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sábado, 12 de julio de 2025
viernes, 11 de julio de 2025
La anémona en el jardín
Sobre “La anémona en el jardín”, de Die Marín
CANFALI Miércoles, 2-VI-82. Pág.- 12
Antonio Gracia
Uno de los rasgos que caracterizan el teatro de los últimos decenios es el de la coincidencia o simultaneidad creativa de autor y actor. La proliferación de grupos de actores-autores es evidente. Y esto motiva un nuevo rasgo: cada grupo crea su propia preceptiva dramática.
Como cada poema engendra su poética, cada grupo aflora la suya, su propia preceptiva o estética: que ahora condiciona no solamente el propio concepto del texto literario dramático, sino su particular criterio de texto escenográfico.
Es difícil que el grupo-autor de hoy no considere el teatro como espectáculo: nunca como hoy el teatro ha dejado de ser solo literatura puesta en escena. Así, la anábasis del teatro con respecto de la literatura -no respecto del arte-, por más que lo que hay de espectáculo en el teatro, a mi juicio, sea en la mayoría de los casos una ganga que poco a poco devora la veta artística de la literatura; y todavía no conozco un espectáculo teatral que pueda sustituir al texto literario dramático.
Creo que el teatro no debe ser una sucesión de diapositivas pictóricas ni un sucedáneo de la cinematografía, aunque tampoco debe olvidar que existen. Creo que el teatro es la visualización de un texto cuyas palabras dejan de serlo para ser imágenes en la mente del espectador: el escenario debe trasladarse a la mente del espectador-oyente. El teatro debe conseguir que cada espectador esté haciendo en su butaca de primer actor, de todos los personajes, de la obra total: que su cabeza se transustancie en el escenario real. A menudo el actor olvida que él también es una palabra: creo que al fin y al cabo un actor no es más que (no debe ser más que) una palabra puesta en pie en mitad de un escenario.
Y porque creo en la palabra es por lo que me interesa La anémona en el jardín, una obra en la que el protagonista es la palabra, la palabra-acción, la palabra-dinamismo, la palabra que conduce al actor a ser una palabra en movimiento. Hay dos tragedias en el siglo XX que me atraen especialmente: Luces de Bohemia es un trozo de arcilla moldeando al adán del arte y la vida modernos; Seis personajes en busca de autor una crítica que el teatro se hace con una contumacia genial. Y tanto ese adán de la eutanasia como esa autocrítica redentora son catedrales de palabras estructuradas y levantadas como un exorcismo ahuyentador de la muerte del teatro.
Defiendo tanto la palabra como cualquier otro bisturí que conduzca al hombre a su disección metafísica sin trepanar su identidad. (También el dolor o el pentagrama, por ejemplo, son palabras, pero de otros labios, de los cuales no hablo ahora).
La anémona en el jardín es una palabra convertida en una bayoneta que alguien (el autor) se ha arrancado de sí mismo y la ha clavado en el otro, en los otros; es una bayoneta que el yo individual desenvaina de su propio cuerpo para hundirla en el yo social; es la dialéctica entre la represión y la opresión, entre lo uno y lo múltiple, el reo que decapita al verdugo. El juego dialéctico entre Biribirliqui y doña Ruperta es el enfrentamiento entre la infancia y la vejez: el tiempo se ha detenido, las manecillas del reloj omnipresente, como fantasmas, han volado, y en ese instante de levitación acrónica, la vejez (¿la muerte?) se ve asaltada por su propia infancia en la actitud de interrogación y de reproche: una exposición de represiones sociales y morales, de mojigaterías y beaterías, se rebelan desde el autor al texto y desde el texto hasta el espectador: una introspección individual y una sátira social en buena parte suscitada por las experiencias de un ambiente cerrado, de tanto cubículo sotánico y satánico como hay seminado por el mundo. El joven escritor que otea un horizonte de libertad mental descubre pronto que fuera de su cabeza sólo hay una guillotina social: 1) o sale fuera de su cabeza a dejarse amputar su individualismo o 2) aprende que la libertad sólo es sinónimo de clandestinidad de pensamiento responsable o 3) esgrime su libertad de pensamiento responsable como una espada encendida y se lanza a luchar contra la guillotina.
La anémona en el jardín es esta tercera disyuntiva: una ráfaga de palabras intentando matar para resucitar. La anémona es la anagnórisis de un ser consigo mismo. Estos seres que se interpelan mutuamente, que mutuamente se destruyen, que se descifran mediante la destrucción, saben que es preciso destruir para edificar. Sólo quien mata o muere halla en el diccionario del dolor el significado de la palabra vida.
El Séptimo Sello (1957) Pelicula completa en ESPAÑOL -
Un cruzado regresa de las guerras de la Cristiandad y encuentra una Europa desolada por la peste de la carne y de las inquisiciones.
jueves, 10 de julio de 2025
Cuando yo quise ser Lope de Vega
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miércoles, 9 de julio de 2025
En El Congreso
Se dice de alguien que es obtuso cuando se obstina sin razones en mantener una creencia argumentadamente como errónea. Llámasele contumaz.
