Noche estrellada. Interactivo.
El inmortal
Un hombre solo está llorando, lejos
de su propio dolor. Piensa en las cosas
que florecieron, y diluye en ellas
el tiempo inexorable que marchita
las horas y los días.
Ordena los recuerdos y los pule
para que brillen más que su presente.
Pero no hay resplandor como el infierno
de una conciencia devastada y ebria
por la melancolía.
Abre un libro y encuentra allí a otros hombres
que, como él, abrieron otros libros,
oyeron pentagramas o soñaron
frente a un cuadro
con un mínimo edén consolatorio.
Pero al final de su furtivo viaje,
en el verbo, en la música y el lienzo
encuentra una verdad definitiva:
solo la muerte vive eternamente.
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