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Aviso de caminantes.
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Marisol González Felip: Libro de los anhelos.
Libro de los anhelos
Diamantes para la plenitud o la desnudez del espíritu
Marisol González Felip
Lletres valencianes, 1999, XXXIII
En un primer acercamiento a este interesante libro percibimos que nos hallamos ante una voz extraordinariamente transparente, con un oficio poético bien forjado, que es capaz de comunicarnos un microcosmos en el que, desde un principio, nos reconocemos y nos autoubicamos.
Antonio Gracia, en este Libro de los anhelos, nos muestra la experiencia de un yo poético por el que se expresan las huellas borradas de una experiencia repleta de trascendencia, sensualidad y erotismo.
La capacidad metafórica del autor nos impresiona desde un primer instante -nos atrapa deliciosamente-. No hace falta pasar muchas páginas para darnos cuenta de que estamos ante un poeta con mayúsculas.
La vivencia erótica del protagonista constituye una sublimación de su existencia, la respuesta a las incansables preguntas del héroe en su camino, que es la vida, y a veces la pregunta de sí mismo: cuando tu luz me invade y yo te alumbro / el cuévano en tu pubis se dilata / como nueva eclosión del universo. / Inundado por ti siento el latido / del océano, ruedas por mi sangre / y el vendaval de la lujuria estalla.
Los versos de Gracia logran hacernos alcanzar el sentido de lo auténtico, convergen en una realidad cercana al lector o lectora, nos seducen sin respiro a lo largo de los más de cincuenta poemas de que consta el libro. Hay en tus labios bálsamos,/ frutos y laberintos,/ te persigue el océano amoroso, / la lluvia interminable te persigue./ En tus ojos la noche / se llena de caminos. / Mientras gira la luna,/ doblándose en tus senos,/ tu cabello derrama su azabache / sobre mi rostro. / Y el mar emerge su desolación.
La anécdota amorosa sirve a Gracia para expresar los más recónditos interrogantes del ser. El autor se construye con un lenguaje sencillo e inteligible un universo para explicarse. Cada uno de los poemas aparece ante nuestros ojos y nuestro intelecto como un diamante recién extraído de la tierra que brilla con luz propia: me muerdes con tus labios lentamente / y te detienes en mi sexo./ El firmamento, entonces, / se llena de diamantes.
El camino que recorre Antonio Gracia en su texto tiene como meta la identidad: Sobre tu cuerpo escribo con mi cuerpo / el gran poema de la identidad.
Como en la culminación del acto amoroso el poeta se halla a sí mismo al final de los versos. El autor establece logradas analogías entre la vivencia erótica, sensual y amorosa del individuo, y el trasluz de su ser a través de la vivencia poética. Es precisamente por eso por lo que el poemario atrae el interés del lector desde un primer momento. Nada de lo que dice Gracia nos es ajeno: los lagares del ansia calman sus plenitudes, /enrejados fantasmas se desvisten su magia, / y el piafar renovado pone música frágil / en la escultura inquieta que la noche renueva.
El libro de Antonio Gracia es, después de todo, una apuesta valiente por el amor. El amor acompaña la andadura del hombre, que se reconoce fieramente humano a través de las palabras y débilmente fuerte en la experiencia: Amo el temblor rosado de tu boca / y el crepúsculo azul de tu mirada. / Amo la luz carnal que te ilumina / cuando te arrojas como un puma alegre/ sobre mi cuerpo ansioso de tu cuerpo./ Amo el sudor de miel que nos lubrica/ y la erosión constante de la piel. / Amo tu desenfreno y mi arrebato/ cuando, tendida, te abres como un libro/ y esplendes como un saurio,/ y cuando giras lúbrica y te ofreces...