Pues bien: vivimos en un país llamado mundo empeñado en mantener la contumacia como único argumento.
Épica del fracaso
Holst: Júpiter
martes, 8 de julio de 2025
El abrazo imposible
Ella y Él se conocían desde hacía muchos años y mantenían una relación amorosa y vital; es decir: con aproximaciones y alejamientos característicos de los cambios de edad y de necesidades físicas y psíquicas. Alguno de los dos había decidido unirse al otro para convivir y convertir sus vidas en una sola. "Convertir la aventura de la supervivencia en convivencia".
Sin embargo las rutinas, las costumbres, las circunstancias modifican las esencias y la personalidad va alterándose tras décadas. Así que a veces se preguntaban a sí mismos, y el uno al otro, si se mantendrían juntos o no podrían eliminar sus individualidades, sus soledades de acompañados.
En ocasiones se daban plazos de tiempo para abandonar todo aquello que les impedía estar juntos; y aunque se afirmaban en ese deseo, el tal deseo tardaba demasiado en cumplirse, quizá porque la esencia de sus personalidades estaba ya demasiado invadida y acostumbrada a la soledad buscada, que era lo que habían hecho a lo largo de los años.
Así que un día -más fuertes que nunca en proyectos- se dijeron todas las verdades; y estas eran que por mucho que intentaban convencerse a sí mismos de que no podrían vivir sin el otro también sabían que jamás abandonarían sus diferentes ciudades, entornos y rutinas; de que la distancia y la circunstancia terminan siendo una piel más gruesa que las rocas y la muerte.
lunes, 7 de julio de 2025
Robinson
Supervivencia interior
domingo, 6 de julio de 2025
El abrazo final.
Recordó un antiguo título y sus primeras líneas: Como si fuera mi Autobiografía: "Nací cuando necesité pensar para combatir la muerte. Lo demás ha sido una continua adaptación a la yacija de la tumba".
sábado, 5 de julio de 2025
Si quieres ser feliz
viernes, 4 de julio de 2025
jueves, 3 de julio de 2025
El abrazo en el cuadro.
Scriabin: Estudio Opus 8, 12
miércoles, 2 de julio de 2025
El cumplemuertes
Scriabin: Estudio Opus 8, 12
Es el único día que no altera
su duración, su sed de despertar,
martes, 1 de julio de 2025
Todo el amor del mundo
La vida empieza el día en el que amamos
y muere cuando muere nuestro amor.
Puesto que me has amado un solo día,
un solo día he vivido yo.
En ese breve tiempo he abrazado
todos los sueños de este mundo;
pero también
todas las muertes del dolor.
lunes, 30 de junio de 2025
Un lugar en el pasado
Cuántas veces, caminando
por la senda del recuerdo,
he llegado al corazón
y me he encontrado contigo,
airecillo de los campos,
pedregal de la montaña,
mar disuelto en primaveras,
castillo alzado hasta el cielo.
Cuántas veces te he abrazado
y no me he encontrado en ti,
corazón entristecido
que vas de mí hasta las cosas
y no te quedas conmigo
porque sueñas con ayeres
y mañanas que no llegan
o hace mucho que murieron.
Cuántas veces te has dormido
soñando que eras quien buscas
y al despertar eras otro
conversando con tus sueños.
domingo, 29 de junio de 2025
Rebeldes sin pausa
Yendo por un momento al tópico que me plantean en un correo: creo que todos los políticos son hombres de buena voluntad antes de ser políticos; en cuanto lo son no tienen más remedio que defender una verdad: la de su grupo; y esta, como todas, solo es, en todo caso, la creencia menos indigna y peligrosa de entre las que pueden escoger.
sábado, 28 de junio de 2025
La verdad invisible
Reconocer que nos equivocamos no es culparnos, sino superarnos: porque vivir es aprender a vivir mejor.
Solo busca la verdad quien duda de todas ellas. Quien no duda no busca la verdad sino justificar y atrincherarse en la suya.
viernes, 27 de junio de 2025
El abrazo indeciso
jueves, 26 de junio de 2025
Un cuento de terror
R. Strauss: Zaratustra (Transcripción órgano)
miércoles, 25 de junio de 2025
Antonio Gracia - Como un ciprés muriente
martes, 24 de junio de 2025
Como un ciprés muriente
lunes, 23 de junio de 2025
domingo, 22 de junio de 2025
La Intrascendencia (suicidios, eutanasias)
Holst: Júpiter
La Intrascendencia
La vida humana es un ingrediente de nuestro planeta, como la vida mineral o la vegetal.
Otra cosa es el grado de conciencia de sí mismo y su alrededor que tenga cada uno de los ejemplares de este lugar planetoidal.
