Liszt / Baremboin: Sueño de amor
Los amantes
Con las manos lazadas y los cuerpos uncidos,
caminan sobre el tiempo por un bosque de
hiedras.
Aún quedan en el aire perfumes de sus besos
y jaurías del odio que intentó derribarlos.
La mañana inmortal les otorga su dicha
y estalla entre los ojos y en los labios,
urdiendo
diamantes y metales de luz sobre sus frentes.
El mar y las estrellas, los pájaros y el agua
conocen la belleza que así los transfigura:
sienten que la existencia es un madrigal dulce
que deja en sus espíritus el fuego
inextinguible.
Los amantes lo saben: caen las ruinas del sueño
alrededor, y todo parece una acechanza
contra su voluntad de secreta armonía.
Saben que no hay edenes: que un día todo fluye
hacia el acabamiento.
Pero no morirán:
ellos solo se aman; ellos, solos, se bastan.