Scriabin: Poema del éxtasis
Anábasis
Más allá de la muerte hay un país
en el que fluye un manantial sereno.
El trino de los pájaros acuna
la soledad que mece el corazón
abrazado a su músico prodigio.
La sístole del alma reverbera
bajo el palio del cielo, y una ofrenda
de flores y fragancias transfigura
en sortilegios toda sensación.
Fulge la luz y un resplandor seduce
los ojos. Todo es dicha, frágil paz.
No existen ni las noches ni los días.
Todo es el viaje inmóvil de los sueños,
un flujo hacia el abismo cenital,
la eterna sinestesia.
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