Como nos dice el título de la última parte del poemario, es este un libro de búsqueda infinita: Todo lo que yo soy está dormido / en los prados azules de la infancia... A través de la memoria el autor pretende desvelar el inquietante misterio de la vida, comprender lo que se fue y lo que se es, entender cada latido, el gozoso estallido del hombre y la huella fría de la pena: otea la memoria sus orígenes / y al escribir la pluma inventa / lo que fuimos, da fe de la existencia. El ejercicio de escritura que alberga el Libro de los anhelos nos da la clave para interpretar la poesía en su esencia más pura y más trascendental. El verbo del poeta nos cautiva y nos introduce en una travesía cómplice de la propia vida. Las palabras actúan a lo largo del libro como potentes espejos sonoros en los que nos autoreconocemos, y es precisamente la fuerza de esa palabra desnuda la que nos dibuja un horizonte de plenitud que podemos saborear en cada una de las sílabas, una aureola de luz y una fusión del espíritu; el poeta y la palabra se confunden a menudo y nos suenan como una misma cosa, diamante en la desolación.
Asistimos a una verdadera epopeya interior de la que no resultamos indemnes: hay un orgasmo místico en naufragio / y la voz escondida / grita hacia adentro su canción: el cielo / estalla azul sobre los mares íntimos,/ el árbol se cimbrea, las antorchas / irradian mansedumbre, la tristeza/ transustancia sus lágrimas, los pájaros / invaden el instante, la existencia / se llena de quietud.
Después de leer el Libro de los anhelos de Antonio Gracia el lector/a puede presentar signos de una especie de embriaguez sensorial, quizá algo de lo mucho que Violeta Parra quiso decir en su bella canción "Gracias a la vida", acaso una profesión de fe en la escritura, en su vertiente redentora y en su vertiente de anhelo: la vida que, hostigada por la muerte,/ renace en el amor, / esparce esporas por la sangre, liba/ besos enajenados y profundos,/ envía labios hacia el infinito,/ embaraza de luz la eternidad./ La escritura no puede sino ser/ serena plenitud/, un consuelo para el desasosiego/ del hombre.
viernes, 24 de febrero de 2023
José Cantero: En nombre de la luz: guía de orquesta...
Antonio Gracia
En nombre de la luz
Huerga y Fierro, 2023
Cinco secciones estructuran esta singular obra, que, en realidad, está formada por dos libros o conjuntos -¿más atados que unidos?-, flanqueados por un prólogo y un epílogo sobre el autor y del autor.
Nada más entrar en la primera sección ("En el Origen"), el lector se halla en un mundo ajeno al que suele encontrar en la poesía de estos tiempos, visionaria y temáticamente extraña, incluido el léxico -desmesurado a veces-, que no sabe si calificar de excesivo o imprescindible para decir lo que se dice.
La segunda sección ("Amanecer en la noche") es en sí misma un libro autónomo, una historia de progresivo amor y mansedumbre existencial que avanza con una dicción clara, y que se apoya en el visionarismo de la primera sección. La claridad expositiva y de lo que se expone emerge como fuga de la amenaza de un mundo enfermo apenas aludido. Uno siente a veces que este apartado sereno y transparente merecía haberse publicado independientemente. (Desde luego, yo leería esta parte en primer lugar, dejando el resto para otra ocasión. Mejor dicho: si yo fuera el autor -y que me disculpe el verdadero-, hubiera publicado solo esta sección seguida de las dos siguientes. Pero yo soy un purista acomodado que no quiere aventurarse por si se contamina o pierde en el sendero).
Vienen luego, como adendas de lo recién expuesto, tres poemas "palimpsestos", cuyas fuentes solo se insinúan, confirmadores de la anterior claridad.
Acaban los poemas con otro que es, además, una Poética.
El volumen contiene también un lúcido estudio de Á. L. Prieto de Paula sobre la trayectoria y esencia del autor, y una especie de confesión o manifiesto del propio Antonio Gracia que intenta resumir o clarificar su propia obra.
Polémica servida. ¿El conjunto es un ensayo o un libro de poemas que apoyan una tesis?
jueves, 23 de febrero de 2023
Para Huerga y Fierro
Cuatro libros míos ha publicado Huerga y Fierro en la última década. De ellos prefiero El mausoleo y los pájaros y el recién editado -y probablemente mi último arrebato- En nombre de la luz, ambos precedidos de unas palabras introductoras de Á. L. Prieto de Paula.
A este le dediqué hace años, ya convertido en amigo y albacea literario, como breve agradecimiento, un poema. Hora es de que agradezca a los editores su atención. Lo hago con un bienintencionado, juguetón y gracejoso sonetuelo que bien entenderán quienes aguarden la edición de un libro.
