Villalobos: Bachianas Brasileiras, IX. (Pinturas de Portinari)
DÁRSENA
El
tren hacia Madrid partió en las brumas
del
punto en que se fuga el pensamiento.
El
que viaja en el fondo de sí mismo
enfrenta
en el cristal a su contrario,
vislumbra
en la estación pulverizada
una
hilera de luces que ha dispuesto
la
entrega de la tarde a su derrota.
Atrás
quedó el oleaje, las caricias
del
sol donde batalla la frescura,
las
alas de la luz amartillando
un
ángulo sin peso de la vida.
En
sentido contrario, hacia la ráfaga
de
sombras marcha el viento, vuelve el frío,
fluyen
los árboles, pasan los puentes,
las
nubes y los túneles, un potro
atado
al espigón más gris del cielo.
Oscurece.
La lluvia es otra hoja
de
navaja fraguada por el rayo.
Penetra
en las pupilas. Limpiamente.
Jorge Valdés Díaz-Vélez