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viernes, 20 de enero de 2012

Fe de erratas



Me dice Ángel Luis Prieto de Paula -que tanto se ha esforzado por ubicar idóneamente mi nombre- que Unamuno no murió mientras dormía, como afirmé en la entrada "Morir serenamente". Que murió en la mesa de camilla dialogando sobre el futuro de España -casi este presente que tenemos-.

Sin duda deseé para Unamuno lo que para mí deseo: el resplandor final de un infinito, el regreso fugaz hacia la nada. Lo cual no me exime del error, sino que abunda en la creencia de que los verdaderos amigos dicen lo que debemos oír, no lo que nos gustaría.

Vaya un saludo escrito, y un nuevo agradecimiento, para Ángel Luis.