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miércoles, 17 de marzo de 2021

Poemas en Akra Leuka (XI) - José María de Mena



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Bramhs: Primera Sinfonía 
Completa

Cuando un autor me pide que lea un inédito y opine sobre él -también un édito- le pregunto si quiere oír lo que le gustaría o lo que pienso. Si prefiere lo primero, no lo leo; si lo segundo, justifico mi opinión, que nunca es una sanción, sino un parecer razonado.

Poco -nada- sé de José María de Mena, cuyo soneto hallé hace mucho en el Diario INFORMACIÓN de Alicante (26-III-1944), y que recogí en un ensayo sobre la poesía alicantina en la revista Canelobre, 31-32, del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert.

Tráigolo aquímente por su párvula bravura al plagiar en su primer verso al Jacinto Benavente de "Los intereses creados" (*), y al contumaciar los contrarios elementos (gozo-dolor) tan definitorios del amor cortés -como puede ver el lector en la sección "Estos días, poesía" (PULSAR) -, pues, apropiándose de tan larga tradición, se mantiene fiel al principio de que el sufrimiento masoquista es un dogma de vida: con rimas dispares en los cuartetos, ensarta dichos masoquismos. 

Como es una publicación, está pidiendo mi opinión -y la de cualquier lector-; y se la doy. El poema cumple los "14 versos dicen que es soneto", de los cuales le sobran 154 sílabas (14 x 11 = 154). Para ser justo, quiero destacar el estrambote, que el autor, en su generosidad, no escribió, o no publicó, para no asesinar definitivamente al lector.

 Soneto apasionado


Tu dulce mano que acaricia y mata
quiero estrechar entre las manos mías
y sentir una angustia de agonías
cuando mi pobre corazón maltrata.


Dime tú la palabra de tortura 
con que cruel martirizarme quieres.
¡Bien sabes que más dulce cuando hieres
me parece tu mágica hermosura!


Hermosa: pues que cifras en mi duelo
toda tu vanidad, mátame y mira
cómo muriendo yo cifro mi anhelo


al ver que tu mirada que delira
al verme moribundo trenza un vuelo
sobre las rotas cuerdas de mi lira.


(*) Benavente:
“La dulce mano que acaricia
    y mata”?
    ARLEQUIN.-¿Cómo decís?
    CRISPÍN.-“La dulce mano que
    acaricia y mata.”
    ARLEQUÍN.-¿Ése decís? No, no
    es mío ese soneto.
    CRISPÍN.-Pues merece ser vuestro...


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