Todos los fuegos son el mismo fuego,
y son todos los besos solo un beso:
el que le damos al amor: no hay cuerpos,
sino tan solo un solo cuerpo: el nuestro,
que es el que ama y deja en otros cuerpos
los besos que son solamente un beso
multiplicado en almas, besos, cuerpos
fundidos para ser un solo beso
que lanza el corazón al universo:
allí donde el amor es solo un cuerpo
forjado por la carne de los besos
que desde los orígenes del tiempo
transmigran beso a beso hasta el gran beso:
el beso del amor: el solo beso.
Todos los fuegos son el mismo fuego:
todos los besos son el mismo beso.