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domingo, 21 de septiembre de 2014

El abrazo al rencor

R. Strauss: Así habló Zaratustra

¡Mucho debiste amarme, puesto que tanto me odias! -dijo Feldesp a Redond-.



El juglar no necesitó decir más para que sus oyentes recompusieran mentalmente todos los detalles de su historia. Ahí estaban ella y él, el enamoramiento y la desfascinación, la inculpación del desengaño, la no asunción de la realidad cotidiana, la huida de esta para buscar otro sueño aunque esto signifique naufragar en otra ensoñación desengañante.

Y el juglar añadió:

¿Por qué, en vez de empeñarnos en realizar los sueños, no nos esforzamos en convertir la realidad cotidiana en algo digno de ser un sueño cumplido?

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso