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lunes, 31 de julio de 2023

El hombre sinestésico

Borodin: Nocturno

La poesía es algo abstracto que se intenta apresar en algo concreto que llamamos poema. Mientras exista el hombre sinestésico habrá poesía, aunque haya pocos poemas que en verdad la contengan.


Definir ese "algo" es imposible porque supondría ponerle límites a la sensación, a la telepatía a través de la cual percibimos la inconcreción que nos remite a la intangibilidad o espejismo que el autor quiso expresar. El poema podemos tocarlo con los ojos o el oído; la poesía solo es perceptible mediante el resplandor que deja su sortilegio en los sentidos.


En el hombre sinestésico se concilian a veces todos los otros homo, eclécticos y polifónicos unos de otros, y que muy de vez en cuando se materializan en un texto. Ciencia, filosofía, música, pintura, naturaleza, materialismo... siquismo... caen en el crisol creativo y forjan una espada vencedora de todas las penumbras.


domingo, 30 de julio de 2023

Cuando muere un creador

Mozart: Réquiem


Cuando muere un creador


Cuando muere un creador no solo muere
un hombre germinal: 

también mueren las obras que no pudo
crear: escribivir. 

Tal vez tan solo somos una esquirla

en esta arquitectura que llamamos 

Universo Infinito. 

                                    Pero esa infinitud 

de poco serviría 

si nuestro pensamiento no ordenara 

los miembros de la Gran Naturaleza 

como los de un cadáver azaroso 

resucitado por la inteligencia 

para darles sentido, orden y fin. 

Y nada más que un hombre entre los hombres 

sabe dar lucidez a tal misión: 

el que domina el verbo y lo traduce 

a esos múltiples verbos 

que son las otras artes.


sábado, 29 de julio de 2023

viernes, 28 de julio de 2023

Poesía


 La poesía es una conversación de palabras que razonan el corazón y emocionan la inteligencia.

Continuidad.

Xenakis: Metástasis

           Casi todos gozamos de un constante placer del que apenas tenemos conciencia más que cuando lo perdemos: salud. Entonces se nos enturbia el futuro, todo se vuelve pasado y el presente parece tener solo una desembocadura: el dolor, la tristeza, la muerte.
            La muerte es la más extraña de las aventuras que debemos vivir. Y nadie puede mostrarnos un itinerario, indicarnos qué necesitamos para el viaje, cuándo comenzará. Podemos tener experiencias sobre cualquier cosa salvo sobre la muerte. Es el único ser que nos dice, al mismo tiempo, hola y adiós; y, sin embargo, jamás nos abandona. Es intratable. De modo que cada uno se apresta como puede para afrontarla. Unos se aferran al gozo del instante -el carpe diem de Ausonio- para olvidarse de ella; otros, a la nada, considerándola fin del sufrimiento de sus vidas; aquellos, a la reencarnación o transformación, por eso de que la energía ni se crea ni se destruye -léase El pesador de almas, de Maurois-; estos se aterrorizan ante ella; muchos no saben cómo ocupar el tiempo de sus vidas y se afanan, sin embargo, en hallar otra inmortal.
            La necesidad, y esperanza, de otras vidas presupone que esta es insuficiente, infeliz, injusta: un fracaso del Hacedor y de quien la sufre. Por el contrario, la creencia en que esta es la única evita las supersticiones, las dictaduras y chantajes eclesiásticos; aunque acrecienta los materialismos, pues solo la carne puede gozar: y esta se muere, con lo cual no tiene tiempo para el espíritu.
            En realidad, más que a la muerte, tememos a la agonía que a veces le precede. Y ese miedo nos impide vivir en paz. La obra de Poe está signada por ese terror. Unamuno vivió atemorizado por ella y murió como todos quisiéramos: inesperadamente. Valle-Inclán, en cambio, decía en sus últimos momentos: “Cuánto tarda en llegar”. Y J. R. Jiménez se debatía histéricamente sobre su lecho. Sirvámonos, como siempre, de las experiencias de otros para enriquecer la nuestra: el relato de Tolstoi La muerte de Iván Ilich expone en toda su crudeza los últimos días de un enfermo con el que el lector se identifica: pero, como final de su horror, a sus preguntas sobre la muerte le da respuestas que nos sirven para vivir mejor.
   ¿Cómo consolarnos frente a la muerte? Todo el pensamiento antiguo, moderno y futuro se ha encaminado y ha de encaminarse a resolverla o mitigarla. Y parece evidente que La Antigüedad la sobrellevaba con estoicismo y no con el existencialismo actual. EpicuroSócrates o Séneca nos aconsejarían bien. Pero de poco sirven las filosofías sobre la muerte que no se practican durante la vida. Y lo cierto, y lo que hay que afrontar, es que todos padecemos una enfermedad llamada Muerte, de la que nos contagiamos al nacer.
       He aquí un intento de vencer al monstruo en el que quiere convertirse:

