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sábado, 12 de julio de 2025

Más fuego enciendes tú en mi corazón

                         Bach: Suite

El último poema

Un día me dijiste que me amabas
y convertí mi dicha en un poema
dorado y luminoso.
Hoy me dices adiós: que no me quieres.
Escondo mi dolor en estos versos;
y para no llorar doy a mis lágrimas
igualmente la forma de un poema
que sepulte mi amor: ascua y ceniza.
Más fuego enciendes tú en mi corazón
que el infierno que en él dejan tus brasas.


viernes, 11 de julio de 2025

La anémona en el jardín


 

 Sobre “La anémona en el jardín”, de Die Marín

CANFALI Miércoles, 2-VI-82. Pág.- 12

Antonio Gracia


Uno de los rasgos que caracterizan el teatro de los últimos decenios es el de la coincidencia o simultaneidad creativa de autor y actor. La proliferación de grupos de actores-autores es evidente. Y esto motiva un nuevo rasgo: cada grupo crea su propia preceptiva dramática. 


Como cada poema engendra su poética, cada grupo aflora la suya, su propia preceptiva o estética: que ahora condiciona no solamente el propio concepto del texto literario dramático, sino su particular criterio de texto escenográfico. 


Es difícil que el grupo-autor de hoy no considere el teatro como espectáculo: nunca como hoy el teatro ha dejado de ser solo literatura puesta en escena. Así, la anábasis del teatro con respecto de la literatura -no respecto del arte-, por más que lo que hay de espectáculo en el teatro, a mi juicio, sea en la mayoría de los casos una ganga que poco a poco devora la veta artística de la literatura; y todavía no conozco un espectáculo teatral que pueda sustituir al texto literario dramático.


Creo que el teatro no debe ser una sucesión de diapositivas pictóricas ni un sucedáneo de la cinematografía, aunque tampoco debe olvidar que existen. Creo que el teatro es la visualización de un texto cuyas palabras dejan de serlo para ser imágenes en la mente del espectador: el escenario debe trasladarse a la mente del espectador-oyente. El teatro debe conseguir que cada espectador esté haciendo en su butaca de primer actor, de todos los personajes, de la obra total: que su cabeza se transustancie en el escenario real.  A menudo el actor olvida que él también es una palabra: creo que al fin y al cabo un actor no es más que (no debe ser más que) una palabra puesta en pie en mitad de un escenario.


Y porque creo en la palabra es por lo que me interesa La anémona en el jardín, una obra en la que el protagonista es la palabra, la palabra-acción, la palabra-dinamismo, la palabra que conduce al actor a ser una palabra en movimiento. Hay dos tragedias en el siglo XX que me atraen especialmente: Luces de Bohemia es un trozo de arcilla moldeando al adán del arte y la vida modernos; Seis personajes en busca de autor una crítica que el teatro se hace con una contumacia genial. Y tanto ese adán de la eutanasia como esa autocrítica redentora son catedrales de palabras estructuradas y levantadas como un exorcismo ahuyentador de la muerte del teatro.


Defiendo tanto la palabra como cualquier otro bisturí que conduzca al hombre a su disección metafísica sin trepanar su identidad. (También el dolor o el pentagrama, por ejemplo, son palabras, pero de otros labios, de los cuales no hablo ahora).


La anémona en el jardín es una palabra convertida en una bayoneta que alguien (el autor) se ha arrancado de sí mismo y la ha clavado en el otro, en los otros; es una bayoneta que el yo individual desenvaina de su propio cuerpo para hundirla en el yo social; es la dialéctica entre la represión y la opresión, entre lo uno y lo múltiple, el reo que decapita al verdugo. El juego dialéctico entre Biribirliqui y doña Ruperta es el enfrentamiento entre la infancia y la vejez: el tiempo se ha detenido, las manecillas del reloj omnipresente, como fantasmas, han volado, y en ese instante de levitación acrónica, la vejez (¿la muerte?) se ve asaltada por su propia infancia en la actitud de interrogación y de reproche: una exposición de represiones sociales y morales, de mojigaterías y beaterías, se rebelan desde el autor al texto y desde el texto hasta el espectador: una introspección individual y una sátira social en buena parte suscitada por las experiencias de un ambiente cerrado, de tanto cubículo sotánico y satánico como hay seminado por el mundo. El joven escritor que otea un horizonte de libertad mental descubre pronto que fuera de su cabeza sólo hay una guillotina social: 1) o sale fuera de su cabeza a dejarse amputar su individualismo o 2) aprende que la libertad sólo es sinónimo de clandestinidad de pensamiento responsable o 3) esgrime su libertad de pensamiento responsable como una espada encendida y se lanza a luchar contra la guillotina.


