua que quema el corazón: escoges ser un trabajador digno, tener una feliz familia, descansar sobre otro corazón... Y a pesar de todo, nada consigue liberarte de ese turbio laberinto en el que nos sometieron al nacer y del que no sabemos salir más que por la puerta falsa de la muerte.
     Y suena desde los infiernos que hay en cada aparente cielo la antigua cancioncilla, atribuida a tantos que parece de todos, de nadie o de cada uno de nosotros:
Ven muerte, tan escondida
que no te sienta venir,
porque el placer de morir
no me vuelva a dar la vida.

martes, 22 de marzo de 2016

El terror

Holts: La guerra


¿Cómo no condenar la violencia? ¿Y qué decir para evitarla? Así que me callo y dejo hablar a otros:

Decía Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas". (Y también una desmedida que conduce al egoísmo, caiga quien caiga, añado).

Decía Leibniz: este es "el mejor de los mundos posibles". (Así debiera ser, como obra -que dicen es- de un Dios que no conoce la imperfección; pero algo falla en esa afirmación, permítaseme añadir).

Decía Plauto y predicaba Hobbes: "el hombre es un lobo para el hombre". (Sobre todo para sí mismo cuando los otros solo importan como alimento de nuestras megalomanías, sigo añadiendo).

Decía Sartre: "Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren". (¿Y a quién, en verdad, le importan los pobres, si no incentivan el comercio?, termino de añadir).


La única solución contra el dolor universal es el amor universal: pero, ¿de verdad son más los que aman que los que odian?, finiquito.


lunes, 21 de marzo de 2016

50 años de Radio Clásica


Villalobos: El descubrimiento del Brasil


Recibía yo -pero el destinatario oficial era mi hijo, de un año de edad- el boletín de la programación de Radio Clásica. Y allí estaba yo, casete en ristre, preparado para grabar cuanto me entusiasmaba. Una de esas grabaciones fue El descubrimiento del Brasil, de Villalobos, que desconocía, aunque me eran familiares sus bachianas y preludios. 
     Pasaron años y perdí tal grabación, hecha esta en un magnetófono de bobinas que había comprado muy joven en Venecia. Hasta que un día, puesto que la composición no existía en el mercado discográfico, Araceli González Campos me la devolvió desde su Buzón del oyente. 
     Era entonces Radio Clásica una emisión de 24 horas en la que fluía constantemente la música que endulza el mundo. Y es la única emisora que escuchaba y escucho. Jamás la desconecto, ni siquiera para dormir porque, además de que amansa a las fieras, ensordece los ruidos: ahí está haga yo lo que haga, leyendo o escribiendo; incluso, si me ausento de la habitación o mi domicilio: pero la memoria inconsciente recuerda y actualiza cuanto pasa por nuestros sentidos. 
     Estos días celebra sus cincuenta años de emisión. Pero hoy ya no es lo mismo: tal vez la han convertido en otra cosa, respetable, pero frívola y vulgar, la competencia de otras radios, el cambio de los gustos y valores sociales... 
     Qué lástima y qué lástima.
    

domingo, 20 de marzo de 2016

La primavera

Vivaldi: Primavera


Este es el soneto -¿anónimo?- en el que se inspiró Vivaldi para su composición:

LA PRIMAVERA
Llegó la primavera y de contento
las aves la saludan con su canto,
y las fuentes al son del blanco viento
con dulce murmurar fluyen en tanto.

El aire cubren con su negro manto
truenos, rayos, heraldos de su adviento,
y acallándolos luego, aves sin cuento
tornan de nuevo a su canoro encanto.

Y así sobre el florido ameno prado
entre plantas y fronda murmurante
duerme el pastor con su fiel perro al lado.

De pastoral zampoña al son chispeante
danzan ninfa y pastor bajo el techado
de primavera al irrumpir brillante.
......................