Continuidad 

Querida muerte mía: no me esperes 
oculta en las tinieblas; sé que estás
injertada en mi vida como un yo
que no ha de completarse hasta que vengas.
No temo tu llegada; yo te doy
el ancho surco en que sembré infinitos;
tú me darás tu tierra, y ya presiento 
que tal vez alimente a las criaturas
de las que estoy forjado y en mí viven:
toco mi corazón y en él escucho 
palpitar las estrellas, y la noche
que fue mi origen; palpo en mis entrañas
las raíces de un árbol; soy la savia
con que tú has de saciar el universo
en su eterna expansión. Mírame, muerte:
robas mi voluntad, no mi destino.
Tú me aseguras la inmortalidad.

Escuchar el poema:


Lang: M. El vampiro ...

 


jueves, 27 de julio de 2023

Todo el amor del mundo

 



La vida empieza el día en el que amamos 

y muere cuando muere nuestro amor. 

Puesto que me has amado un solo día, 

un solo día he vivido yo.

En ese breve tiempo he abrazado 

todos los sueños de este mundo; 

pero también 

todas las muertes del dolor.



miércoles, 26 de julio de 2023

Capítulo Terciario

Wagner: Bacanal

A)

La astuta Abadesa, previniendo el futuro y las leyes de la carne y el espíritu, acondicionó una celdilla del Monasterio de la Kastidad para recibir de vez en cuando a su caballero el Arzobispo de Konstantinopla, que no escasa hambre cepediana a menudo sufría ...

Konstantinoplo llegaba enfundado en su hábito de paño recamado y Rosalinda solía ayudarle a desvestírselo para iniciar el choque de los cuerpos, tal como Santa Alibech había mostrado al mundo que debía honrarse a su Dios... (*)

(*) Faltan aquí unas líneas que NARRADOR promete continuar cuando Rosalinda las inserte con rauda velocidad...

El fragmento robado y añadido es aqueste: "Bla Bla y Bla..." (tenga en cuenta el lector que la besuviada Abadesa tenía los labios ocupados en amorosos menesteres que la incapacitaban para la locución inteligible...).

B)

De modo que prosigo: Sucedió que un día, estando Rosalinda y Konstantinoplo  en la celdilla, cual en otras ocasiones, penetró el Gran Abadeso, a la sazón Papa Implakable, y para que no se manumitiera donde no debía, Rosalinda no halló mejor ocultamiento que manumitirse bajo el ropaje de Konstantinoplo, que aún vestía su azamarrado vellocino. Y estando ambos allí, así cercanos piel junto a piel, tan glandemente creció el glande que no hubo sino que embocarlo, disparando este tal hiroshima en la gargantúa rosalindeña que hubo esta de nutrirse con el ordeñamiento, si bien el Empapado Papa preguntóse de dónde aquel diluvio tan requesón salía.

Y sucedió que en ese instante, tras varias décadas de viaje, llegó la heroína de esta historia y dijo que la Abadesa y Rosalinda eran unas impostoras y que el tal Konstantinoplo era un príncipe encantado. Y que ella, con tal de desencantarlo, venía de allende los mares desnuda. Hizo entonces que su Príncipe (de Rosa Mar, como ella) degustara por primera vez sus senos de continuo, aun sabiendo que era prohibido comerlos, y de modo irreprimible él la obedeció mientras ella lo acariciaba colmándolo de besuvios... hasta que encendidos juntos se elevaron dichosos a otra vida a la que nadie puede, por mucho que trate, seguirlos. 

