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viernes, 27 de enero de 2012

Disquisiciones (IV): Pruebas de imprenta


Pruebas de imprenta


Hay autores que dan  lo mejor de sí en su juventud y otros que lo hacen en la madurez. La genialidad es, sin duda, genética, pero también es fruto de la ingeniería emocional e intelectual que da la experiencia. No sabemos qué habría sido de Schubert, Rimbaud o Van Gogh si hubieran cumplido cinco décadas. Sabemos que Wagner, Goethe y Rembrandt crecieron con los años, cuando a su capacidad natural se sumó la sabiduría experiencial. Sabemos que (Hemingway:) el mejor consejero de la pluma es la papelera, como demuestran los más de 200 borradores de algunos poemas de Dylan Thomas y las tachaduras de Pound en “La tierra baldía” de Eliot. Sabemos que el hombre no es ningún dios, sino que se diviniza porque a veces su sobrehumano esfuerzo le lleva a convertir en cielos sus infiernos.