Ya alegra la campiña la fresca primavera
escribe Iriarte.
Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera.
quiere creer Pablo Neruda.
La primavera ha venido 
nadie sabe como ha sido,
Escribe A. Machado
     Porque la primavera es como un milagroso alterego del paraíso perdido y recuperado -que diría Milton-, puesto que reverbera cada año.
     Por eso el corazón melancólico lo busca para rejuvenecer sus esperanzas, como el mismo Machado dice: 
Mi corazón espera 
               otro milagro de la primavera.
     Aunque acabe derrotado y concluya: 
La primavera ha venido 
                                y se ha ido.

     Las raíces del alma se alimentan de las semillas que nos sembraron en la infancia. Y ahí es donde hay que evitar destructivos inviernos, otoños y veranos. Nada pueden los versos contra ellos, aunque a veces mitiguen sus catástrofes. Mucho logran los padres, la educación y la amistad.

sábado, 19 de marzo de 2016

Traducción (XV): Marguerite Yourcenar / Mª Antonia Lozano Ñeco



Lectura de M. A. Lozano Ñeco

Tú nunca sabrás

Tú nunca sabrás que tu alma viaja
Como un dulce corazón refugiado en el mío
Y que nada, ni el tiempo, otros amores, ni la edad
Impedirá que tú hayas existido.

Que la belleza del mundo tiene ahora tu rostro,
Vive de tu dulzura, brilla en tu claridad,
Y que el lago pensativo al fondo del paisaje
Solo me devuelve tu serenidad.

Tú nunca sabrás que yo llevo tu alma
Como una lámpara de oro que me alumbra al andar,
Que un poco de tu voz ha pasado a mi canto.

Suave antorcha tus rayos, dulce hoguera tu llama,
Me guían por los caminos que tú seguiste un día
Y sigues viviendo un poco porque vives en mí.

                                       Mª Antonia Lozano Ñeco

Vous ne saurez jamais

Vous ne saurez jamais que votre âme voyage
Comme au fond de mon cœur un doux cœur adopté
Et que rien, ni le temps, d´autres amours, ni l´âge,
N´empêcheront jamais que vous ayez été.

Que la beauté du monde a pris votre visage,
Vit de votre douceur, luit de votre clarté
Et que le lac pensif au fond du paysage
Me redit seulement votre sérénité

Vous ne saurez jamais que j´emporte votre âme
Comme une lampe d’or qui m´éclaire en marchant,
Qu’ un peu de votre voix a passé dans mon chant.

Doux flambeau vos rayons, doux brasier votre flamme
M’instruisent des sentiers que vous avez suivis.
Et vous vivez un peu puisque je vous survis.
Marguerite Yourcenar 

viernes, 18 de marzo de 2016

Lecturas imprescindibles (18) : Longo


Ravel: Dafnis y Cloe

"La verdadera patria es la infancia", escribió Rilke. Supongo que se refería a que la infancia es nuestra patria chica síquica, esa de cuyos lazos es difícil liberarse para bien y para mal. En nuestra vida todo procede de ella porque es como un ángel o diablo devorador que se traga cuanto hacemos para aplacar su sed de paraísos y desarraigar su hambre de infiernos.
     Infante yo, con la inocencia del que nada sabe, semejante a un buen salvaje roussoniano, descubría los mundos, los paisajes, los hombres y mujeres, la sentimentalidad y el raciocinio.
     Cayó ante mí la breve relación de Dafnis y Cloe, contada por Longo: y su aprendizaje de la naturaleza de los animales, y la animalidad del hombre, el erotismo y la sexualidad. 
     Y para más fascinación, escuché luego la música vibrante de Ravel desovillando la aventura infantil de ambos adolescentes.
     Probablemente, si volviera a leerla, parecería ingenua por primaria y por su sencillez, en un mundo prosístico que no sabe narrar o narra macarrónicas historias. 
     Pero cuánta belleza en la imaginación de aquel adolescente contemplando a aquellos otros dos adolescentes perfumando sus vidas como sin duda debió ser en el origen.
Lecturas imprescindibles

Lecturas imprescindibles, 1

Lecturas imprescindibles, 2 (Orwell)

Lecturas imprescindibles, 3 (Saint-Exupéry)