STALKER
La búsqueda de un más allá a través de un laberinto metafísico invisible.
STALKER
La búsqueda de un más allá a través de un laberinto metafísico invisible.
Dicen quienes pueden decir porque saben lo que dicen que una vacuna no es panacea, ni siquiera una triaca milagrosa aplicada a los virus, sino que pone la semilla para que el cuerpo humano active su latencia antivírica y se defienda por sí misma del enemigo.
Por lo tanto quien no se vacuna no recibe ese despertador de su potencial defensivo.
Es natural temer los efectos secundarios; pero el pánico raya en el absurdo, puesto que ese riesgo no alcanza al uno por millón: en España, sumaría una treintena o cuarentena, en total, de afectados. ¿Quién no preferirá esa lotería a la de la exposición al contagio sin vacuna?
Así que...
Cuando escribas procura que tu verso
embellezca el silencio
y nadie lo prefiera; si no, calla.
Por más que creas que las musas bastan,
se necesitan vocación y oficio
para que los poemas sean poesía.
¿Hay algo más justo para un publicador que recomendar su lectura?
Pulsar para leer un paralelepípedo de La canción del pirata:
La canción del pirata redivivo
http://www.unionescritores.com/2017/10/julio-alcala-neches.html
¡Qué pena penita pena que no sea akraleukano para incluirlo en la serie!
Querido escritorzuelo:
Te lamentas porque no te conceden siquiera el premio al peor poetastro. Pero ya llegará: ¿No sabes que en un concurso en el que se pretendía premiar el peor libro presentado ganaron todos?
Te ocurre como a aquel que fue a visitar a Quevedo para que le aconsejara sobre dos poemas; este, tras oír el primero dijo: "el otro es mejor".
Reúnete con los tuyos: sé solidario. Cuando te veo con ellos recuerdo la frase de Tristan Tzara: "El otro día fui a una reunión de imbéciles: había muchos".
No puedo hacerte más justa publicidad que aconsejar que te lean.
Es la mejor estrategia para conseguir que "no escribas versos más, por vida mía!".
Pero si no te importa mi opinión, ¿por qué te importa que la dé?
PULSAR>>>
Estos días, poesía (I): Boscán
Estos días, poesía (II): Garcilaso
Estos días, poesía (III): Hurtado de Mendoza...
Estos días, poesía (IV): Perdido ... entre la gente
Estos días, poesía: (V): Aldana
Estos días, poesía (VI): Cervantes
Soneto desde Azulinda (Estos días, poesía, VII)
Mentira disfrazada es la verdad (Estos días, poesía, VIII)
Definiendo el amor (Estos días, poesía. IX)
El rostro de la amada (Estos días, poesía. X)
El amor invisible (Estos días, poesía. XI)
La castidad del amor (Estos días, poesía, XII). Somoza
Miedo al amor (XIII) Góngora, Sor Juana Inés
Del ser y el parecer (Estos días, poesía, XIV). Iriarte
Dictaduras del amor (Estos días, poesía, XV). Iriarte
Qué palabras decir para decir "te quiero" (Estos días, poesía, XVIII). Neruda
Tras un amoroso lance (Estos días, poesía, XXI) Espinosa
Ascensión de la mujer (Estos días, poesía, XXII). Argensola
El fuego del espíritu (Estos días, poesía, XXIV). JRJ
Vía unitiva (Estos días, poesía, XXIII). Heredia
Amor y Sicalipsis (Estos días, poesía, XXV). Lirikovna
Tragedia del amor muerto (Estos días, poesía, XXVI).
Gabriela MIstral El amor de los donjuanes (Estos días, poesía, XXVII) La Incaica
Oh, tierra, abre tus brazos
y a tu entraña vayan,
para nacer en bosques de silencio,
estos hijos que mueren en plena
sed de vida, en un ímpetu claro
de victoria.
No habrá bastantes campos
ni bastantes coronas y laureles,
para labrar sus fosas
y recoger su sangre,
todos son héroes y su angustia pura.
Las aguas llevan su dolor y quejas,
toda la España huellas
de sus pasos,
y en cada roca queda hincado
un grito, y en cada valle
un cántico.
En estas noches claras,
recostadas en ancha paz idílica,
un frenesí de muerte se derrama,
acoge, madre-tierra estos soldados
y pide a las estrellas
la eternidad de sus lejanas lágrimas.
(Otoño, 1937)
Desalojada la escritura de su vida para dedicarse a la medicina, Francisco Mas-Magro Magro pronto se propuso recuperar el tiempo perdido para la poesía; y, sustituyendo el termómetro y el bisturí por la pluma, se lanzó -recientemente- al poema y a la publicación. La hilvanación del pasado, el amor a la música y ahora el planteamiento culturalista parecen empujarlo al homenaje a sí mismo -recuerdos y anhelos- y a las lecturas que bullen por sus ojos y encabezan sus textos.
Hijo de esa recuperación del tiempo proustiano a la que todos nos vemos sometidos, he aquí una leve exposición entre elegíaca y retratística, biografía de su presente y su pasado, rasgo que define sus libros. Recuento e insinuación de acompañamientos sicológicos es este texto inédito, perteneciente a su próximo libro Obstinada memoria .
Gusta el autor de esparcir sus palabras por el espacio de la página, como si pretendiera dibujar su contenido o fueran hojas de un libro, o gaviotas en la tarde, o gotas de una lluvia que rezuma su interior:
HAY LIBROS SOBRE LA MESA
(La memoria me lleva a Andréiev
o quizás a Guadalupe Grande)
Porque hay libros sobre la mesa.
(oh, Dios, ¿será por eso?)
he visto salir volando
algunos.
Como abrirse, como elevarse con sus hojas
repletas de palabras.
¿Los he visto volar?
Volar
y percibir un llanto de gotas,
líquido ennegrecido,
como tinta,
tal que lágrimas
de discursos,
relatos rodando desde su corazón de pasta.
Gotas saladas que mueren, al cabo,
sobre una mesa sorprendida.
¿Son mis fantasmas aún ávidos de lo imposible?
Sí, mis fantasmas.
¿O es Juan Larrea,
suspicaz,
regresando del Celeste?
(Guadalupe, recién huida, corriendo hacia el pasado).
O ese espíritu, que es mi madre
con la voluntad de mujer fuerte,
poeta sometida a las costumbres.
Quizás Chejov jugando con mi padre.
Y jugando con mi hermana, ignorante de su estado.