Érase una vez una señora que tenía miedo a vivir. No se decidía a hacer algunas cosas; por ejemplo, amar, entregarse a otra persona, por temor a equivocarse o a que le hicieran daño. Vivía insegura. No se daba cuenta de que no hacer nada es la peor manera de hacer algo.
Hay otro cuento semejantemente idéntico que empieza:
Érase una vez un señor individuo que temía vivir. No se daba cuenta ...
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