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martes, 30 de junio de 2020

Winterreise (otoño)



Escena II (Winterreise) Otoño

La tarde palidece entre los árboles.
Piso las hojas secas del otoño. 
Su crujido de cripta me estremece 
y oteo los vencejos en su vuelo 
fugitivo de la melancolía.
Tal vez existan alas 
que vuelen a la luz.
Llueve con lenta suavidad: parece
que una lágrima tuya derramase 
su nostalgia por mí.
¿Por qué no alumbra el sol una hora más?
Tal vez tú me amarías, o yo te olvidaría.
Lloro tu desamor y el de este mundo.
Una larga cadena de cadáveres 
eslabona la Historia. El sufrimiento 
es lo que hace a los hombres semejantes.
Y sin embargo, ¿no es mejor cantar 
que sumar una lágrima tras otra 
hasta ahogarnos en ellas?
Tal vez existan alas 
que vuelen a la luz.
Ya nunca escribiré más epitafios 
con tu nombre y el mío 
en la triste corteza de los árboles.
Jamás la noche derrotó a la aurora.
Mi voluntad dibuja otro paisaje,
y aprendo otra estrategia:
como un grandioso ejército 
que se prepara para la batalla, 
ordeno las palabras en el verso
queriendo darle voz al corazón
voluntarioso y firme. 
Bulle el fresco fulgor de la mañana
y el volcán se convierte en manantial.
Ámame, o no me ames; seguiré
amando la existencia.
Solo el amor puede salvar el mundo.






2 comentarios:

  1. El sufrimiento
    es lo que hace a los hombres semejantes.
    Y sin embargo, ¿no es mejor cantar
    que sumar una lágrima tras otra
    hasta ahogarnos en ellas?...

    Tocada y vencida con estos versos. Gracias, maestro Gracia.

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