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sábado, 26 de abril de 2025

Todo poema es un autorretrato


Biblioteca Virtual  Cervantes: Necesidad de escribir

onanismo

todo poema tiene la forma de mi rostro (*)
o me mira diciéndome que debiera tenerlo
yo esculpo miembro a miembro los versos biselados 
persiguiendo lo exacto de todo autorretrato
a veces las palabras hacinadas
levantan su estatura y me muestran su autopsia
yo devuelvo el cadáver a su féretro
después de haberme muerto un poco más
medito la estructura de mi muerte
y me ubico de nuevo en la punta de mi pluma
como un jíbaro terco e insaciable
o regreso a mi mente observándome si
todo poema tiene la forma de mi rostro
o me mira diciéndome que debiera tenerlo. 

(*) En otras ediciones, "todo poema tiene el rostro de mi nombre / mente"

viernes, 25 de abril de 2025

El surtidor

Voz: Manuela García

 Surtidor


El libro tiene el rostro de quien lo lee, el tacto

de la mano que alzó su pluma, el alma

de cuantos han sentido la música del cosmos

en la noche solar, la añil fragancia

de la primera flor del primer día.


Tiene el libro el color de la verdad,

el sabor de la aurora para quien nada sabe

o quiere saber más, el sonido del bosque

donde los sueños viven su frágil biografía.


Tiene la forma clara del pájaro, y sus alas

despiertan un rumor en el silencio

del atril donde el ojo centellea

y el zumo del olivo imita a las luciérnagas.


Mira su leve peso, su densidad inerme,

la grávida esperanza de su conocimiento. 

Mira la breve página que guarda

el esplendor de la sabiduría. 

Mira

cómo te transfigura en ese otro

que has querido ser siempre.


EL CABALLERO MÁS HERMOSO DEL MUNDO.

 

EL CABALLERO MÁS HERMOSO DEL MUNDO


El libro es la única ciudad a la que nadie puede impedirnos entrar, y El Quijote es tal vez la capital que más calles, casas y habitaciones tiene, de modo que cualquier hombre ha de encontrar siempre un aposento en el que acomodarse y con el que identificarse.
Faulkner se preciaba de leerlo una vez cada año, quizá porque en sus páginas viven más de trescientos personajes y miles de conceptos para todos los gustos; los idealistas hallarán en Sancho un contertulio que les haga poner el pie en la tierra; los realistas disminuirán su materialismo al compás de Don Quijote; las feministas pueden hallar premisas para sus intereses en el episodio de Marcela (Parte I, cap 11-13); los amantes del amor encontrarán piropos por doquier; los celosos tal vez dejen de serlo con El curioso impertinente (I, 32-35); los jueces aprenderán de la sensatez de Sancho durante su estancia en Barataria (II, 45); los contadores de chistes se solazarán a cada paso, y los amantes de las gorrinerías verbales admirarán el episodio más guarro sin una sola palabra porcina en la aventura de los batanes (I, 20). Quienes creen que los consejos son buenos, aunque pocos los sigan (porque solo aceptamos los que nos dicta nuestra experiencia), agradecerán una breve y sabia colección (II, 42-43); aquellos que admiran el verdadero valor lo encontrarán en Roque Guinart (II, 60) y en las palabras del vencido Don Alonso Quijano en las playas de Barcelona (II, 64); los descontentos de la sociedad comprobarán que cualquier tiempo pasado fue igual, si no peor; quienes necesitan cambiar de libro constantemente, o leen varios intercalando unos con otros, hallarán, en uno solo, una novela de caballerías, otras moriscas, picarescas, amorosas…
No es cierto que El Quijote sea un libro «imposible de leer»: un profesor (de matemáticas) me lo prestó y lo leí, infante aún y fascinado, en pocos días. Tres años después, por mi cumpleaños, compré una edición en un solo tomo: conservo el ejemplar, en el que anoté el tiempo que tardaba en leer cada uno de los once primeros capítulos (me cansé de anotar, cosa que detenía la lectura): redondeando, aquel joven que cumplía 16 años lo leyó en unas 23 horas, a lo largo —a lo breve— de tres días. El mismo tiempo que resulta de sumar una docena de partidos de fútbol o doce telefilmes con sus anuncios intrigantes.
Innumerables son los autores que han mezclado su sangre con la cervantina y han tomado su obra como fundamento de la suya. No es casual que El Quijote haya servido de inspiración a centenares de creadores. Tal vez sea Richard Strauss, con sus Variaciones sobre un tema caballeresco quien mejor ha recreado al hidalgo manchego. TelemannPurcellSalieriPaisielloMassenetMendelssohnIbertRavel, entre otros músicos, compusieron suites, óperas, canciones basadas en sus textos. Los compositores españoles también recrearon aspectos quijotescos: Guridi, en Una aventura de don Quijote, recuerda al vizcaíno en lucha con el hidalgo. Gerhard enhebra diversos episodios en el ballet Don QuijoteOscar Esplá es autor de Don Quijote velando las armas, pasaje que inspiró igualmente a GombauFalla recoge el episodio de Maese Pedro en su RetabloMontsalvatge retrató a Dulcinea en la Balada y ritornello… Orson Welles y G. W. Pabst, entre tantos cineastas, vieron las posibilidades cinematográficas del soñador altruista, así como otros (PicassoDalíDaumier…) dibujaron su rostro y sus hazañas.
Innecesario resulta hablar de la huella que Cervantes ha dejado en la literatura. Basta citar a DefoeFielding o Dostoyevski. Nada más que en el siglo XVII hay, al menos, 35 obras teatrales inspiradas en él. El tiempo, que es el único filtro que impide el paso a los embaucadores y convierte en clásicos a los íntegros del arte, ha hecho de Cervantes un hito en la historia no solo de la literatura, sino de la experiencia de existir, que es la única escuela que enseña realmente a vivir.
¿Y por qué esta vigencia? ¿Acaso es un mito del chovinismo español? Por una vez (aunque también en los casos de Goya Velázquez), es cierto que España posee un tesoro igual o superior a los de otros países. Pues Cervantes hace cierta la verdad que afirma que «en algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia». Y en El Quijote, cada lector encuentra su propia mente reflejada: más allá del humor y la tragedia, Alonso Quijano es un hombre que vive, como hoy, en una sociedad alienatoria que excomulga a los fieles a sí mismos y encumbra a los mestizos del honor. Esa integridad para consigo mismo y en la solidaridad, incluso ante el fracaso, es lo que vieron cuantos aquí he nombrado y cuantos se acercan al libro de los libros. Y eso es lo que hallarán (al margen de sus exquisiteces literarias) cuantos lectores actuales abran y lean la verdadera historia jamás imaginada.

jueves, 24 de abril de 2025

En el mes de Cervantes.




R. Strauss: Don Quijote

Ninguna gran obra hay que no haya nacido de la profundidad del sufrimiento de quien, porque tanto sufre, pretende construir algún consuelo y, por lo tanto, cualquier otra gran obra que empuje a la alegría de sentirse vivo. Los autores de esas obras, sean de la naturaleza que sean, son los verdaderos héroes sociales. Por eso, al margen de los partidismos a la que la han sometido los religiosistas, la Biblia mantiene su vigencia: porque contiene la historia de las derrotas y victorias de la humanidad: es un compendio de sus sueños y devastaciones.
     Don Quijote es una tragedia nacida de quien vivió trágicamente y pretendió explicar, con humor, el mal del mundo y oponerle su panacea. Dostoiewski fue un sufridor que se aferró a la idea de un Dios restaurador de la paz de sus sufrientes personajes. Shakespeare teatraliza el drama de la existencia a través de unos protagonistas que persiguen la paz constantemente. Dante edifica el edificio de la Divina Comedia para colocar en su cúspide el amor como utopía con la que redimirse de la catástrofe humana. Beethoven no existiría sin la persecución de la oda a la vida como ungüento contra la elegía que emana del vivir. Wagner musicaliza sus obras con melodías cantadas por solitarios que buscan, inevitable y decididamente, la redención de sus vidas ansiosas de paraísos fracasados. Homero y Virgilio no dejan descansar a sus héroes hasta que retornan a la ínsula feliz que les permite percatarse de que han regresado al edén de su origen o conquistado el de su destino.
      Quevedo se ríe de sí mismo por su mortalidad, pero construye el poema amatorio más salvífico de nuestra literatura. Góngora, ante la fealdad del mundo en el que vive, inventa un lenguaje cuya belleza sea un paliativo de su turbio alrededor. Neruda opone al existencialismo de su Residencia en la tierra unas Odas elementales para señalar que frente a la triste Metafísica se eleva la alegre Naturaleza, lugar en el que vivimos pese a la abrasión del pensamiento. Miguel Ángel gigantiza sus figuras por su megalomanía y, quiero creer, también para mostrar el titanismo del Universo del que somos dignos. Rembrantd repite incesantemente sus autorretratos para hallar su verdadera identidad y no caer en la impostura.
     La euforia o hybris injerta en los genes del vivir hace del hombre un desmesurado soñador, y la experiencia de la vida lo inclina al fatalismo. El ser humano se define como contradictorio, o jánico, y a veces su mano derecha no sabe que la izquierda hace lo contrario; pero lo hace, y para complementarse solidariamente con las de los otros. Por eso en todo pesimista hay un optimista, y al revés. Lo que no sé es si en todo conformista del fracaso y el dolor hay un espíritu voluntarioso de convertir la maldad en bondad, la desesperación en esperanza: como hicieron cuantos arriba he nombrado; y tantos otros que saben que, por encima y a pesar de todo, no hay más destino que la voluntad -incluso si esta no triunfa en sus intentos-.
     Porque -ya lo escribió Cervantes en un momento en el que, preso durante años, pocos mantendrían la templanza- ante la vida hay que tener la mano "más de esperanza que de hierro armada".
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miércoles, 23 de abril de 2025

400 sin Cervantes

 

Pulsar sobre el enlace deseado:

Historia del cautivo - Teatro Expresión

El caballero de la Blanca Luna - Teatro Expresión 

D. Quijote se consuela leyendo a Garcilaso - Teatro Expresión

Batanes - Teatro Expresión

Retorno hacia la aldea - Teatro Expresión

Últimas voluntades de Cervantes - Teatro Expresión

Sancho - Teatro Expresión

El escrutinio de la bibliioteca - Teatro Expresión

El redentor - Teatro Expresión

Alonso Quijano... - Teatro Expresión

Retablo de Maese Pedro - Teatro Expresión

Una visión lluviosa de El Toboso - Teatro Expresión

Cuando muere un creador - Teatro Expresión

En nombre de Dulcinea . Digital

El Curioso Inpertinente - Teatro Expresión

Sansón Carrasco - Teatro Expresión



martes, 22 de abril de 2025

Oración del Papa Francisco


Haydn: Las siete palabras de Cristo

Al íntimo Alienígena

Oh Dios, hermoseador de la belleza:
si esta vida es tan noblemente hermosa,
¿qué otra me darás más venturosa
pues en esta me ofrendas la pureza?

¿Existe un cielo azul con más nobleza,
una rosa más bella que la rosa?
¿Crearás con tu mano poderosa 
mayor grandeza en la Naturaleza?

¿Me darás un edén más acendrado
que el del monte y el sol, la fuente, el río?
¿Acaso una palabra, una cadencia

como las de Petrarca, un sueño alzado
tan alto que doblegue mi albedrío
de gozar para siempre esta existencia?