Cuatro libros míos ha publicado Huerga y Fierro en la última década. De ellos prefiero El mausoleo y los pájaros y el recién editado -y probablemente mi último arrebato- En nombre de la luz, ambos precedidos de unas palabras introductoras de Á. L. Prieto de Paula.
A este le dediqué hace años, ya convertido en amigo y albacea literario, como breve agradecimiento, un poema. Hora es de que agradezca a los editores su atención. Lo hago con un bienintencionado, juguetón y gracejoso sonetuelo que bien entenderán quienes aguarden la edición de un libro.
Brindis por una editorial
Mi muy querido amigo Antonio Huerga
y mi muy apreciada Charo Fierro:
¿quién no se admirará ante Huerga y Fierro
-y aunque su nombre fuese Fierro y Huerga-?
Tanta dedicación -de Antonio Huerga
secundado por doña Charo Fierro-
muestra una voluntad de hierro, Fierro,
que dignifica la poesía, Huerga.
Brindo por tanto libro en Huerga y Fierro
e inquiero en versal jerga, señor Huerga
y muy señora mía, doña Fierro,
si yerro al suponer que en Fierro y Huerga
-perdón: quiero decir en Huerga y Fierro-
se va a editar mi libro, oh Fierro, oh Huerga.
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