Lucreciórum
Cuando estaba la vida de los hombres
gobernada por las divinidades
y sometida por la religión,
un hombre de buen juicio y enemigo
de fantasías y supersticiones
dispuso que sería la objetiva
razón, y no la magia, la premisa
con la que descifrar el universo.
Pulió filosofías metafísicas,
fundamentó en la ciencia lo real,
distinguió entre la Física y la Síquica
y el átomo fue la única certeza
desde la que admitir otras verdades.
(Ya Tales anunció que el hombre puede
comprender sin ayuda de los dioses).
Y la razón venció a la religión.
Darwin descubrió al sapiens,
Galileo el infinito,
Sigmund Freud al atávico Demiurgo.
Los dioses mueren cuando el hombre piensa.
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