Georg BÖHM
Hermosa mía: cuando llega el alba
y se inunda de claridad el día
siento que son tus ojos los que siembran
de luz los míos. Amanece el mundo,
la existencia es un pálpito, los pájaros
cantan salmos de dicha, los arroyos
torrentean los campos y las flores
dan color a la risa.
Todo es como un abrazo clandestino
del mar a las estrellas y del sol
a la luna.
En ese laberinto inextinguible
todo en el mundo lucha contra todo.
Pero tú no te rindas: el combate
te hará más fuerte y vencerá la luz.
El latido del cosmos se acelera.
Y la muerte no existe porque vivo
en el castillo de tu corazón.
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