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sábado, 3 de septiembre de 2016

El sentido de la vida

Rodrigo: Adagio (C. de Aranjuez)

Llegaba la tristeza como un río desde el cielo y llovía levemente sobre el jardín. En él me refugiaba para templar con sus perfumes ebrios la gris melancolía de sentir. 
     Brotó el sol y sus rayos golpearon furiosamente las violetas glaucas, índigas, añiles.
     Y contemplé cómo una, sigilosa igual que un sortilegio, o acaso, simplemente por el peso de las gotas de agua, se inclinaba y guarecía la vida de la más breve y exigua.
     Entonces comprendí: El único sentido que tiene la existencia es el de hermosear con nuestras vidas las de aquellos que vienen tras nosotros.