Purcell: Funerales
Cuando tenía 10 ó 12 años ya había cumplido 100. La intensidad del sufrimiento no se mide por la fuerza de los golpes sino por la sensibilidad de quien los recibe. Así que mi edad era por entonces la de un siglo. Después cumplí otros muchos.
Hay quienes odian la causa de su dolor y quienes se odian a sí mismos por no haber sido más fuertes que esas causas. Hay quienes necesitan que les demuestren cada día que son amados, y quienes no se dejan querer un solo día.
Yo encontré, huyendo del amor que nunca llega, alguien que me amó mucho y que murió por mí.