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sábado, 31 de diciembre de 2022
FELIZ...
En el Taller - VRL - 9
En el taller
Se disuelve el color en la paleta,
en turbios arcoiris escindido;
el pincel deja trazos con descuido
sobre el lienzo y la imagen que aboceta.
Apenas se distingue la silueta
del frágil laberinto desvaído,
y el pergeño persigue enfebrecido
su configuración firme, aún secreta.
Esbozo de mujer, hombre o paisaje,
el borbotón de rojos pone fuego
a la visión fugaz que busca un nombre.
Así el acendramiento del lenguaje
halla, tan visionario como ciego,
la fugitiva identidad del hombre.
viernes, 30 de diciembre de 2022
jueves, 29 de diciembre de 2022
miércoles, 28 de diciembre de 2022
INOCENTES
martes, 27 de diciembre de 2022
La felicidad...
Para ser feliz basta con no codiciar lo que no podemos tener. Claro: que la infelicidad empieza cuando creemos que nos lo merecemos todo.
lunes, 26 de diciembre de 2022
Precipicio interior - VRL - 8
Paisaje de Busot, 1920
Precipicio interior
…Las cosas de estas gentes, sus costumbres…
el latigazo de la injusticia… son asunto de mi obra…
Ocre la senda y verdes las paredes,
avanza el túnel como un horizonte
que ilumina la luz del mediodía
filtrada entre las ramas de su techo.
Como una hogaza dura, de repente
se abre el camino y se hunde entre la piedra,
igual a un yermo campo que tan solo
baña la lluvia y nunca da alimento.
Sombra de un vegetal que no florece
más que como una grave sepultura
de estrellas y de rosas convertidas
en turbios crisantemos.
Reseco y breve abismo, es el retrato
del hombre de estas tierras, rudo, absorto
en su menesterosa mansedumbre
y en su ensimismamiento hasta la muerte.
domingo, 25 de diciembre de 2022
sábado, 24 de diciembre de 2022
Durero: Canticus Hímnico
entonces, todo es luz, y cuanto no vivimos
se convierte en nostalgia para nuestra conciencia.
Canto al hombre que vive mordido por la muerte,
a aquel que no se rinde a su propia agonía.
Canto al hombre que sufre, porque nadie merece
que el dolor de nacer torture su existencia.
Canto a aquel que acertó, y al que se equivocó,
y a todos los que hicieron de su vida una lucha.
Canto el fragor del mundo que atruena el corazón,
y el corazón que lanza su alegría al de todos.
Canto a quien pierde a un hijo, y con él su futuro.
Canto al que ve caer sus ansias y utopías,
y al que ve cómo mueren sus sueños cotidianos.
Pero canto con voz más alta y esforzada
al hombre que desoye los gritos de la muerte
y, sin odio ni furia, se rebela y construye
palacios sobre ruinas, himnos sobre elegías:
canto al hombre que eleva su brazo y vuelve a alzar
la antorcha de la vida allí donde hay cenizas
que le ocultan el sol, y planta un nuevo día
cada vez que el ocaso quiere imponer su noche.
Delvaux: Rebelión de la criatura
Millais: Llegada al paraísoGuillermo Bellod: La invasión del sinántropo
Monet: El cielo no está tan lejos
ONIRIA.COM
Böcklin: La isla de los muertos
Kokoschka: La novia del viento
Eduardo Lastres: La puerta del milenio
viernes, 23 de diciembre de 2022
jueves, 22 de diciembre de 2022
miércoles, 21 de diciembre de 2022
Un Hierro de 100 años
"Buscar en lo común lo extraordinario,
hallar eternidad en el instante".
Réquiem (Cuanto sé de mí, 1957)
Manuel del Río, natural
de España, ha fallecido el sábado
11 de mayo, a consecuencia
de un accidente. Su cadáver
está tendido en D’Agostino
Funeral Home. Haskell. New Jersey.
Se dirá una misa cantada
a las 9.30 en St. Francis.
Es una historia que comienza
con sol y piedra, y que termina
sobre una mesa, en D’Agostino,
con flores y cirios eléctricos.
Es una historia que comienza
en una orilla del Atlántico.
Continúa en un camarote
de tercera, sobre las olas
—sobre las nubes— de las tierras
sumergidas ante Platón.
Halla en América su término
con una grúa y una clínica,
con una esquela y una misa
cantada, en la iglesia St. Francis.
Al fin y al cabo, cualquier sitio
da lo mismo para morir:
el que se aroma de romero
el tallado en piedra o en nieve,
el empapado de petróleo.
Da lo mismo que un cuerpo se haga
piedra, petróleo, nieve, aroma.
