Grieg: La última primavera
En una librería de "viejo" he encontrado 6 ó 7 títulos míos. Algún lector, cansado tal vez de ellos, allí los basureó.
He pensado en comprarlos y rescatarlos de ser cadáveres del tiempo; pero para qué, si tampoco yo voy a leerlos, pues una vez escrito no me interesa lo que escribo. (Ya he dicho que escribo para descubrirme, para saber quién soy por dentro).
Allí seguirán, envejeciendo tal vez más noblemente que yo, que aún no quiero admitir que escribir no sirve para nada o, en todo caso, para librarse de cuanto le sobra a nuestra mente en la búsqueda de su equilibrio. Antes creía que acaso también serviría a quien se tropezase con nuestra escritura.
Pero no: la vida no tiene sentido.