Dejémonos de superficialidades: a pesar del sentimentalismo, el navideñismo y los cleptómanos de la felicidad, esta fábula es un verdadero milagro que despierta de la melancolía depresiva que los malos cristianismos de toda especie, con su peste negra del alma, han predicado y sembrado en el inconsciente colectivo: afirma el verdadero sursum corda que necesita el hombre para reinventar el mundo. El anagrama de la solidaridad.
Afirmación en lo cotidiano de los "Horizontes perdidos" que Capra ya había filmado.
Si muero antes de despertar (Monólogo interior) En la noche serena contemplo el infinito Detrás de las estrellas tal vez haya un edén Si pudiera volar convertido en un pájaro Decidme que la noche desemboca en la luz Mi corazón asciende por la noche infinita Detrás de las estrellas tal vez haya un edén Sonrisas de diamante parecen las estrellas Dentro de mí una escala me invita al paraíso Decidme que la noche desemboca en la luz Contemplo los abismos lejanos y profundos El mundo tiene forma de un ataúd errante La tristeza es un pájaro que vuela en las entrañas Quién besara los ojos de la melancolía El amor es la magia que nos convierte en dioses Los besos son la huella de la resurrección Detrás de las estrellas se columpian los sueños La soledad desvela al hombre cosmogónico Decidme que la noche desemboca en la luz Manantiales de dicha diluvia el firmamento No existe la tristeza para quien sueña y ama El amor es la magia que disuelve el dolor En la noche serena se columpian los sueños Mi corazón asciende convertido en un pájaro Diamantes y sonrisas en la noche serena La soledad descubre la mística armonía
Decidme que la noche desemboca en la luz La lluvia clama ocasos en los que dibujarse La sonrisa es un rostro que oculta el de la muerte Los besos son la huella de la resurrección Jamás tendré tus besos oh dama inresurrecta Arcoíris y lluvias derraman utopías Decidme que la noche es un canto a la luz