La anémona en el jardín es esta tercera disyuntiva: una ráfaga de palabras intentando matar para resucitar. La anémona es la anagnórisis de un ser consigo mismo. Estos seres que se interpelan mutuamente, que mutuamente se destruyen, que se descifran mediante la destrucción, saben que es preciso destruir para edificar. Sólo quien mata o muere halla en el diccionario del dolor el significado de la palabra vida.


El Séptimo Sello (1957) Pelicula completa en ESPAÑOL -

Castellano. Completa

Un cruzado regresa de las guerras de la Cristiandad y encuentra una Europa desolada por la peste de la carne y de las inquisiciones.

Las grandes preguntas de la Humanidad a través de los milenios. 

El más acá terrible en sus vivencias y el más allá profetizado como un castigo insufrible.

Era un tiempo -el del cine- en que se sentía y creaba de otra manera. 

Cuando el cine aún era la vida -y la muerte- y los personajes también eran personas. 

Cuando aún no se podía decir: ya no voy al cine porque solo ponen "películas".

jueves, 10 de julio de 2025

Cuando yo quise ser Lope de Vega

Borodin: Nocturno

Fui un adolescente que se sintió una errata en el libro del mundo. Buscando otra existencia en la que hallar digna identidad me sumergí inconscientemente en las de aquellos cuyas temporalidades, trascendidas al margen de los dioses y religiosismos, habían merecido un trasunto de eternidad: escritores, músicos, pintores ... que no eran sino voluntades contra lo efímero y vulgar a pesar del dolor del esfuerzo y del exilio de la comunidad. Por eso yo quería ser Lope de Vega, por ejemplo, triunfador en su tiempo y -sobre todo- en el tiempo; amado, respetado, inmortal por sus obras. Nada de esgrimir solo dones de la naturaleza, sino de merecimientos por lo alcanzado con esos dones y la voluntad. Así entendía yo la vida y la posteridad: la consecución meritoria de una existencia renovada, vigente, no el aplauso de la famamundia sincrónica. También quería ser un Fray Luis sosegado consciente de que mi vida retirada era una entrada en el wallhala de los inmortales porque su obra -su vida- era indeleble.
     Amaba a Mozart, Beethoven y Wagner porque eran distintos escalones de liberación de la muchedumbre y superación de ella: la sociedad persigue al individuo por no atenerse al pensamiento único, y quiere absorberlo. Sin embargo cada artista pretende ser autor de su pensamiento y biografía, no un espectador de dictadores. Mozart había luchado por la independencia artística que Haydn intentara, que Beethoven consiguió y Wagner conquistó.
     Como digo, amaba a Lope porque su palabra había conquistado el mundo femenino y masculino, el amor y la amistad, el respeto y la gloria. También yo me creía "monstruo de la naturaleza", pero en su significado monstruoso, no creativo. Mi autoestima era tan destructiva que huía de mí mismo -o sea: de los demás- para no ver mi fealdad. Viví solo y solitario y, como consecuencia, solo hablaba de mí mismo conmigo en un cuaderno que era mi confidente y mi amistoso enemigo porque me decía las verdades y me consolaba, a veces. Como siempre estaba enamorado del amor no tenía tiempo para enamorarme de alguien, y cuando lo hacía me cristalizaba en una afasia inmóvil. Así durante muchos años; hasta que descubrí que sufría tanto o más alejado por mí mismo de quienes amaba que si me hubieran rechazado tras confesarles mi pasión. Una vez que creí amar celestialmente, ella murió. Así que, para que nada me hiciera daño, blindé mi corazón -eso creo-: sin caer en la cuenta de que, insensible, no sentía lo doloroso, pero tampoco lo placentero. El caso es que me lancé al mundo y su aventura: decía amar a quien se aproximaba; pero no amaba; lo cual provocaba más amor en quien se sentía desechada.  
            Y así moría diariamente.


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miércoles, 9 de julio de 2025

En El Congreso

Se dice de alguien que es obtuso cuando se obstina sin razones en mantener una creencia argumentadamente como errónea. Llámasele contumaz.

Pues bien: vivimos en un país llamado mundo empeñado en mantener la contumacia como único argumento.

Épica del fracaso

 

Holst: Júpiter

Ella miraba alrededor de ella. 
Buscaba una salida a su prisión.
Un sendero dichoso hacia la luz.
Pero la dicha exige sus tributos.
Ella tenía miedo y decidía 
no empezar el camino, detenerse
en el propio terror a comenzarlo
por si no conseguía darle fin. 
Cada día sufría y cada día
"mañana lo comienzo", se decía.
Estática quedó en el primer paso
y alzó allí un mausoleo indefinible.
El individuo busca compañía.
la sociedad crea misantropía.

martes, 8 de julio de 2025

El abrazo imposible

Holts: Saturno

Ella y Él se conocían desde hacía muchos años y mantenían una relación amorosa y vital; es decir: con aproximaciones y alejamientos característicos de los cambios de edad y de necesidades físicas y psíquicas. Alguno de los dos había decidido unirse al otro para convivir y convertir sus vidas en una sola. "Convertir la aventura de la supervivencia en convivencia". 

Sin embargo las rutinas, las costumbres, las circunstancias  modifican las esencias y la personalidad va alterándose tras décadas. Así que a veces se preguntaban a sí mismos, y el uno al otro, si se mantendrían juntos o no podrían eliminar sus individualidades, sus soledades de acompañados. 

En ocasiones se daban plazos de tiempo para abandonar todo aquello que les impedía estar juntos; y aunque se afirmaban en ese deseo, el tal deseo tardaba demasiado en cumplirse, quizá porque la esencia de sus personalidades estaba ya demasiado invadida y acostumbrada a la soledad buscada, que era lo que habían hecho a lo largo de los años. 

Así que un día -más fuertes que nunca en proyectos- se dijeron todas las verdades; y estas eran que por mucho que intentaban convencerse a sí mismos de que no podrían vivir sin el otro también sabían que jamás abandonarían sus diferentes ciudades, entornos y rutinas; de que la distancia y la circunstancia terminan siendo una piel más gruesa que las rocas y la muerte.

lunes, 7 de julio de 2025

Robinson

Supervivencia interior


Suite Robinson Crusoe

         Si yo hubiese de salvar un solo libro, o hubiera de llevarme solo uno a una isla desierta, escogería el que ahora nombro, a pesar de que hay otros, afortunadamente, tan excelsos, que nos enseñan a vivir -aunque no, como el que digo, a sobrevivir-. También es el que enviaría a otro planeta como referencia de lo que esencialmente es el ser humano: superación. 
         Es sorprendente la cantidad de veces que lo citan los grandes nombres de la Literatura, del Arte y de la Historia. Me refiero a Robinson Crusoe: buena parte de cuantos lo han leído lo hicieron en su adolescencia, en versiones simplificadas que lo han desprestigiado y desprovisto de sus cualidades: porque los publicistas, olvidando que Daniel Defoe lo escribió con la experiencia de su madurez, creen que se vende mejor como un cuento de piratas. Pero la odisea del náufrago -inspirada en hechos históricos- es más interior que exterior, más introspectiva que aventurera. No existe en la literatura universal otro personaje capaz de sobreponerse a las adversidades como Robinson Crusoe. Probablemente, ningún otro puede enseñar tanto al hombre actual. Tras su catástrofe, parte de cero y se convierte en el admirable ejemplo de lo que un hombre puede llegar a hacer con determinación, solo, en circunstancias extremas, conviviendo con sus propios temores, llenándolos de esperanzas y de actos, creciéndose cada día ante los infortunios, sin ayuda, sin milagros, sin ciencia ficción, con la única fuerza de su fe en sí mismo.  
         El naufragio de Robinson es el emblema del aislamiento del hombre en el mundo en que vive (tanto que acaba por regresar a su isla, tal vez huyendo de la misantropía que la sociedad genera). Lo que importa de él es su incapacidad para rendirse ante las desdichas: la afirmación de que el destino es la voluntad.


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domingo, 6 de julio de 2025

El abrazo final.


