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viernes, 19 de junio de 2020

Juan Sinmiedo

Wagner: Murmullos en el bosque (Sigfrido)

Sigfrido no conocía el miedo. Wagner debía saber que quien no teme es un temerario y se encuentra indefenso ante la existencia: por ejemplo, no sabe temer las cosas temibles e invencibles. Tan arraigado está el factor cobardía que olvidamos que no temer no es sinónimo de valentía, sino de insensatez. Todos tenemos miedo porque la naturaleza nos lo ha injertado como prevención en el instinto de supervivencia: es una alerta contra el dolor, la enfermedad, la muerte. Valiente es el que siente miedo y lo afronta cuando sabe que debe y puede vencerlo. Cobarde es el que huye sabiendo que debe luchar. 
     En medio de estas filosoferías de los azofaifos llegó Luzbel vestido de Sansón y propuso conquistar el cielo apedreando el piélago con algunas ascuas del infierno. Necesitaban una virgen sacrificial y llegó la Magdalena aldeando por sobre el riachuelo, cubierta de salmones y vestales. La walkiria iba detrás, rumiando pentagramas, con la rodilla y el codo rótidos, arrastrando una lula inregresable. La varita mágica y el casco invisibilizador se presentaron solos junto a la escalinata de Eisenstein, aunque por la izquierda de la diestra. Era sábado por la mañana del jueves.
     Todo estaba dispuesto, incluso los arándanos de Haffner. Pero el cámara se torció un tornillo ojival, desjarretó el gran zoom y ... a repetir al día siguiente.

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