Repudio del suicida
“Oh cuerpo luminoso que te fuiste,
cansado de esta vida, hacia otra vida.
Mi corazón dejaste solo y triste,
sumido en el dolor de tu partida.
Si acaso un paraíso concebiste
más allá de esta senda dolorida,
¿por qué en infierno mi alma convertiste
al no llevar a tu alma mi alma asida?
Bien sé que no quisiste hacerme daño
y que solo buscabas tu sosiego
cuando te despeñaste hacia el abismo.
Pero en tu adiós está mi desengaño,
pues me atormenta que no vieras, ciego,
que tu cuerpo y mi cuerpo eran el mismo”.
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