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domingo, 18 de octubre de 2015

Tertulianusque

Henry: Variaciones para una puerta y un suspiro


- ¡Te veo muy mayor!
- Eso no es un defectoEs cosa de no haberse muerto a tiempo. ¡Tú también pareces una buena momia! -le contéstale el interpelado a la añosa que le ha díchole lo que le ha dicho por decírlele algo-.
     Otro tertuliante añade:
- También yo tengo muchos años; y sé que mi arte cumplirá muchos más.
- ¡Tu arte u lo que sea!- Interviénele otro picasso no susodicho aún, pero igualmente ansioso de miguelangear.
- Pos Yo aúnmente espero ser el elegido de los dioses y quedar en la memoria de los grandes...
     El que así acaba de autoensalzarse es el que perpetra todos los días obras maestras con azumbre y bonhomía.
- Todavíamente no ha llegado mi turno de hacer el ridículo con la autoexaltación; pero todos deberíais saber que n`ay quien escriba como Yo, que ni Garcilasos ni Garcilasas pueden facerme sombra en el arte palabreril y similares! 
- Yo acabo de pintar un cuadro en estéreo y cinemascope en el que demuestro, más allá de toda duda razonable, que dos y dos no son cinco.
- Pos mi último poema es tetrástrofo, monorrimo y antisonetil, con acuse de recibo e iconoclasia tangible...
- Y yo he terminado una sinfonía filosófica para mil saxofones sin trípode en la que se concluye que mi yo es tan distinto de mí que más que un yo es un tú.
     De súbito y de próntido hablan 15 a la vez y atropelladamente:
- ¡Oye y oye y oye... que Yo que Yo que Yo... soy el mejor de los mejores... etcéteramente y para qué voy a seguir  razonándolo...
     En ese instantáneo instante, cuentan las leyendas que el ruido atronador de la modestia hizo caer un ejemplar de El Quijote, que desde un olvidado estante asistía como asombrado espectador: y quedó sobre el suelo, abierto por el sanchopancero "cuento del rebuzno".