Wagner: Murmullos en el bosque

Era como si el niño asustado que todos llevamos dentro despertase y saliera de su escondite gritando con un aullido interminable. Eso sentía cuando, apenas conteniéndose, salió de la consulta en la que el médico le reiteraba su veredicto, al parecer inapelable. 
     Recordó un antiguo título y sus primeras líneas: Como si fuera mi Autobiografía: "Nací cuando necesité pensar para combatir la muerte. Lo demás ha sido una continua adaptación a la yacija de la tumba".
     Se acabaron las desdichas existencialistas, los intentos de suicidio... y también el naufragio entre libros amados y los erotismos con los que mitigaba la condición mortal.
     Siempre había temido ese momento, aunque supiese bien que nacer es empezar a morir y viviera siempre agonizante. Sin embargo, tras una primera puñalada de dolor, despertó en él el odio contra los dioses, hacedores de un mundo indigno y desolado: y se sintió, como tantas otras veces, mártir del capricho de algún inescrutable Polifemo devastador de la existencia. Qué estúpido el Artífice que crea una obra viva y amante de la vida, y le injerta, indeleble, la conciencia doliente de su mortalidad.
     ¡Qué hacer ahora, cuando las cenizas ya crepitaban en su sangre dispuestas a ser ascuas del gran fuego! Sus neuronas, sus células, el flujo de su sangre y sus ideas se irían extinguiendo y el prematuro otoño lo ocultaría bajo un diluvio de hojas, panteón que el viento derruiría.
     La pluma, como un inútil falo, se le antojaba estéril, un soñador que alguna vez quiso crear un hálito de vida.
     Sus libros: solamente un puñado de herrumbres y de ruinas arrancadas a un manantial que tampoco existió.
     Sus hijos, allá lejos, perdidos en sus vidas, ajenos a su padre.
     No le quedaba nada, pues nada había tenido de cuanto creyó tener.
     ¿Y una persona pura que hubiese comprendido la onírica grandeza de sus sueños y fuese, como hermosa albacea de su espíritu, el testigo final de su derrota?
     Encaminó sus pasos hacia ella, la tejedora de ternuras, y se dejó caer entre sus brazos.

Guillermo Bellod


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sábado, 5 de julio de 2025

Si quieres ser feliz


                             Borodin: Cuarteto nº 2 (Andante)
                                            (para Luis, Á. Luis, J. Ramón)

Si quieres ser feliz
no busques trascendencias en la vida.
Sáciate con pequeños paraísos.
He caminado muchas metafísicas,
perseguido visiones, azucenas
de sangre, corazones abisales,
abrazado deidades y demonios.
Me he investido de magias y cilicios... 
Nada me ha levantado a las alturas.
Si quieres ser feliz
da breves alegrías a tu vida
y a la de los demás. El universo
se reduce a ti mismo y a unos pocos 
que caminan contigo. Las leyendas
de magias, flamigerios 
o sátrapas fulgentes son piadosas 
efigies de la muerte o lentos báculos 
para llegar a ella.
Solo quien teme a la fugacidad
reniega del camino. 

jueves, 3 de julio de 2025

Antonio Gracia - Como un ciprés muriente - Voz Manuela García

El abrazo en el cuadro.


Scriabin: Estudio Opus 8, 12

Mientras Wil enfocaba con sus gafas el cuadro, Rem y yo nos mirábamos ansiosos y culpables. Un par de horas más tarde, consumidos los wiskis, salíamos de su casa los tres, y yo zurraba a escondidas las nalgas de mi dulce enfermera. Al cruzar la Glorieta, entre sombras, pulsaba sus pechos abultados, y sentía la sangre correr por sus entrañas, yugular hacia abajo.

Todo había empezado hace ya muchos años: en mitad de la noche necesité aliviar mi angustia; y un amigo me llevó hasta la casa de otro amigo pintor. Solo estaba su esposa, quien me inyectó la ampolla que recetara el médico. Yo la miré furioso y tierno, y le decía, entre doliente y brujo, lo bien que comprendía al caballero heroico del mágico medievo que -para no gritar- abrazaba a la dama cuando el puñal ardiente curaba sus heridas quemándolas. Entonces ardió algo en nuestras vidas y surgió la batalla entre amor y lealtad.

Ninguna pulsión puede detener el impulso del erotismo fiero.