PS La heroína dejó olvidado un poemita escrito el siglo pasado, se supone que producto de percepción, experiencia, intuición y clarividencia dosificadas:

De cómo dar con el mito moderno

Está cautivo el príncipe.
Y la heroína,
sin caballo, sin yelmo y sin espada,
acude a rescatarlo
a puro corazón, a puro canto.

C)

Tras la metamorfosis trovadoril de la encendida guerra, NARRADOR SEGUNDO, verdadero autor de esta ya enredosa historia, escrituró poema y gesta que veránse de la siguiente forma: 

Estando de esta extremada suerte, Abadesa -o su impostora- cabe el angelote Konstantinoplo, semejante al cegoso de lazarillo, sin ropaje por medio, descorchó el Bardolino que siempre acompañábale y derramó una copa doble sobre los genitales del Príncipe -o "Konsti" para los amigos-, que cual fuente de jardines fluyó hasta la boca de Impostora, quien tras aspirar el deleitoso elixir, sintió un seísmo misticoide o terremótico que dio que pensar al ya empapado Papa. Este extrañóse de la súbita desaparición de La Abadesa, y atribuyólo a sus dotes jugláricas que transfiguraban esto en aquello y aquello en estotro, como cuando componió un horrípilo soneto que mansedumbró a una monjuela, y que dice así (pido diaculpaciones por interrumpir la relación de estos hechos verídicos, pero es imprescindible para entender menos esta historia):
 
Poirot investigando en la Abadía
(La semántica y su etimología)

La fervorosa hermana Virgo Nuria
-cual si la prepuciase algún demonio-
ordeñaba labialmente al Antonio,
posesa de una indómita lujuria. 

Lascivia era, en verdad, casta y espuria,
pues tan solo curaba así su insomnio, 
que ya el abad, el padre Celedonio,
le adormilaba igual tan fiera furia.

Con ese genital medicamento
se aficionó a dormir la insomne hermana, 
y el biberón sorbía noche y día.

Sabido que se supo en el convento
el milagro semántico, pagana
y devota fue siempre la abadía.

- ¡Así pues, la semántica es la ciencia del semen!, dijo el atribulado Papa saliendo de su asombro, ya que el atribulado Narrador no sapiaba cómo sacarlo de aquella situación narratoresca o narrataria o narrativa. Y se fue a otro capítulo -que conocerá quien lo leyere-.

D)


  

Cómo acabar con el arte.

Mussorgki: Cuadros de una exposición



Pocos complejos existen hoy como los derivados de la egolatría, puesto que vivimos en un mundo en el que la noble solidaridad es cosa del pasado, aquel tiempo en el que las guerras requerían  aliados, contrincantes y cómplices impunes (hoy basta con disfrazarse de político, o turistear por Bruselas, para investirse de impunidad). Al aparecer este mundo feliz -porque vive en la inopia y ha atrofiado el músculo del pensamiento-, una inmensa mayoría nace y se hace sin comprender cuánto esfuerzo les costó nacer y hacerse a sus padres, abuelos y ancestros. Así que no pocos se dedican al deporte de no hacer nada, otros a independizarse sediciosamente de la solidaridad, y otros a hacer algo que perjudica a quienes se han preocupado por hacer algo que mejore el mundo.
     Por ejemplo: los artistoides que -sin conocer los fundamentos del Arte- cuelgan por doquiera sus cambalaches, yerguen sus inesculturas, malescriben sus libruelos, rascacielan, en fin, los espacios artisticenses.
     Hace poco me vinieron una "artista" y un "vate", avalados por cultos ayuntamientos y diputaciones, a mostrarme sus maravillosas estupendeces, que ellos encumbraban como celestes estrellas del firmamento de una gloria que iban a alcanzar. Yo  intenté hacerles comprender que es de sádicos torturar el arte, y que no es fácil crear obras maestras cuando no se ha conseguido ser ni aprendiz de la palabra o la plástica. Que colgar telarañas sinuosoides en el techo, pintarrajear paredes con anacolutos o trenzar versímetros sobre las coyunturas epidérmicas, como si fueran recogedores de las malandrinerías tejidas por la bizca inteligencia, es menos realidad memorable que leprosa consecuencia de la euforia y la inepcia. 
     Les dije:
- Yo no juzgo ni sanciono, solo opino. Me parece bien que os divirtáis con estos artefactos juguetísticos, pero el Arte le pertenece al homo y la mulier sapiens, no a los malamente habilis o ludens
     Dijo el "vate" (que, a la sazón, se llama  Báter):
- ¿Pero no es inteligentemente inverosímil conseguir que esta inacabable ristra de tonterías consiga no decir nada?
     Dijo la "artista" (que firma como Golgotaria la Exsimia):
- ¿No es golgotosamente admirable esta relación de chorisos colgantes que picantonamente, y aprovechando la gravitación universal newtoniana, son paralelamente perpendiculares al ostracismo cetazoidal?
     Yo, admirado ante su admiración, no sapiaba qué decirles para no herir sus egos hiperegolatristas y cegativamente homéridos. Finalmente razoné que todo es mejorable y me calléme. Pero, volviendo a la carga, sin abuela oceánica que los aplaudiese ferozmente, y plenos de humildad beatífica, me dijéronme ambamente ambos que "¡a ver, cómo podían mejorarse esas sus obras!". Y aquesta fue mi inocua respuesta:
- Vuestra modestia os impide mostrar que ya sabéis la contestación. Es muy sencilla: Para mejorar vuestra obra basta con que tú no pintes más y tú dejes de escribir. 

