Schumann -Jacqueline du Pre - Cello Concerto
Ama el hombre la música
porque la sangre es ritmo.
Todo en él es galope
pausado, o trote fiero.
Su cuerpo es el primer
instrumento que pulsa:
las manos y los pies
danzan, el corazón
cabalga.
El silencio y el ruido
son las manos que esculpen
la historia del espíritu,
su trabazón de hechos
seminales de todos,
la hímnica voluntad
de construir la dicha
para que el hombre vuelva
al edén, a aquel útero
de galaxias y amniosis
primigenias.
Escucha el violoncelo,
el canon genital
de las estrellas: hunde
el vértigo en tu carne,
permítele que fluya:
no hay otro manantial
más cósmico, más místico,
más álamo.
porque la sangre es ritmo.
Todo en él es galope
pausado, o trote fiero.
Su cuerpo es el primer
instrumento que pulsa:
las manos y los pies
danzan, el corazón
cabalga.
El silencio y el ruido
son las manos que esculpen
la historia del espíritu,
su trabazón de hechos
seminales de todos,
la hímnica voluntad
de construir la dicha
para que el hombre vuelva
al edén, a aquel útero
de galaxias y amniosis
primigenias.
Escucha el violoncelo,
el canon genital
de las estrellas: hunde
el vértigo en tu carne,
permítele que fluya:
no hay otro manantial
más cósmico, más místico,
más álamo.
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