Vivaldi: Primavera
Este es el soneto -¿anónimo?- en el que se inspiró Vivaldi para su composición:
LA PRIMAVERA
Llegó la primavera y de contento
las aves la saludan con su canto,
y las fuentes al son del blanco viento
con dulce murmurar fluyen en tanto.
El aire cubren con su negro manto
truenos, rayos, heraldos de su adviento,
y acallándolos luego, aves sin cuento
tornan de nuevo a su canoro encanto.
Y así sobre el florido ameno prado
entre plantas y fronda murmurante
duerme el pastor con su fiel perro al lado.
De pastoral zampoña al son chispeante
danzan ninfa y pastor bajo el techado
de primavera al irrumpir brillante.
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Ya alegra la campiña la fresca primavera,
escribe Iriarte.
Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera.
quiere creer Pablo Neruda.
La primavera ha venido
nadie sabe como ha sido,
nadie sabe como ha sido,
Escribe A. Machado.
Porque la primavera es como un milagroso alterego del paraíso perdido y recuperado -que diría Milton-, puesto que reverbera cada año.
Por eso el corazón melancólico lo busca para rejuvenecer sus esperanzas, como el mismo Machado dice:
Mi corazón espera
otro milagro de la primavera.
otro milagro de la primavera.
Aunque acabe derrotado y concluya:
La primavera ha venido
y se ha ido.
Las raíces del alma se alimentan de las semillas que nos sembraron en la infancia. Y ahí es donde hay que evitar destructivos inviernos, otoños y veranos. Nada pueden los versos contra ellos, aunque a veces mitiguen sus catástrofes. Mucho logran los padres, la educación y la amistad.