La mayoría de los plumíferos poyéticos -y tetúcidos- se afana por escribir según la moda: no le importa la profundidad de su escritura, sino triunfar entre las multitudes. ¿No se da cuenta esa mayoría de que moda es sinónimo de efímero y, como tal, será desbancada por otra moda igualmente pasajera? Con lo cual está escribiendo para su torpe vecino mental, carente de perspectiva.
La personalidad poética no es hija de las modas, sino del carácter raigal y sustancial del ser humano que consigue plasmarse, individualmente, en la página, el lienzo, el pentagrama; o sea: que el lenguaje es consecuencia, no causa, de la intensidad de la emoción y el pensamiento; de manera que estar de moda -escribir, pintar, componer a la moda- es estar en ningún tiempo; ya lo he dicho: escribir sobre el agua.