El sueño de la pluma
A veces, en la noche, cuando todo se duerme,
yo permanezco insomne buscando en mis entrañas
la conciencia anhelante de un origen sin fin;
oteo el firmamento y escucho su rumor.
Las estrellas son luces rupestres en el cielo
y su caverna constelada brilla
como un lago sereno fruncido de diamantes.
Entonces siento el gozo de una lluvia interior
que me libera el alma de todo sufrimiento
y aproxima mis ojos a la clarividencia.
Siento que ese diluvio de olvidos y deleites
me revela que estoy hecho de estrellas,
de sílices y pájaros, y saurios ancestrales,
que el espacio y el tiempo son solamente una
constelación perenne renaciendo en mi ser
y soy el magma fósil de la inmortalidad.
Sortilegio o relámpago, estalla el infinito
en una íntima hoguera.
Y en medio de la noche,
como un viaje dormido desde el fin al origen,
se funde el universo en una gota
de luz impenetrable que fluye hasta mi pluma.
Y solo existe cuanto dejo escrito.