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viernes, 1 de enero de 2016

Tres o cuatro propósitos

Grieg: Amanecer



Primero hay que desmitificar la felicidad, darle su dimensión real en la vida cotidiana, que es el sosiego. Si no, quienes propenden a las ilusiones desmedidas se convierten en ilusos.

Segundo: Nunca serás feliz si piensas que puedes serlo al margen de lo que ocurra a tu alrededor. Tú no eres tú sin tu alrededor, y este acaba hiriendo tu íntimo yo y sustituyéndolo, si te sientes culpable ante algo. Por lo tanto: ocúpate de los demás, aunque los resumas solamente en uno.


Tercero: Tú eres lo que crees ser, lo que los demás creen que eres y el que en realidad eres, cosa esta que jamás acabarás de saber. De manera que debes intervenir en lo que alcanza tu voluntad: mejorando al que crees ser y al que los demás creen que eres. El otro que hay en ti, y que te definiría, es indefinible.


Cuarto: Puesto que la conciencia nos persigue si no nos comportamos dignamente, y siempre acaba alcanzándonos, ¿por qué no actuamos voluntariamente con dignidad y no por temor al castigo moral o a la ley?


Quinto: Equiligual y por consiguiente...