Ives: Sinfonía nº 2
Es cierto: no he concedido mucho tiempo a los demás. Sin embargo, cuantos guardan luto, sufren una catástrofe o afrontan un dilema necesitan un tiempo de soledad para reordenar sus sentimientos e ideas a fin de sobreponerse a la alergia circunstancial que les produce el mundo.
También yo.
Discúlpeseme, o entiéndase, mi fuga del mundanal bullicio, y la escasa compañía que he dado: durante toda mi vida he necesitado soledad para sobreponerme a mi propia muerte cotidiana, reconciliarme con el hecho de existir y amar el mundo; aún no lo he conseguido. Tal vez aún haya tiempo...
No es egoísmo: es solitariedad.
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