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viernes, 29 de enero de 2016

Un cuadro, alguna música, un poema ...


Mozart: Requiem


¿Qué sería del hombre si el dolor no existiera? ¿Seríamos objetos felizmente inconscientes? ¿Seres con voluntad sujetos de la Historia?
     No existiría el arte, que brota del dolor de sabernos mortales y anhelantes de vida.
     Nacemos al dolor y nos duele saber que debemos morir. Así, entre vida y muerte, somos una agonía en busca de sosiego.
     Dejarnos invadir por la angustia insidiosa es condenar el alma a sufrir por su cuerpo. Pero ¿cómo evitarlo, si somos animales abocados sin tregua por la Naturaleza a sentir su aflicción y a pensar su conciencia? 
     Nos hunde la congoja, nos consuelan edenes con los que distraemos nuestra infelicidad. Soñamos paraísos con los que redimirnos.
     ¿Qué sería del hombre si no tuviera sueños?
     Escribimos, pintamos, componemos: amamos la vida que nos duele; y al final solo quedan, manchados con la sangre del esfuerzo, un cuadro, alguna música, un poema.