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miércoles, 2 de julio de 2025

El cumplemuertes



Scriabin: Estudio Opus 8, 12

Hoy es el primer día de mi muerte.
Es el único día que no altera 
su duración, su sed de despertar,
de ver de nuevo un sol venciendo sombras.
No sé nada de mí, nada sabría
si me faltaran meses, años, siglos
para poder decir "mi cumplemuertes
empieza hoy". No aprendería nada
que me diese un mayor conocimiento
nutriente del saber porque la vida 
solo enseña a esperar, no a comprender, 
el día de la muerte.
¿Nacer bajo el instinto
de la supervivencia y la conciencia 
de la mortalidad de la existencia?
¿Qué causa noble engendrará 
tal consecuencia?

martes, 1 de julio de 2025

Todo el amor del mundo



La vida empieza el día en el que amamos 

y muere cuando muere nuestro amor. 

Puesto que me has amado un solo día, 

un solo día he vivido yo.

En ese breve tiempo he abrazado 

todos los sueños de este mundo; 

pero también 

todas las muertes del dolor.


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lunes, 30 de junio de 2025

Un lugar en el pasado

Camino de la Glorieta


Cuántas veces, caminando 

por la senda del recuerdo, 

he llegado al corazón 

y me he encontrado contigo, 

airecillo de los campos, 

pedregal de la montaña, 

mar disuelto en primaveras, 

castillo alzado hasta el cielo.

Cuántas veces te he abrazado

y no me he encontrado en ti, 

corazón entristecido 

que vas de mí hasta las cosas 

y no te quedas conmigo 

porque sueñas con ayeres 

y mañanas que no llegan

o hace mucho que murieron.

Cuántas veces te has dormido 

soñando que eras quien buscas

y al despertar eras otro 

conversando con tus sueños.


domingo, 29 de junio de 2025

Rebeldes sin pausa

"Viento, mucho viento... una galerna..." (Luces de bohemia)

.Beethoven: Wellington's Victory

....
Recibo en ocasiones preguntas que me exceden pero merecen un instante de reflexión:
     Yendo por un momento al tópico que me plantean en un correo: creo que todos los políticos son hombres de buena voluntad antes de ser políticos; en cuanto lo son no tienen más remedio que defender una verdad: la de su grupo; y esta, como todas, solo es, en todo caso, la creencia menos indigna y peligrosa de entre las que pueden escoger. 
Así, ocurre en política como al final de Rebelión en la granja, de Orwel: "miraba al hombre y miraba al cerdo; y ya no distinguía al uno del otro". 
(Tampoco estorba recordar el sanchesco cuento del rebuzno: "No rebuznaron en balde el uno y el  otro alcalde").

sábado, 28 de junio de 2025

La verdad invisible


R. Strauss: Zaratustra (Transcripción órgano)

     Quien no duda no busca la verdad. 
     Es cómodo instalarse en una creencia y edificar sobre ella nuestra vida. Pero si no estamos alertas a los cambios del paisaje humano nos estancaremos en un dogmatismo intolerante castrador de toda evolución.
     Porque siempre habrá una mente más sabia e inteligente que la nuestra que rebatirá nuestros argumentos. De manera que creer que lo que creemos es incuestionable solo significa que somos contumaces.
     Es preciso aceptar no solo que todo es relativo y que cultivamos la verdad que nos interesa -incluso inconscientemente-, sino que hay verdades sincrónicas o coyunturales y verdades diacrónicas. Estas implican la aceptación de que las otras son solamente válidas para un momento o una época. El "pienso, luego existo" ya es un principio fósil, válido solo para quien tiene voluntad de creer; pero creer es una dádiva de la naturaleza irracional y querer creer es un acto de racionalidad. Y la mente es más irracional que racionalista. 
     Tal escepticismo inevitable conduce a un sentimiento agónico de la vida, puesto que todos necesitamos un punto de apoyo desde el que partir. Sin embargo, quien supera esa agonía como la mayor de las indefensiones de la condición humana puede honrar sus pensamientos y sus obras, ya que no admite la infalibilidad y certifica la voluntad de acertar. Significa que huye de los dogmatismos fanáticos, como digo, causa de toda intolerancia y violencia. Siempre me he preguntado cómo es posible mantener por los siglos la creencia de que Jesucristo es el hombre ejemplar entre los hombres si precisamente sus creyentes admiten que formaba parte del triunvirato divino y, como tal divinidad, no sufría el mayor dolor del hombre, que es la duda ante la existencia de otra vida.
     Reconocer que nos equivocamos no es culparnos, sino superarnos: porque vivir es aprender a vivir mejor.
     Toda verdad es una perspectiva de la mente que la propia mente invalidará desde otra perspectiva.
      Solo busca la verdad quien duda de todas ellas. Quien no duda no busca la verdad sino justificar y atrincherarse en la suya.