¿Tiene un sentido, un significado, un propósito esa vida? ¿Brota, permanece y muere? ¿Es temporal o intemporal?
¿Es un sinsentido nacer para morir, o solamente nos lo parece cuando lo aplicamos a cuanto nos afecta? ¿Qué hay de extraño o sin sentido en empezar, durar y acabar? ¿No es solo cuestión de que no cabe en nuestra lógica -diseñada por nosotros mismos- que seamos simplemente fungibles y carezcamos de trascendencia?
La heterodoxia y el existencialismo empiezan cuando admitimos esa probabilidad: la inexistencia de un Demiurgo Todopoderoso garante de la Perfección del Cosmos: la Innecesariedad de un Dios.
Que una vez conscientes de que somos dueños de nuestra existencia decidamos, o no, continuarla.
sábado, 21 de junio de 2025
Causas
En una democracia el fracaso de los gobernantes es el fracaso de los electores.
De modo que una democracia mal constituida es una dictadura encubierta.
viernes, 20 de junio de 2025
Por qué todo amor muere
Hablo del amor cotidiano, el que va recorriendo tras las décadas sus diferentes fases, cambios, tipos de relación... ese que va del romanticismo erótico a la convivencia perdurable y cómplice.
1.- Ghirlandaia tenía todas las virtudes, menos una: no sabía aceptar su complejo de culpabilidad y, por tanto, no podía ponerle remedio. Las palabras -y los hechos- tienen dos acepciones: la que les da el hablante y la que percibe el que escucha. Además, la palabra tiene un significado objetivo (la denotación) y el que va modificándose según los contextos a lo largo del tiempo (la subjetiva connotación). Por eso siempre entendemos lo que amamos o lo que tememos: lo que nos gustaría o nos disgusta.
2.- Todo funcionaba bien entre Ghirlandaia y Ghirlandaio hasta el instante en que ella escuchaba una palabra expresada en su acepción denotativa como si se hubiese pronunciado con una significación connotativamente negativa. Por ejemplo: traducía mentalmente "¡qué guapa estás!" como "se está burlando de mí". Alguien le había injertado en su infante adolescencia una semilla de autodescalificación. De modo que Ghirlandaio llevaba 20 años con sol o con lluvia, según amaneciese en la mente de su amada -quien cada día le negaba más intimidades-.
3.- La breve historia es esta:
Se conocieron sin premeditación, una noche cualquiera. Era una mujer clara y deliciosa que miraba el mundo con extraña inocencia y sorpresa. En seguida empatizaron, a pesar de que a él -de compleja personalidad- le gustaba la lógica, con sus premisas deductibles, y a ella solo la conclusión, fuera esta racional o no, argumentativa o inargumentada. Pero era tan bella de corazón -y de todo lo demás- que cómo no iba a ser amada.
4.- Desde el comienzo fueron partícipes uno del otro, dándose mutuo afecto y compañía, aunque también desde el principio él le dejó una nota en la mesa aconsejándole que debía evitar algunos comportamientos pesimistas y adoptar otros optimistas. Luego se repitió esa escena de muchos modos, siempre significando "ve a un sicólogo, que es una mirada que dice lo que ve y de la que no puedes sospechar que tiene intención de perjudicarte." Pero no: ella, que era la Inocencia personificada, culpaba todo cuanto le parecía una agresión; de nada servía insistir en que cuando has andado mil veces el mismo camino y siempre has tropezado en la misma piedra es mejor cambiar de camino o andarlo de otro modo. Ella seguía con sus rutinas sicológicas, en un bucle infinito. Se sumó a esto que Ghirlandaio cometió un error, que confesó en seguida, y del que fue perdonado -al parecer-. Pero el tiempo demostró que no: porque algunas verdades íntimas solo pueden decirse a quien comprende por qué existe la mentira. Por ejemplo, una infidelidad inesperada: descansará de su yerro quien confiesa; pero echará su peso sobre quien escucha y se convertirá en una paulatina distancia hacia la venganza; porque el perdón no elimina la culpa sino que la acrece y esconde en el inconsciente de quien perdona. De este modo, lo que al principio en Ghirlandaia era generosidad, constancia y ternura se fue cambiando por ensimismamiento, obstinación y contumacia.
5.- Así pasaron muchos años entre bonanzas y tempestades, aproximaciones y desencuentros. No se sabe si están juntos y mal acompañados -porque los ataques súbitos de ira continúan y destejen el velo de Penélope que siempre parece estar trenzándose-. Él dejó de ser un Ulises para centrarse en ella, que era lo que parecía haber querido siempre. Ella no sabe si es mejor ser Penélope o romper su telar. Pero el lector reconocerá en seguida que la ira y el rencor disfrazado, incluso con buena intención, siempre son destructivos; y que el pasado está para aprender de él y olvidarlo a fin de construir otro presente. ¿Estarían mejor absolutamente separados o se culparían día a día de no haber logrado empezar como dos desconocidos, igual que la primera vez que se encontraron?
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