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jueves, 4 de febrero de 2021

... Y el Confinado dijo:

B Hermann: Fahrenheit 451
 

... Y el Enclaustrado dijo:

Debo reconocer que leyendo aprendí que sabía muy poco de los hombres: que pasamos nuestras vidas creyendo conocerlos porque estamos día a día con ellos; pero olvidamos que pocas veces somos como nos mostramos y que nuestros más íntimos secretos, nuestro verdadero ser, queda oculto y solo se manifiesta en los escasos momentos en los que se establece una comunión misteriosa con quien nos acompaña: y eso es precisamente lo que ocurre en los libros; sin necesidad de que algo suceda e implique a dos personas, una le dice a la otra toda su mismidad, le desemboca su misterio, abre su corazón tal como es. Todos los libros son rostros, no muecas inexactas...

Y eso lo aprendí en aquella aventura de mi adolescencia enclaustrada porque el mundo me oprimía... y lo aprendo ahora defediéndome de estos bichitos... ¡Qué gran compañía la de los libros...! Estar así, alejado de todos para evitar la pandémica amenaza es como estar en una isla desierta pero llena de preguntas; y entre ellas la de ¿qué libro me llevaría a semejante lugar? Afortunadamente, ¡hay tantos! ¿Por qué contentarse con uno?





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