martes, 25 de julio de 2023

Orígenes del arte: sentir contra la muerte


Mozart: Sinfonía "Júpiter"

¿Somos idólatras de nosotros mismos, hay demasiados cadáveres encuadernados que no saben ver la vida de la palabra acertada y cierta? 
       Es terrible saber que probablemente somos un cero a la izquierda en el presente y en la Historia: que vamos a quedar como un error entre dos fechas inscritas en la lápida final. 
     Todos necesitamos sentirnos solidarios con el hombre, con los hombres, y con la humanidad. Claro está que “algo hay que hacer mientras la muerte llega”. Unos salvan vidas, otros descubren técnicas…; otros no tenemos más que algunas palabras arrancadas de nuestra experiencia vital y lectora. Y a ellas encomendamos nuestras preguntas y respuestas, nuestra identidad y solidaridad con el hombre, nuestra breve salvación, impuesta por el instinto de supervivencia. Aunque suele ocurrir que lo que pretendemos expresar está muy lejos de ser expresado sabiamente, lo que nos asfixia entre impotencias.
Lo anterior supone una concepción fatalista del vivir. Pero El Bosco, Brueghel, Durero, Schumann, Mussorgsky, Dostoiesky y Etc hacen que mi exageración sea poco hiberbólica si digo que el mundo es un monstruoso ser ensimismado en su propio dolor. Tanto que a veces hay que luchar para no dejarse morir:

                 He aquí la heroicidad
                 que hace del hombre un dios: 
                 saber que ha de morir y sin embargo
                 no dejarse vencer por el suicidio.

A tal existencialismo oponemos la racionalidad, la filosofía. ¿Y qué son las filosofías -por ejemplo, las consolatorias de EpicuroSéneca o Schopenhauer- sino un intento de calmar la conciencia herida, el "dolorido sentir" de Garcilaso? Si la Historia muestra nuestra identidad de seres sintientes y pensantes en continua lucha y autodepredación, la filosofía pretende hacernos amigos de la vida aunque esta, por su caducidad, sea nuestro enemigo. Supone la búsqueda de “una razón para seguir viviendo”: y todos estamos condenados a ello-. Algunos, como he dicho, encuentran esa razón, o ese consuelo, en el alejamiento del mundo y el adentramiento en el arte.



lunes, 24 de julio de 2023

Charada

 


Toccátame tú que te toccato yo (El abrazo tremante)

 
Schumann: Toccata


Toccátame tú que te toccato yo

Ámame con palabras. Dime cómo
me vas a enajenar con tus caricias;
cuéntame la epopeya de tus labios,
la gesta de tus dedos y tu lengua,
el crepitar de tu lujuria errante.
Inúndeme tu carne de mí mismo
cuando estallemos juntos en la noche.
Y mátame mañana una vez más.
Que no temo morir si me das vida.


