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domingo, 28 de marzo de 2021

Poemas en Akra Leuka (XV) - Diane Boucher

 

Smetana: La novia vendida



No pocas veces se ha intentado practicar una poética de la epilírica: una escritura que aunase el lirismo con la narrativa. Desde el Romancero; o los romances del Duque de Rivas y Zorrilla; y García Lorca; o El estudiante de Salamanca, de Espronceda; o La tierra de Alvar González de A Machado...


No sé si eso es lo que pretende la colección inédita de "Cuentos en verso" que la francesa afincada en Ibi, fundamentándose en pasajes literarios, escribe por estas fechas. Este ejemplo toma como premisa "El curioso impertinente" inserto en el Quijote. No hay aquí lírica, sino moraleja. En el último tramo, cuando la esposa admite la deslealtad, los endecasílabos cambian a octosílabos para atenerse, sin duda, a los versos cervantinos.


El buscón de su deshonra


En un lugar, que puede ser cualquiera 
porque en todos ocurre que el amor 
manda en hombres y hembras, sucedió 
que había dos amigos, tan fraternos 
que todo era de ambos. Uno de ellos 
se enamoró de una mujer hermosa 
y se casó con ella; y fue feliz.
Pero Anselmo -porque este era su nombre-
empezó a sentir pronto la desdicha 
de no ver con la misma asiduidad 
a su amigo Lotario; y aunque este 
le explicó que en el dos no cabe el tres, 
hubo, ante el mucho ruego y pertinacia, 
de seguir visitando a los casados 
como si no lo fueran.
               Tanto Anselmo
insistió en que las gentes no importaban, 
ni sus habladurías -y además,
que el amor de su esposa era imbatible 
y su fidelidad a toda prueba-, 
que Lotario no pudo decir no 
a las insensateces de su amigo, 
ya empeñado en probar con claros hechos 
el honor inmutable de Camila.
Y así, la visitaba el buen Lotario,
y hasta la requería y requebraba 
con requiebros que el propio esposo urdía 
y ya había olvidado repetir.
En fin: pues que la dama, tras negarse 
una vez y diez veces, a la onceava 
prefirió a quien de tanto amor le hablaba;
y obedeciendo a su esposo
-aunque este nunca lo supo-
entró al su amigo en su  cama
y lo tomó por amante.
Que es de vidrio la mujer 
-el hombre no le va en zaga-
y no se debe probar
si se puede o no quebrar,
               pues se pudiera romper.

© Diana Boucher

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