El Bosco: El jardín de las delicias
Palíndroma,
la muerte regurgita
cuanto la
vida devoró en su viaje
de retorno
al origen de la nada.
La fauna del
infierno,
la lepra de
los sueños
y el
descuartizamiento del edén
danzan como
jaurías oceánicas
de mastines rampantes que desgarran
la yugular
de los escepticismos.
El páramo
se viste de colores
mientras la
podredumbre resplandece
en armonioso caos
en armonioso caos
como un rito
en la noche de la mente.
El carnaval
del miedo ofrenda fábulas
y los ojos
se cierran para ver
el fuego
metafísico.
Fragmentos
de tinieblas encendidas,
laberintos,
naufragios de la luz
y
mixtificaciones reverberan
alrededor
del vértigo.
No hay más
parafernalia en los sentidos
que la
alucinación de un Dios limítrofe
con las
zahúrdas de la eternidad.
Burla la
muerte: vive
como si
hubieras muerto
y seguirás muriendo felizmente.
y seguirás muriendo felizmente.
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