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domingo, 23 de julio de 2023

Autobiografismo sicológico: Brahms: opus 15


Brahms: Concierto para piano nº 1


Conviértase el lector en oyente del primer concierto para piano de Brahms. Pocas veces hallará un inicio musical con tanta densidad sonora, tal tensión repentina. 
     La catástrofe empieza como un grito de Munch formado por la furia de timbales, trompas, violas, contrabajos, para seguir gritando con violines, violonchelos, clarinetes, fagotes, que arremeten como una guillotina que arrasase en un juicio final incandescente. La devastación asoladora de una pintura de El Bosco se interrumpe con la entrada del piano,  que asoma su serena melodía y va simultaneándose o sucediéndose con el apocalipsis anterior. Casi 25 minutos de tinieblas en busca de la luz dura este primer movimiento, que es un inmejorable ejemplo de cómo la vida se traduce y se convierte en arte, siempre autobiográfico de sentimientos e ideas: el cataclismo que fue la vida de Schumann, la calma en la tempestad que significó su esposa Clara Wieck, la lucha entre el amor por esta, y su renuncia, de Brahms: tres personas en una, tres romanticismos imbricados por uno de ellos, el compositor, quien articula la pasión desbocada con la razón domeñadora. La demostración de que el arte es una redención. 

Elogio de la pluma.

Debussy: La catedral sumergida


Quién supiera cantar las excelencias 
de la página escrita, caudalosa 
en claros y fecundos sortilegios. 
Qué admirables aquellos que dedican 
su existencia a leer y reescribir 
la verdad tantas veces mutilada. 
Ved al autor: la pluma pensativa 
traduciendo a palabras cuanto sabe; 
y observad al lector, transfigurándose 
cada vez que abre un libro en una página 
en la que el mundo escribe su aventura.
Los ojos sorben la palabra fértil, 
el oído interior le pone música, 
la mano se extasía con el tacto 
y la mente comprende el paraíso. 
En un libro retumban los orígenes, 
el canto de los pájaros, la piedra, 
el menhir y la lluvia, los océanos 
constelados del cielo, los enigmas 
y su desciframiento, el manantial, 
la identidad del hombre y la memoria 
del mundo: la existencia innumerable 
que resucita en la posteridad. 
En ella está el pasado, y el futuro, 
y en ella late ya la raza cósmica 
con letras de diamante y simetría. 
Estamos hechos de insaciables ansias 
de trascendencia e inmortalidad: 
y solo el libro es la reencarnación 
de nuestros atavismos y esperanzas.

sábado, 22 de julio de 2023

Sorbos venecianos



Sorbos venecianos (selección)

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Palabra virtual

No hay ruido alguno: cada noche
se escucha la sonata
para voz, agua y remo.

                ***

Juega a los escondidos
la música, fugándose
por calles, ríos y placitas.

                ***

El cielo es imposible
de resistir cuando nos llama
asomándose al agua.

                ***

Quizás en el futuro
alguien se apiade del planeta
por salvar tu belleza.

                ***

Nací de nuevo en ti, Venecia,
yo que siempre decía
ser hija del adiós.

                ***

Dicen que se hunde la poesía.
Pero crece al oír
la antigua flauta mágica.


                ***

También nosotros somos
puente, río de sueños, barca
para que el amor pase.

      

De: Sorbos venecianos (1992)



JUANA ROSA PITA


jueves, 20 de julio de 2023

Pregúntame por ti

Beethoven: Novena, Adagio

Una de las cosas que deberían alegrarnos del progreso es que muchas de nuestras preguntas se habrán ya respondido cuando llegue, aunque otras se hayan olvidado porque el mundo, en su constante evolución, será otro y ya no importarán tales respuestas. Seguramente el futuro carecerá de metafísica o la minimizará. La ciencia y la tecnología defenestrarán la imaginación y la trascendencia. No existirá el Arte. El sapiens constará como un fósil enigmático. Los dioses serán fantasmas del pasado...

No ha habido un vehículo tan lento como el pasado ni habrá otro tan raudo como el futuro.

Yo seré un necio mirando las estrellas como libros descifrables. Tú serás un sabio preguntándote por qué yo fui un necio.


La casa de Asterión

 


miércoles, 19 de julio de 2023

Las vidas que no fuimos.



