Me envía Mariano Sánchez Soler tres textos y pienso al leerlos: Un periodista tan preocupado por denunciar los disparates de la sociedad -los desvíos de la razón social, los derroteros de la corrupción-y luego, en las entrañas de la privacidad, se disparata en versos irracionalistas, más lúdico que esteta, con la receta de la libre asociación de léxico y semántica, sin leyes escriturales -aunque sujetas por el ritmo y por la rima-, como si recordase y homenajeara el postismo, por ejemplo... Buena dicotomía para quien sabe que el hombre social se debe a unos principios y el hombre individual principia por el autorrespeto que no daña a los otros, el íntimo individualismo que llamamos responsable libertad ...
Y aquí emergen tres sonetos, uno sin rima y dos arrimados a la cadencia estrófica:
PASAJES DEL MASCARAT Eléctrico el amor bajo montañas vertidas a la mar, en los pasajes del Mascarat, herido por anclajes y lenguas de cemento tan extrañas. Viajeros, expropiaron las entrañas de la tierra, cubrieron los paisajes con labios de motores y voltajes, sin besos que nos tiendan telarañas. En el oscuro túnel, con los trajes rodantes, hilvanadas a los nombres etiqueta de adiós, sin oleajes, arrastran sus pesados equipajes de consumo y dolor ¡Ay de los hombres que jamás levantaron andamiajes! ES MAR
El mar que diseñaron los sopletes dominando la luz a fuego lento: rodante mar de tuercas y cilindros donde lo fácil es ir naufragando. No hay buques en tu mar, sólo chatarra, códigos, hemorragias de silencio, con tiburones ciegos que señalan cuál es el cauce de las marejadas. Es mar que sin espuma ni gaviotas -apenas tres gorriones desdentados- muerde tu realidad de cuerpo libre y en nuestro navegar nos atropella con sus lunas de cheques-gasolina, con su honor de semáforos vencidos. LOS TRENES Los trenes carcomidos, deshilados, flores de fierro viejo sin corbata, ancianas maquinarias de hojalata, ferrobuses de amor descarrilados, angustiosos vagones apartados, perdidos en el túnel que desata la muerte para siempre y desbarata los otoñales besos pronunciados. Vapores, alquitrán, locomotoras, sin humo y corazón en las raíces, sin temor al progreso irreparable. Las eléctricas garras vencedoras del veneno letal, sin cicatrices. ¡El verano ya no es recuperable!
No hay comentarios:
Publicar un comentario