Lo doloroso no es morir
acá o allá…
Réquiem aetérnam,
Manuel del Río. Sobre el mármol
en D’Agostino, pastan toros
de España, Manuel, y las flores
(funeral de segunda,
caja que huele a abetos del invierno),
cuarenta dólares. Y han puesto
unas flores artificiales
entre las otras que arrancaron
al jardín… Libérame Dómine
de morte aeterna… Cuando mueran
James o Jacob verán las flores
que pagaron Giulio o Manuel…
Ahora descienden a tus cumbres
garras de águila. Dies irae.
Lo doloroso no es morir
Dies illa acá o allá,
sino sin gloria…
Tus abuelos
fecundaron la tierra toda,
la empapaban de la aventura.
Cuando caía un español
se mutilaba el universo.
Los velaban no en D’Agostino
Funeral Home, sino entre hogueras,
entre caballos y armas. Héroes
para siempre. Estatuas de rostro
borrado. Vestidos aún
sus colores de papagayo,
de poder y de fantasía.
Él no ha caído así. No ha muerto
por ninguna locura hermosa.
(Hace mucho que el español
muere de anónimo y cordura,
o en locuras desgarradoras
entre hermanos: cuando acuchilla
pellejos de vino derrama
sangre fraterna). Vino un día
porque su tierra es pobre. El mundo
Libérame Dómine es patria.
Y ha muerto. No fundó ciudades.
No dio su nombre a un mar. No hizo
más que morir por diecisiete
dólares (él los pensaría
en pesetas) Réquiem aetérnam.
Y en D’Agostino lo visitan
los polacos, los irlandeses,
los españoles, los que mueren
en el week-end.
Réquiem aetérnam.
Definitivamente todo
ha terminado. Su cadáver
está tendido en D’Agostino
Funeral Home. Haskell. New Jersey.
Se dirá una misa cantada
por su alma.
Me he limitado
a reflejar aquí una esquela
de un periódico de New York.
Objetivamente. Sin vuelo
en el verso. Objetivamente.
Un español como millones
de españoles. No he dicho a nadie
que estuve a punto de llorar.
Lecturas imprescindibles (XXV): El desengaño letal.
Si, según Karamazov, "si Dios no existe todo está permitido", Calígula se permite actuar como un dios pretencioso de corregir el mundo, oponiendo al sinsentido y al caos un poder divinal caótico y caprichoso para mitigar el desaliento de vivir. Y tampoco en él halla solución.
El suicidio por depresión es el mal que más muertes causa en la actualidad, muchas más que la suma de otras muchas enfermedades. Eso, junto a otros temas como el poder absoluto, los límites de la libertad, o la corrupción, hacen de Calígula un título necesario para entender el mundo "por de dentro" actual.
Lecturas imprescindibles, 1
Lecturas imprescindibles, 2 (Orwell)
Lecturas imprescindibles, 7: Alibech
Lecturas imprescindibles, 8: Lope
Lecturas imprescindibles (17): Dorian Gray
martes, 20 de diciembre de 2022
Miedo a sentir
La vida es el arte de la sensación y la experiencia, no de las convenciones sociales: quien detiene la sensación para controlar sus consecuencias ya no vive lo que siente, sino lo que se permite sentir: está cambiando la Naturaleza natural por la naturaleza artificial: defiende la cultura del convencionalismo: el alienamiento. Así, el amor se convierte en contrato y la solidaridad en complicidad. Y, así, los rostros son máscaras.
Receta contra la crisis.
No es la crisis una invención de las malas gestiones de los actuales politicastros, ni estos son oriundos del presente. La sociedad siempre ha sido un animal manipulable porque no son los tiranos los que crean esclavos, sino al revés: los que quieren morir de rodillas adoran al que se ha encumbrado pisando sus cabezas.
lunes, 19 de diciembre de 2022
Villancico desde la termodinámica
La escena se sostiene en una nube y el público exige que se le devuelva el dinero por la brevedad de la función.
Koro de hanjelitos berdes:
Alienígena Primero -armado con zambombas-:
¡Pues que solo se transforma
la energía y no se acaba,
es preciso deducir
que la muerte es una puerta
que a otra vida nos despierta!
¡¡Arre, arre, arre...!
Alienígena Segundo -armado con zampoñas-:
¡¡¡ Así que, Señor del Tiempo,
mátame cuanto quisieres,
que ya sé yo quién soy yo
y tú aún no sabes quién eres
porque ser nadie prefieres !!!
Koro de hanjelitas berdes:
¡¡¡ Ay tralarí,
ay tralará !!!
(Letra y música: Lavoisier)