Fragmentos de identidad

¿Dónde estarán todas aquellas vidas 
que quisimos vivir y no vivimos?
El amor que callamos, el dolor
que, ciegos, infligimos al callarlo;
la incierta voluntad, la ociosa muerte
de un presente que no nos atrevimos
a abrazar por temor a su futuro.
No eres tú, ni soy yo; somos fragmentos
amputados del que quisimos ser.
¿Y seguirás viviendo sin vivir?
El que yo fui se obstina en seguir siendo,
y lucha contra aquel que quiero ser;
el que seré me dice que no sabe
todavía su nombre; y entre tantos 
vagidos de mí mismo me diluyo
inexacto, inconcreto, inacabado.
¿Y seguiré viviendo sin vivir
las vidas con que sueña el corazón?



Eternidad de la arcilla.

 


lunes, 17 de julio de 2023

Mientras enloquezco

Mussorgsky: Una noche en el monte Pelado

El poeta previsor 

Como el autor es un creador, todo poeta añade a la existencia; y como el instante privilegiado -el de la clarividencia, o "visita de las musas"- no siempre es previsible -porque es una operación síquica, híbrida de incordura y lucidez-, Heredia almacenó en su despensa escribitiva hipérboles, metáforas, epítetos, métricas obsoletas y novísimas, erotismos y mágicos cilicios ... priapismos y orgasmos castos, satiriasis, zoofilias, rosarios y oraciones, entelequias e intangibilidades, planetoides y efigies dinosáuricas... masturbaciones, felaciones y autoinsuficiencias (todo ello previniendo la probable secuencia de abstenciones y pecaminaduras de Principesa...), añadiendo toneladas de versos biensonantes por si fueran precisos en momentos de laxa inspiración. Así la Epopeya Genial era más asequible. 

Necesitaba cumplir ese destino que él mismo se había impuesto. Se encaminó hacia Ella para iniciar la Aventura...

Y rubricó: El suicidio es sinónimo de felicidad: porque lo que busca el suicida es escapar del infierno de su vida. pero también recordó un breve poema de Informe pericial:
            
            Antes de decidirte a abandonar
            esta vida que odias o te duele,
            cerciórate de que hay otra existencia
            -o una nada- más digna a la que ir;
            no sea que el lugar en el que surjas
            aún te horrorice más que este que habitas.


Sentido al sinsentido

Bruckner: S. "Romántica"
 

Quienes buscan un sentido al sinsentido de la existencia suelen acabar aceptando un dios que garantice el equilibrio entre lo racional e irracional, aunque sea con aquello de los "renglones torcidos". 

Siempre he envidiado a los creyentes y a los condenados a muerte: estos no tienen que elegir. Pero no necesitamos un dios sino una explicación de lo inaceptable por la razón y que solo "justifica" la fe. 

La catástrofe surge cuando se unifican explicación y divinidad. ¿Cómo hacer compatible lo inaceptable por la razón con lo que muestra sin laberintos que dos y dos son cuatro? ¿Hay en el cerebro -y en la mente, por tanto- una micra de antena telescópica que recepciona otros mundos, otras concepciones, espiritualidades, éxtasis, superpoderes, telequinesias...? Si aún sigue vigente el "solo sé que no sé nada" y el "cogito ergo sum" por qué no creer que el hecho de que no sepamos unificarlos no impide que algún día lo hagamos? 

O bien: Aceptar que hay cosas incomprensibles ya es comprender.


domingo, 16 de julio de 2023

El corazón rusiente de la lírica

El corazón rusiente de la lírica


Sé que es verdad que todo, al fin, se acaba

y ni siquiera ha de quedar el verbo

que trata e salvar cuanto ha existido.
Esta mañana azul, con sus paisajes
penetrando en mis ojos, morirá
tragada por la noche, igual de hermosa
que el día que, igualmente, ha de matarla.
En su pugna infinita, sombra y luz
construyen y destruyen la belleza.
Pues tal vez la hermosura de la vida
nace cuando sentimos que la muerte
le concede el fulgor que antes no vimos.
Así este manantial por el que fluyen
las aguas cristalinas va alejándose
de roca en roca hasta llegar al llano,
sin dejar en mi verso su esplendor
ni la nobleza de su mansedumbre;
y así todo transita hacia su fin
y me encamina al mío, aunque yo quiera
quedarme entre los árboles, las fuentes,
la dicha de tu abrazo
y una leve palabra redentora.