Brindis por una editorial
miércoles, 22 de febrero de 2023
Los mejores poemas de ...
lunes, 20 de febrero de 2023
Leer para decirnos.
domingo, 19 de febrero de 2023
CARNAVALANDIA.
sábado, 18 de febrero de 2023
Poema para una infinitud.
Amada mía, escucha:
Si fueras un poema
quisiera haberte escrito,
y si fueses un libro te estaría
leyendo a todas horas...
Pero estas y otras cosas semejantes
las he dicho o escrito tantas veces
que nada significan más que para
los torremarfileños... ¿Callaré?
No, que empiezo de nuevo y te reclamo
como hacedora de otro mundo herido
en el que ya no estamos tú y yo solos,
ajenos al vivir de los demás.
Por eso recomienzo: Amada mía,
ven; hablemos
de nosotros, de todos, de este mundo
en el que tantos como tú y yo quieren
sobrevivir, hallar en el amor
el oasis sereno, el agua pura
que sacie solidariamente. Ven.
Abracémonos, démonos al otro
como un concierto en el que cada voz
se integra en una voz definitiva
y no se llama oboe ni violín,
ni otro instrumento, sino orquesta, un himno
concertado entre todos para todos.
El mundo es muchedumbre, pero sufre
porque la multitud también es vida,
aunque ajena a la sensibilidad
de las artes y de la inteligencia.
Cuando todo se muere alrededor
¿ya no es tiempo de amar o el mejor tiempo?
Abandonemos cuanto no es concordia.
Que en el nosotros no exista el ninguno
y los demás también sean nosotros,
la parte en la que el uno se hace todos,
el todos se hace uno, y el jamás
se transfigura en siempre. Trataremos
de temas esenciales: de la vida,
de la que lo sabemos casi todo
aunque la hayamos comprendido mal,
no de la muerte, esa desconocida.
Vayamos a un lugar en el que estén
todos los sitios y a la vez ninguno.
Que el tiempo en el que estemos concordados
sea todos los tiempos; que la voz
perdure y no se acabe, que sea digna
de haber sido escuchada hace milenios
y dentro de otros mil porque le importe
a los hombres de ayer y de mañana,
hasta que melodiosamente sea
el rostro noble de la voluntad.
El filo de la navaja.
viernes, 17 de febrero de 2023
Sobre una lírica fantástica.
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
La construcción del poema (XVII): Hacia la vida
La construcción del poema (XVI): Hacia la luz
La construcción del poema (XV): Hacia el himno
La construcción del poema (XIV): De la consolación por la poesía
La construcción del poema (XII): Identidad de la elegía
La construcción del poema (XI): Idolatría del dolor
La construcción del poema (X): Bajo el signo de Tánatos
La construcción del poema (IX): Devastación de la
belleza
La construcción del poema (VIII): Convergencias
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (VII): Tentativas
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (VI): Bienes mostrencos
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (V): La idoneidad, 2
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (IV): La idoneidad
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (III): El proceso creador
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (II): Inmutabilidades
LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA (I): Transmutaciones
jueves, 16 de febrero de 2023
El breve apocalipsis - Vrl -15
El breve apocalipsis
“Un hombre solo puede ser feliz siendo pintor”.
Como si todo hubiera sucedido
en un pasado fantasmal y ubicuo,
evoco yo mi muerte cada día:
desciende el mar y su resaca arrastra
mi cuerpo hacia un abismo de sarcófagos
plantados en un campo que me entierra
al ritmo de un avión y un bombardeo.
Brotan rojos esquejes, sangre pálida,
acuarelas danzantes entre criptas,
ocres-naranja, verdes-cadmio, grises,
alcudias y explanadas, puertos
a los que llegan miles de cadáveres
aún vivos y sin norte, a la deriva.
Recuerdo los azules de tu falda
y acepto con dolor que no me amas.
Pinto luego mi propia muerte oscura
rodeado de olivos y de almendros
dentro de un cuadro en el que reconozco
que soy yo quien lo pinta mientras muero.
Y mi mano rubrica ese paisaje.