viernes, 27 de junio de 2025

El abrazo indeciso



Elgar: Variaciones Enigma


La búsqueda de la perfección lleva implícita la rémora del temor a la imperfección, y esta la indecisión y la inacción. De modo que decídete a actuar proponiéndote acertar aunque temas cometer algún error.
Si dejas para mañana lo que la reflexión ya te aconseja que debes hacer hoy, tal vez llegues tarde a alcanzar lo que anhelas. No existe otro país como el "ahora".
Ejemplo:
Simón ama en silencio a Patricia desde hace mucho, y cree que es amado por ella. Indeciso, retrasa  una y otra vez el momento de hacérselo saber, y se va a una isla a pensarlo definitivamente durante tres meses.
Cuando finalmente vuelve para decírselo, ve a Patricia, quien -creyendo que el silencio y la ausencia de Simón significaban indiferencia- ha desembocado su amor en el atento Patricio, con el que ahora comparte su vida.  
Moraleja: 
No es de sabios comportarse como un necio.

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jueves, 26 de junio de 2025

Un cuento de terror

 

R. Strauss: Zaratustra (Transcripción órgano)


Un cuento de terror


Se quejaba un poeta porque no encontraba en sus versos algo que lo dignificara y convirtiera en un autor necesario en la memoria de los hombres

Triste de mí, pues queriendo ser alguien seré nadie. Mi esfuerzo por saber no me ha enseñado la estrategia de la perennidad, y cuanto he aprendido solo me sirve para ser más sensible a mi derrota.

Invadido por la melancolía, se asomó a una ventana por la que vio un fragmento del presente y, por ello, del futuro. En él solo existían  Catálogos de Acrónimos y Academias de la Frivolidad. Las calles estaban adoquinadas con lo que él conocía con el nombre de libros -partituras, cuadros...-.

miércoles, 25 de junio de 2025

Antonio Gracia - Como un ciprés muriente

Como un ciprés muriente

Amanece y el alba trepa azul
tiñéndose de rosa, mientras pasa
por mi jardín un céfiro pequeño.
Canta un pájaro y llueve suavemente
sobre el jazmín. También mi corazón
trina al pensar en ti, teñida 
de rocío, allá lejos, 
tan lejos y tan cerca.
El ciprés centinela del recuerdo
se parece al bisel de tu figura.
Cuánto te quise y cuánto 
quiero quererte. Llega
el galope del tiempo y su canción
susurra entre las hojas mientras muere
la realidad cuanto más sueño. Un ángel 
disuelto en armonía enciende hogueras
en la mañana. Pero ya no estás.

martes, 24 de junio de 2025

Como un ciprés muriente


            Maurice Ravel - Bolero | Alondra de la Parra 


Amanece y el alba trepa azul
tiñéndose de rosa, mientras pasa
por mi jardín un céfiro pequeño.
Canta un pájaro y llueve suavemente
sobre el jazmín. También mi corazón
trina al pensar en ti, teñida 
de rocío, allá lejos, 
tan lejos y tan cerca.
El ciprés centinela del recuerdo
se parece al bisel de tu figura.
Cuánto te quise y cuánto 
quiero quererte. Llega
el galope del tiempo y su canción
susurra entre las hojas mientras muere
la realidad cuanto más sueño. Un ángel 
disuelto en armonía enciende hogueras
en la mañana. Pero ya no estás.

domingo, 22 de junio de 2025

ALBERT EINSTEIN | Su Historia Explicada

La Intrascendencia (suicidios, eutanasias)

 

                                            Holst: Júpiter

La Intrascendencia

La vida humana es un ingrediente de nuestro planeta, como la vida mineral o la vegetal. 

Otra cosa es el grado de conciencia de sí mismo y su alrededor que tenga cada uno de los ejemplares de este lugar planetoidal. 

¿Tiene un sentido, un significado, un propósito esa vida? ¿Brota, permanece y muere? ¿Es temporal o intemporal? 

¿Es un sinsentido nacer para morir, o solamente nos lo parece cuando lo aplicamos a cuanto nos afecta? ¿Qué hay de extraño o sin sentido en empezar, durar y acabar? ¿No es solo cuestión de que no cabe en nuestra lógica -diseñada por nosotros mismos- que seamos simplemente fungibles y carezcamos de trascendencia?

La heterodoxia y el existencialismo empiezan cuando admitimos esa probabilidad: la inexistencia de un Demiurgo Todopoderoso garante de la Perfección del Cosmos: la Innecesariedad de un Dios.

Que una vez conscientes de que somos dueños de nuestra existencia decidamos, o no, continuarla.


viernes, 20 de junio de 2025

POE: El cuervo




Por qué todo amor muere

 

Grieg: La mañana

Hablo del amor cotidiano, el que va recorriendo tras las décadas sus diferentes fases, cambios, tipos de relación... ese que va del romanticismo erótico a la convivencia perdurable y cómplice. 

1.- Ghirlandaia tenía todas las virtudes, menos una: no sabía aceptar su complejo de culpabilidad y, por tanto, no podía ponerle remedio. Las palabras -y los hechos- tienen dos acepciones: la que les da el hablante y la que percibe el que escucha. Además, la palabra tiene un significado objetivo (la denotación) y el que va modificándose según los contextos a lo largo del tiempo (la subjetiva connotación). Por eso siempre entendemos lo que amamos o lo que tememos: lo que nos gustaría o nos disgusta. 

2.- Todo funcionaba bien entre Ghirlandaia y Ghirlandaio hasta el instante en que ella escuchaba una palabra expresada en su acepción denotativa como si se hubiese pronunciado con una significación connotativamente negativa. Por ejemplo: traducía mentalmente "¡qué guapa estás!" como "se está burlando de mí". Alguien le había injertado en su infante adolescencia una semilla de autodescalificación. De modo que Ghirlandaio llevaba 20 años con sol o con lluvia, según amaneciese en la mente de su amada -quien cada día le negaba más intimidades-. 

  3.-   La breve historia es esta: 

Se conocieron sin premeditación, una noche cualquiera. Era una mujer clara y deliciosa que miraba el mundo con extraña inocencia y sorpresa. En seguida empatizaron, a pesar de que a él -de compleja personalidad- le gustaba la lógica, con sus premisas deductibles, y a ella solo la conclusión, fuera esta racional o no, argumentativa o inargumentada. Pero era tan bella de corazón -y de todo lo demás- que cómo no iba a ser amada. 

4.- Desde el comienzo fueron partícipes uno del otro, dándose mutuo afecto y compañía, aunque también desde el principio él le dejó una nota en la mesa aconsejándole que debía evitar algunos comportamientos pesimistas y adoptar otros optimistas. Luego se repitió esa escena de muchos modos, siempre significando "ve a un sicólogo, que es una mirada que dice lo que ve y de la que no puedes sospechar que tiene intención de perjudicarte." Pero no: ella, que era la Inocencia personificada, culpaba todo cuanto le parecía una agresión; de nada servía insistir en que cuando has andado mil veces el mismo camino y siempre has tropezado en la misma piedra es mejor cambiar de camino o andarlo de otro modo. Ella seguía con sus rutinas sicológicas, en un bucle infinito. Se sumó a esto que Ghirlandaio cometió un error, que confesó en seguida, y del que fue perdonado -al parecer-. Pero el tiempo demostró que no: porque algunas verdades íntimas solo pueden decirse a quien comprende por qué existe la mentira. Por ejemplo, una infidelidad inesperada: descansará de su yerro quien confiesa; pero echará su peso sobre quien escucha y se convertirá en una paulatina distancia hacia la venganza; porque el perdón no elimina la culpa sino que la acrece y esconde en el inconsciente de quien perdona. De este modo, lo que al principio en Ghirlandaia era generosidad, constancia y ternura se fue cambiando por ensimismamiento, obstinación y contumacia. 

5.- Así pasaron muchos años entre bonanzas y tempestades, aproximaciones y desencuentros. No se sabe si están juntos y mal acompañados -porque los ataques súbitos de ira continúan y destejen el velo de Penélope que siempre parece estar trenzándose-. Él dejó de ser un Ulises para centrarse en ella, que era lo que parecía haber querido siempre. Ella no sabe si es mejor ser Penélope o romper su telar. Pero el lector reconocerá en seguida que la ira y el rencor disfrazado, incluso con buena intención, siempre son destructivos; y que el pasado está para aprender de él y olvidarlo a fin de construir otro presente. ¿Estarían mejor absolutamente separados o se culparían día a día de no haber logrado empezar como dos desconocidos, igual que la primera vez que se encontraron?

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