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miércoles, 2 de mayo de 2018

Te querré siempre

Tchaikoski: Romeo y Julieta

"Te quiero; deseo dártelo todo; pero no esperes nada de mí. No sé si mañana seré quien soy ahora".
     Esto es lo que se dijeron después de años diciéndose muchas cosas. Fue entonces cuando consiguieron ser dichosos: porque lo que más infeliz hace es dudar si somos y seremos amados, si poseeremos lo que tememos perder, si seremos verdaderamente necesarios. Todo se resuelve al aceptar que la vida es un laberinto en el que dos se encuentran y desencuentran aunque sueñen con caminar siempre juntos el sendero de la pasión, el afecto y la amistad: la complicidad de dos corazones que se complementan insustituiblemente. 
     Y esto solo se consigue cuando el tiempo, que es un camino que anda, deja de ser un imperfecto futurible: entonces el "no esperes nada de mí", como acto de amor y sinceridad, se convierte en "Porque me quieres me has dado cuanto necesito: te has convertido en mi único ser imprescindible".



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