Strawinski: Apolo y las musas
Todos los libros son rostros de nuestra identidad en sus múltiples facetas. Espejos en los que reconocemos nuestras ansias y derrotas, sueños y desencantos.
El libro, entendido a la manera renacentista como escuela del saber y reflejo de nuestra intimidad histórica, es, cada vez más, un fósil para la sociedad de hoy.
Sin embargo, pocas islas continúan salvando del naufragio de la modernidad como algunos de esos libros.
¿Cómo no leer, entonces? ¿O dejaremos que el Progreso nos sumerja definitivamente en la actual cultura de la incultura? Porque el libro que más se lee hoy es el titulado Televisión, cuyo tema casi exclusivo es la alienación; y en cuanto a la otra biblioteca llamada internet es informativa, pero irreflexiva: ayuda a documentarse, no a pensar.