Bach / Gould: Golberg (grabación histórica)
La búsqueda ancestral
Hace un millón de
años, el hombre contemplaba
el crepúsculo,
luego
de haber cazado el
alce, o defendido
el cenagoso oasis
bajo la gran caverna
del cielo; y
descansaba
tallando en las
paredes
animales y signos,
metáforas y estrellas.
Pasaron los
milenios. El ocaso seguía
admirando a los
hombres
que, a las puertas
de Atenas,
reposaban después
de la batalla,
soñando con la
anchura
del secreto
universo
entre urdimbres y
brújulas.
Y los siglos
corrieron tras el tiempo
y levantaron
pórfidos y torres
bajo el sol, que
ocultaba
su lumbre cada día
a quienes lo
miraban desangrarse
en púrpuras
enjutas.
Legó el ansia su
fábula.
Dentro del corazón
hay una isla
con prados y
palomas, almendros y granados.
Siguiendo los
senderos del tilo y la retama,
se llega a una
alta roca,
como un ciprés
erguido
cerca de las
estrellas; y desde su estatura
desciende el infinito
hasta los ojos
y es todo
transparente.
El mar bate sus
olas y baña el cielo azul;
el día se confunde
con la noche
en una penumbrosa
claridad,
y la brisa
trasiega
la luz como una
espora
por todo el
firmamento iluminado.
Allí quiero llegar
para quedarme,
luz yo también,
contemplando la
dicha, el color de los días,