Angélica Sevilla es autora de un único libro de poemas, Canciones para los niños muertos, publicado por el Instituto de Estudios Alicantinos, probablemente alusivo a la conocida colección de lieders de Mahler, con un contenido tan lamentatorio y elegíaco como el del músico alemán.
Por el contrario, estos dos poemas, cargados de voluntad hímnica, son una invitación a la vida, un secreto carpe diem con el que parece iniciar una etapa en la que resarcirse de la anterior melancolía.
Pertenecen a un breve conjunto que permanece inédito y cuyo título es Memorial del amor. Su tema es exaltatorio de este, contemplándolo como una dicha en la existencia, al margen de la muchedumbre. Sus heptasílabos y endecasílabos -también eneasílabos en el segundo- avanzan con una mirada russoniana, igual que si vivir consistiera en un paseo erótico por el paraíso de la primavera de los cuerpos:
© Angélica Sevilla
Dicen los que no saben qué es amar
que hoy es el día del amor.
¿Acaso desconocen
que el corazón no tiene fechas,
ni exhibe calendarios,
y que amarse es unirse
como se forja un hierro en otro hierro
porque un cuerpo junto a otro
y un espíritu en otro,
fundido todo en el crisol del beso
del hijo y de la vida,
es una eternidad que no cabe en un día
y no acabará nunca
aunque nos despidamos
y el mundo nos entierre en otras vidas?
© Angélica Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario