Schumann / Echávarri: Träumerei
LA
TÚNICA EN EL VIENTO
Miamada:
eres la luz, y siempre has sido
la
aurora de mis días, y la carne
y el
pan de mi existencia.
Sacio
en ti cuanta sed habita al hombre.
Tus
labios, porque me amas,
tienen
forma de beso.
La
savia sexual ha florecido
más
allá de nosotros, y su urdimbre
se
extiende al infinito.
Oriundo
del amor, orfebre tuyo,
te
espero en ese prado inextinguible
en
donde el horizonte se renueva
como
eterna atalaya divisándose.
Llevo
tus besos y tu piel conmigo
y te
dejo mi amor mientras tú llegas.
Serás
conmigo más allá del tiempo
y,
más allá del túnel, nos veremos
luz
otra vez tú de mis ojos, círculo
de mi
sed, herramienta de mi vida.
Pensar
en ti llena de lluvia el mundo
y lo
inunda de hiedras y diamantes.
Recuerda
que te amé, que soy un niño
esperando
tu amor para nacer.
Y si
no vivo, víveme en tu boca,
resucítame tú, sé mi destino.