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viernes, 11 de enero de 2013

Un poema de Pedro J. de la Peña (Antología, CXVI. Segunda Serie)

Verdi: Requiem


PUNTO FINAL


¡Todo es tan claro ya!
El tibio amanecer que nos lleva a la noche.
Las horas, tan ciertas del reloj (menos una).
La misma oscuridad de un rayo secretamente azul
y cuyo resplandor no permite esconderse.
Los cuatro caminos conducen y se cierran
en una misma encrucijada líquida.
Igual que en la parálisis de un buzo escruto
el agua submarina que nos rodea y aísla.
La muerte es una caja de cristal donde el agua 
/ se agota y ya no es dulce
el sabor de mi boca
ni el aire que respiro,
ni la tierra que piso,
ni arde ya el fuego del amor.
Hemos llegado al tiempo de la Nada
donde reina la sal.

© Pedro J. de la Peña